El Ministerio de Educación de la Nación respaldó la educación de Gestión Social: prometió co-gestión y financiamiento este año

Funcionarios nacionales de Educación dieron un fuerte respaldo a las organizaciones que desde principios de este siglo practican la autogestión y transformación educativa en Argentina. Mientras que la Secretaria Nacional de Educación, Marisa Díaz, dijo que «estamos en el mejor momento para tener mesas de diálogo de igual a igual» con el movimiento que pide la reglamentación de la Gestión Social y Cooperativa -contamplada en los artículos 13 y 14 de la Ley Nacional de Educación-, el ministro Nicolás Trotta prometió la inversión de «más de 200 millones de pesos antes de fin de año en estas iniciativas».

Las declaraciones formaron parte del panel de invitados al «Encuentro de Experiencias de Gestión Social, Comunitaria y Cooperativa en Educación», que se llevó a cabo de manera virtual el sábado 4 de septiembre pasado y que tuvo 254 participantes inscritos de todas las provincias. Si consideramos la gran diversidad del espectro de movimientos que buscan la transformación educativa y escolar, el de la educación popular es quizás uno de los que mayor convocatoria tiene. Estuvieron presentes referentes de escuelas de todos los niveles, bachilleratos y escuelas para adultos, espacios socioeducativos, apoyos escolares, orquestas infantojuveniles, casas comunitarias, cooperantes escolares.

Juan Giménez, presidente de FECEABA, abrió el encuentro recordando que a todas las experiencias las une, sin dudas, el «poner el cuerpo», y que se eligió septiembre en homenaje a los 100 años de Paulo Freire. «Venimos agrupándonos de diferentes maneras hace tiempo y buscando lo común para ser un nuevo sujeto colectivo en el sistema educativo. Fuimos visibilizados por la ley actual de Educación en los artículos 13 y 14 y desde entonces empezamos a recorrer distintos caminos de encuentro, con la ferviente decisión de poder reglamentar estas experiencias. Fueron muchos los intentos. Y el relevamiento de experiencias que se puso en marcha en 2020 nos hizo volver a juntarnos para ver qué es lo que nos une. Muchos no nos sentimos parte de la educación de gestión privada, somos también centros que tenemos prácticas pedagógicas que necesitan ser abrazadas por el Ministerio de Educación de la Nación. Nos consideramos parte del sistema público. Hay una historia, no empezamos de cero. Empezó con Río Negro; en Chaco las Escuelas de Gestión Social y Cooperativa están avanzando mucho. Hay una ley de jardines comunitarios, y la Resolución 3300 del CFE del 2015 fue un avance. Queremos tener un diálogo con el Ministerio de Educación de la Nación. Hay tres cosas que definen a nuestras experiencias: territorialidad, esa trama que une al barrio, la construcción de abajo hacia arriba. Las prácticas democráticas en la construcción de nuestros espacios, con formatos donde las decisiones no las toma uno, sino que intentan ser lo más colectivas posibles, y no solamente entre adultos. Y algo que también nos atraviesa a todo es el componente ideológico, los proyectos político-pedagógicos, porque no creemos que la educación sea neutra, creemos que emancipa y cambia destinos. También intentamos romper las relaciones capitalistas, y ahí entra en juego la economía solidaria. Entendemos que tenemos que asociarnos con el Estado porque tenemos mucho que darle al sistema público de Educación».

Luego se leyó la agenda de trabajo del movimiento de experiencias de Gestión Social, Comunitaria y Cooperativa, que incluye: «la categorización de los tipos de experiencia; el financiamiento integral (planta docente, aportes y mantenimiento); la designación autónoma de los equipos de trabajo; la formalización de las prácticas pedagógicas transformadoras desarrolladas por cada experiencia de acuerdo a protocolos de trabajo en cada jurisdicción educativa adecuadas a cada comunidad y, por último, la creación de circuitos de formación docente que generen una idoneidad particular para estas experiencias».

