Una médica y un programador dejaron la ciudad y sus carreras para cambiar de vida: construyeron en plena pampa húmeda una escuela inspirada en Montessori y «El Pesta»

Es algo inesperado. Llegar al corazón de la pampa húmeda, tras kilómetros de llanura interminable, para encontrarse con un proyecto educativo con semejante potencial. El Espacio Educativo Amanecer desafía el paisaje habitual de escuelas clásicas que tienen los pueblos y ciudades agropecuarias típicas del interior bonaerense. El edificio es una nave de luz especialmente diseñada sobre un terreno amplio y arbolado, justo en el límite entre el campo y la zona suburbana de la ciudad de Rojas, que tiene apenas 30 mil habitantes.

A golpe de vista lo que parece más notorio es la abundancia de recursos y estímulos, con vestigios de la vida y los movimientos infantiles que sólo pueden adivinarse, porque es domingo. Pero pronto, avanzada nuestra conversación, se nota que el capital más valioso de este lugar es la convicción de la familia que lo fundó: Verónica Millanovich, Fernando Taboada y sus tres hijos, que hoy tienen 8, 11 y 13 años.

Amanecer se define como un centro de aprendizaje democrático inspirado en la pedagogía Montessori. Actualmente asisten 27 niños y niñas de entre 2 y 13 años, pero esperan que la propuesta siga creciendo con ellos. Hay dos grandes ambientes preparados, uno para los menores y otro para los mayores de seis, ambos multiedad. Además, una biblioteca, pasillos que de tan amplios son más que lugares de paso, una cocina a la altura de los más pequeños, los baños y una sala para la dirección, que suele estar vacía, pero fue contemplada en el proyecto de acuerdo a las exigencias de la DIEGEP. Afuera, hay letras y números de cemento sobre el pasto, mesas bajo la sombra, una cancha de fútbol y una huerta.

En la entrada nos recibe, además de los anfitriones, un cubo que representa un millón de unidades y una frase de Rebeca Wild, fundadora del «Pestalozzi», la escuela activa de Ecuador que sigue inspirando a educadores y familias de toda Latinoamérica. Ella se formó como médica de familia y él es programador. Mientras conversamos, los chicos deambulan por su segunda casa.

«No lo hacemos a propósito, pero nos damos cuenta de que casi todas las decisiones que tomamos nos ponen a todo el mundo en contra», sonríe Verónica. «Con Sofi de dos años nos fuimos del departamento chiquito donde vivíamos en Buenos Aires, en Villa Pueyrredón, y nos vinimos a Rojas, donde nací y crecí. Yo había renunciado a los puestos que tenía para criarla full time. En el laboratorio de al lado donde trabajaba hacían un experimento de estrés en ratas que eran separadas de sus crías. Tomé la mejor decisión, en contra de todo lo que me decían los que me rodeaban. No podían creer que desperdiciáramos la oportunidad que vivir en la gran ciudad les daba a nuestras carreras para venir a vivir al medio del campo», recuerda.

«Compramos un terreno acá y sacamos un crédito. Al principio, a los dos primeros los mandamos al mismo colegio católico al que había ido yo, a pesar del ruido que nos hacía: tuvimos que bautizarlos, no les gustaba ir. Al final no pudimos aguantar la contradicción que sentíamos con respecto a nuestra forma de criar y entender la educación. Fue ahí cuando, con una amiga que ahora vive en Córdoba, decidimos hacer una escuela diferente», me cuenta Verónica.

Fernando, por su parte, en dos meses inaugura a pocos metros de ahí «Hola mundo», otra apuesta familiar: el primer coworking de la ciudad, ¡y con vista al campo!

La propuesta de Amanecer

El proyecto arrancó en 2019 dentro de una casa prestada en el centro de Rojas, mientras la familia se ilusionaba con encontrar un terreno, preferiblemente sobre zonificación rural, que tiene normativa arquitectónica escolar más flexible. Pero resultaba muy difícil conseguir alguien que les vendiera una sola hectárea. «El espacio anterior ya nos estaba quedando chico. Estábamos muy convencidos de que la educación tenía que ir por ese lado, así que siempre estuvimos buscando la posibilidad de construir la escuela, y cuando se nos dio, lo hicimos. Buscamos un terreno grande, con mucho verde, con la idea de poder tener animales, huerta, frutales. Por otro lado, queríamos que el edificio sea un lugar de espacios amplios y con mucha luz y que siga las especificaciones de DIEGEP. Eso fue lo que pedimos a las arquitectas, junto a un croquis que armamos. Así, Amanecer tiene por ahora dos ambientes principales, de los cuales uno es el SUM, que ahora se usa para el nivel inicial, y otro que puede ser dividido en tres aulas pero que usamos entero, donde están los de 7 a 13 años», me explica Verónica.