El panel de invitados incluyó al dos veces ministro Alberto Sileoni, la actual secretaria de Educación de la Nación, Marisa Díaz, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta y la secretaria de educación de adultos, Lidia Rodríguez. También estuvieron presentes, sin hacer uso de la palabra, Laura Sirotzky, subsecretaria de educación social y cultural, y Natalia Peluso, directora nacional de Experiencias de Educación Cooperativa y Comunitaria, quien diseñó y encabezó la encuesta para relevar la magnitud de estas experiencias en Argentina. Datos que, confirmó, se conocerán públicamente este mes.

Lidia Rodríguez repasó siete puntos de «aprendizaje que nos deja la historia, no solo la de los manuales, sino también la de la memoria, que forma parte de nuestra identidad». «Este movimiento que hoy pide mayor reconocimiento e institucionalidad se puede pensar como algo más largo. En el siglo 19 en América Latina se expande el sistema educativo público. Pero en las provincias se vivió más como una imposición del estado porteño que como respuesta a una demanda. Empezamos desde el principio entonces con una relación que, porque es obligatoria, es gratuita. Recién con el tiempo la escuela se va transformando en un derecho y una demanda, pero en ese lapso la escuela no cambia de manera sustantiva su formato original. Aparecen las alternativas: la escuela nueva, la educación popular. Para garantizar la inclusión más democrática ya no alcanza sumarse a lo que ya está, hay que permitir que estas nuevas experiencias modifiquen la estructura original. Lo segundo que observo es que la participación de la sociedad civil en la educación en sí misma no es garantía de democracia. Sarmiento imaginó una escuela con mucha participación, como vio en EE.UU. Sin embargo, lo que no terminó de matizar es la vinculación entre ese modelo y el modelo productivo y social. Esa disyunción hizo que tampoco se pudiese implementar esa participación real. También es interesante pensar que en la sociedad democrática conviven diferentes proyectos de país, diferentes utopías: de eso se trata establecer acuerdos de convivencia. Y en esa correlación de fuerzas, los que impulsan la transformación no necesariamente son los hegemónicos. Que contribuyen a la diversidad de pedagogías que toda sociedad democrática pretende albergar«.

«Por ejemplo, las sociedades populares de educación fueron fuertes antes del peronismo. En 1930 ya hay congresos con centenares de participantes, donde confrontan dos modelos fuertes. El anarquismo, que propone independencia absoluta del Estado y sostenimiento por parte de las centrales obreras, pero que no rompe el modelo escolar. Y el otro es un modelo que es más socialista y reclama al Estado. Son dos modelos democratizadores que fueron muy potentes en la posibilidad de generar demanda, no solamente recoger demanda, porque la demanda también se construye. Es difícil demandar lo que no se conoce. Por ejemplo, en el campo de la educación de adultos, a principios de siglo se la vinculó con el trabajo y la educación de la mujer. La sociedad ha sido muy potente en generar demandas democratizadoras y marcar ese pulso territorial. En 1930 ese debate es muy interesante y el Congreso se parte en dos. Recordemos que estábamos en una sociedad manufacturera muy simple que se está complejizando. Uno de esos sectores dijo que no tenía capacidad de respuesta a esas demandas y dejaba sus experiencias en manos del Estado. El otro modelo se opone porque cree que la excesiva institucionalización puede llevar a la burocratización. No se les había ocurrido la co-gestion, una institucionalidad flexible que permita ir reformulándose permanentemente. Otro ejemplo son los Consejos de Escuela que fundó Freire en San Pablo en función de la democratización escolar y la articulación con la sociedad civil. Que acompañó con un enorme esfuerzo de capacitación de las escuelas y las familias, intentando que esos consejos tuvieran influencia fuerte en la dirección de las escuelas. Tuvo un funcionamiento muy heterogéneo, muy bueno en los lugares y momentos donde había una dirección que pudiera contener y muy malos donde no. Y otro punto difícil en este ejemplo fue el de elegir el trabajo docentes y pensar cómo se hace la carrera docente. O su debate con el Estado acerca de quién se reservaba la realización de los materiales y las capacitaciones».