Si bien Verónica hizo una formación Montessori con IMI Barcelona, aclara que la escuela tiene una mirada que no se limita a esa pedagogía. Por ejemplo, hay rincones de juego simbólico y de psicomotricidad en el espacio de los más chicos, además de materiales que suelen verse en Comunidad Infantil, Casa de Niños y Taller 1 y 2. Están acomodados por áreas, siempre al alcance para ser manipulados con independencia y vueltos a guardar. Los muebles están organizados en mesas hexagonales y sillas livianas de @lalamontessori. Otros materiales de lo más variados son bienvenidos: por ejemplo, durante la cuarentena consiguieron unos kits elaborados por el museo «Prohibido no tocar» del centro cultural Recoleta de Buenos Aires. Abundan de anatomía y química, pasión de la fundadora, y hay una mesa de luz característica de Reggio Emilia que también usan para ver radiografías reales. «Algunos días hacemos controles de salud: medimos el pulso o la temperatura. Es una excusa para aprender de los signos que nos muestra el cuerpo», me cuenta. El emocionario es otro de los recursos muy usados para hablar de cómo está cada uno.

Verónica y dos maestras, una formada en el nivel inicial y otra en primaria, acompañan durante las cuatro horas de la tarde que dura la propuesta. Además del libre uso de materiales y organización de actividades, tanto por iniciativa de los adultos como de los propios niños, existe un cronograma de clases que ofrecen otros docentes. Los lunes hay de Biología y Química. Los martes, de Matemáticas y Física. Los miércoles, de Artística. Los jueves, una filósofa enseña Historia, y los viernes Fernando enseña programación. En el corto plazo esperan poder contar con un adulto bilingüe para acompañar cualquier actividad en inglés.

Proyecto de vida

Muchas ciudades desearían poder ofrecer espacios tan de vanguardia entre su oferta escolar. Sin ir más lejos, este mes cerca de 200 de distintas provincias argentinas se anotaron en la capacitación que ofrece la Fundación Argentina María Montessori para instituciones municipales y sociales. Aunque la Intendencia no ha puesto trabas, tampoco ha respondido aún a las invitaciones a conocer el lugar. Y a pesar de que existen ya en la provincia escuelas así incorporadas al sistema educativo público, la DIEGEP le exige a Amanecer organizarse en seis grados con una maestra cada uno, como dicta la enseñanza clásica.

Por el momento, Amanecer está habilitado por la Municipalidad como unidad de servicios culturales (código 910900). Sus fundadores están decididos a defender la propuesta tal cual es: multiedad, centrada en las necesidades y etapas de desarrollo de los niños y con su participación protagónica en la construcción de sus aprendizajes. De otra forma, argumentan, repetirían el paradigma que con este proyecto decidieron desafiar. Y que, a decir verdad, no tiene nada de nuevo: la escuela activa y la pedagogía Montessori son modelos aceptados con décadas de historia en Argentina y el mundo.

El terreno es amplio y tiene árboles y arbustos ya crecidos. Hay una huerta en plena construcción, la cancha de fútbol y en una parte de la entrada el proyecto de reconocimiento de aves que están montando para compartir con la comunidad. Otra vez adentro, sobre la mesa de la biblioteca encuentro una carta a medio terminar, que es parte del intercambio que iniciaron con chicos y chicas del Instituto Montessori La Arboleda de Córdoba, que pronto también esperan visitar.

Rojas tiene la particularidad de ser el tranquilo centro de un círculo formado por otras ciudades agropecuarias mayores, con todos los servicios y a corta distancia: Junín, Pergamino, Chacabuco, Salto y Arrecifes. Para quienes ansían un nuevo proyecto de vida más lejos de las grandes ciudades, la mudanza no es una opción alocada. Amanecer necesita al menos 10 familias más para llegar al punto de equilibrio económico.