«Otro debate tiene que ver con la certificación, el modelo de evaluación, la tensión entre los saberes populares y los hegemónicos. De compleja resolución, creo que no se resuelve a nivel del aula solamente, es un debate largo. Habría que partir de lo local, poniendo énfasis en desde dónde y para qué nos interesa conocer algo. Esa escuela entra en contradicción con la sociedad, pero es heredera de lo mejor de la Ilustración, que piensa que el conocimiento es emancipatorio», terminó Rodríguez.

Alberto Sileoni celebró los avances que tuvo el movimiento, «sobre todo con los gobiernos populares, mas allá de sus deudas. El hito de la ley nacional de educación con Néstor Kirchner y Daniel Filmus, que enuncia que reconoce, autoriza y supervisa». «Ustedes entienden al Estado como un actor imprescindible, se sienten parte de un proyecto latinoamericano. Saben que la escuela es lugar de conocimiento pero también de discusión de una sociedad más justa. La resolución 3300 del Consejo Federal de Educación (2015) fue un paso en la defensa de ese tercer tipo de gestión, eso hay que seguir diciéndolo. Ahora es etapa de financiar, legitimar las prácticas, crear circuitos de formación docente idóneos. La institucionalización tienen costos, creo que ustedes lo saben, esos costos solo deben ser asumidos en unidad. En los momentos de mayores definiciones, de zozobra, aunque sé que ahora tienen buena relación con el Ministerio, tienen que entender que crecer exige adecuaciones. Que hay muchos modos de ser escuela de gestión social. Hay que bancarse esa discusión. Saber que discutir con el Estado tiene grados y objetivos, que si no se consiguen los de máxima, no hay que concebirlo como una derrota. Si no llegamos a que cada provincia tenga una dirección de GSyC, que haya un equivalente, un coordinador, que haya alguien que sea la cara visible, ya es en sí un reconocimiento. Expliquen una y otra vez, no se vayan a la casa. Sigan peleando lo que vienen peleando desde hace mucho tiempo. El ruiseñor vuelve y vuelve a decirlo y no se cansa, es un haiku que me gusta mucho. Me parece que ustedes tienen que ir por ese camino».

Marisa Díaz remarcó que «en materia educativa hoy conviven distintas instancias de tironeo, para ver quién es más legítimo en esa discusión. Pero es un tiempo para que, convocados en el mismo horizonte, tengamos una discusión más contextualizada. En el caso particular de este movimiento, está aconteciendo paulatinamente, a partir de las normas pero también de una persistente lucha, es la condición para el reconocimiento. Su propuesta se está acercando mucho a nuestra intención de ponernos en la tarea de formalizar el reconocimiento y poner en el corto plazo financiamiento a disposición de estas experiencias. Avanzando para que exista en cada jurisdicción del país. Hay una agenda que queremos compartir, pero que nos encuentre en co-diseño. La educación argentina tiene una arremetida como pocas veces hemos visto como baluarte para construir una sociedad más justa y la responsabilidad de sostenerla y expandirla. Y de traerla a un tiempo y una contemporaneidad. Estamos en un muy buen momento para consoldar lo hecho y realizar lo no hecho y ponernos un horizonte. Y que podamos hablar en una condición de iguales, no en una asimetría inconducente de Estado y organizaciones. Tenemos que sostener una conversación en una mesa de manera institucional», concluyó.

Por su parte, Nicolás Trotta consideró «fundamental fortalecer el trabajo educativo con las experiencias de gestión social y cooperativa para garantizar un derecho a una educación transformadora, fortalecer ese vínculo. El trabajo del Ministerio permitió el relevamiento de estas experiencias y una mayor articulación con las 24 jurisdicciones educativas y el gobierno. Para acompañar estas distintas iniciativas, valiosas en materia pedagógica, en cabeza de estas instituciones, proyectamos de aquí a fin de año, la inversión de más de 200 millones de pesos en estas iniciativas. Como también que cada una de las iniciativas del Ministerio, que ponen el foco en las escuelas de gestión estatal, tengan un correlato en estas experiencias comunitarias, que sabemos marcan una presencia donde el Estado aún no ha garantizado el acceso a una educación transformadora«.

El ministro Trotta anunció la financiación de la educación de gestión social y cooperativa en sus redes sociales

Algunas de las organizaciones y personas que participaron de este encuentro virtual convocado por la Asociación Civil de Educación de Gestión Social, la Federación de Cooperativas y Entidades Afines de Enseñanza de Buenos Aires (FECEABA), la Escuela Popular San Roque, la Universidad Latinoamericana de las Periferias, la Fundación de Organización Comunitaria (FOC), Campaña Argentina por el Derecho a la Educación y los Movimientos Sociales por la Educación Popular de Gestión Social y Cooperativa:

FEDEM Mendoza – Jacquelin Gasco de Reta – E.P.G.S.N5 DE RESISTENCIA CHACO – Escuelita Eva Duarte – Barrio Las Palmeras, La Plata – El Hormiguero, CABA – ISFD Dora Acosta (Villa 31, CABA) – Escuela Técnica de Gestión Social Nehuen Peuman, Asociación Gente Nueva, Bariloche – CEJUDO JULIO CORTÁZAR, DE MORENO – ADEC BURZACO – Asociación de Educación y Cultura (ADEC – FECEABA) BURZACO, PCIA. BS.AS. – Federación de cooperadoras escolares de escuelas públicas de Escobar – EPGS N°5 MARANATHA, Chaco – Bachillerato Popular Plurinacional Bartolina Sisa, Barrio Padre Rodolfo Ricciardelli (ex 1-11-14), CABA – Red Coordinadora de Jardines Comunitarios de la Matanza – E.P.G.S.N.1. HEROES LATINOAMERICANOS, RESISTENCIA, CHACO – Jóvenes Solidarios, Mar del Plata – Cre-Arte Centro Educativo y Cultural para Personas con discapacidad, Bariloche – Fundación COLOBA, Mendoza – Asoc. Cuyum EPAIN, Mendoza – Escuela Secundaria de Gestión Social Pablo de Tarso, Entre Ríos – Fundación Vínculos ESTRATEGICOS, MENDOZA – MOVIMIENTO POPULAR PARA LA VICTORIA, LA MATANZA – FEDEM -ACANyA – SEOS, Mendoza – Escuela Infantil Nazaret, Viedma – CPI SEMILLITAS (CCC), CABA – Movimiento EVITA – Escuela Cooperativa de Tilcara Tierra del sol – Agrupación Calle 4 de La Plata – Biblioteca Popular Jorge Luis Borges de Yirigiyen, Orán, Salta – Escuela Cooperativa Nueva Generación de Moreno – Escuela Pública de Gestión Social 7 del impenetrable chaqueño, Comandancia Frías – Organización Papa Francisco – Asociación Evita, Mendoza – Movimiento Evita de Tucumán y Mar del Plata- Escuela Especial Trascender N° 1382, Rosario, Santa Fe – E.P.G.S. Nº 1 F.P., Resistencia, CHACO – Colonia El Inca, Tostado, Santa Fe – Nuestro Legado Asociación Civil, representante de EPGSN3 de Fontana, Chaco – Estudiantes y docentes del Normal N° 10 «Juan Bautista Alberdi», CABA – Porfiada Memoria, Rosario – Agrupación Enriqueta Lucero en la CCC, CABA – Escuela Pública de Gestión Social 6 Carlos Rolón, Resistencia, Chaco – Escuela La Cecilia, Monte Vera, Santa Fe – Vuela el pez, San Antonio Oeste, RN – Rut Kuitca, OMEP Argentina – Universidad y Educación Popular Barrios de Pie – Proyecto C, CABA.

Foto de portada: Escuela Popular San Roque

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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