Verónica y Fernando buscan una comunidad que abrace esas mismas certezas y están dispuestos a darlo todo. No es fácil ser pioneros en medio de la perplejidad de los vecinos y sus familias de origen. Pero su convicción y sensibilidad anuncian que Amanecer tiene un futuro. Por lo pronto, la asistencia es perfecta: nadie quiere faltar y los chicos que la conocen, piden volver.

Para conocer más sobre Amanecer, visitá su página o llamá al teléfono 1158364110.

Los principios de Amanecer

«Amanecer es un espacio activo de aprendizaje en libertad para niños y niñas de 2 a 13 años de edad.
Nuestra propuesta propone formar individuos autónomos capaces por sí mismos de dar significado a sus vidas, favoreciendo el pleno desarrollo de su ser.
Colocamos al niño como actor principal de su aprendizaje y a su creatividad y curiosidad como motores de este aprendizaje.
Le permitimos trabajar desde su propia iniciativa, con plena libertad de acción y total independencia, autonomía y autoconfianza, fomentando la observación, el análisis, el pensamiento crítico, la identidad propia y la capacidad creativa. Queremos que el niño guiado por
su maestro interior descubra sus talentos y desarrolle su máximo potencial.
La vida es una continua toma de decisiones, por eso permitimos la libre elección dentro del espacio. Es la manera de prepararlo para el futuro.
Respetamos los ritmos individuales de los niños, confiamos en ellos conforme a sus intereses y necesidades. Entendemos que tienen sus propias directrices que lo guían en el camino a su desarrollo.
Todas las actividades propuestas son de carácter optativo, ningún niño va a ser obligado a realizar una actividad que no sea de su agrado. Entendemos que no hay libertad posible mientras se viva de forma condicionada, presos del temor, la ambición, la competencia, los prejuicios y vicios.

Para poder llevar a cabo nuestra propuesta contamos con tres elementos fundamentales:

El ambiente preparado: se caracteriza por ser un ambiente simple, real y ordenado, donde cada elemento tiene su razón de ser. El ambiente promueve la independencia en la exploración y en el proceso de aprendizaje y brinda un espacio donde en armonía, cooperación y colaboración puedan aprender en base a sus intereses, entendiendo como aprendizaje el resultado de una experiencia en la que uno disfruta y se implica. Dentro del ambiente los niños pueden trabajar en grupos o individualmente respetando así su propio estilo y ritmo. Nuestra propuesta se llevar a cabo en ambientes multiedad permitiendo el agrupamiento socioafectivo. Para tener un marco y una aproximación, por lo general esta división relativa será en 3 grupos: casa de niños para niños de 2 a 5 años, taller 1 para niños de 6 a 9 años, taller 2 para niños de 9 a 13 años.

El material de trabajo basado en la pedagogía Montessori: es un material concreto científicamente diseñado que le permite al niño explorar, investigar y que posibilitan la repetición lo cual promueve la concentración. Estos materiales están siempre a disposición lo cual le permite ser activo en el proceso de aprendizaje y aprende haciendo.

El rol del guía: su trabajo es observar a cada niño, sus necesidades, capacidades e intereses y así poder ofrecerles oportunidades de trabajo inteligentes de acuerdo a las necesidades de cada uno, según las edades y el momento de su proceso de desarrollo. Así, el guía le permite actuar, querer y pensar por sí mismo, ayudándolo a desarrollar confianza en sí mismo y disciplina interior.

El método de evaluación es a través de esta observación continua. Se evalúa la actitud frente al trabajo, el tiempo de trabajo concentrado en una misma tarea, como manifiesta su deseo de progreso, sus necesidades y afecto hacia sus pares y hacia los adultos. No consideramos necesario un resumen diario de los procesos de los niños, porque como procesos necesitan tiempo de observación y elaboración para poder transmitirlos desde una perspectiva global. Por este motivo, se realizarán durante el año una o dos reuniones individuales con las familias para comunicar estos procesos.

A lo largo del año realizaremos reuniones con las familias de todo el grupo. En estas reuniones trataremos temas de interés general sobre nuestra propuesta pedagógica y también temas de interés común.

Consideramos a la madre y al padre como el sostén vital, emocional y estructural de los niños. Es el amor de los padres y el vínculo que ello genera lo que les permite crecer y desarrollarse. Dentro del núcleo familiar primario es donde adquieren la confianza y la seguridad necesaria para relacionarse e interactuar en el mundo. Consideramos a las madres y padres como principales responsables del acompañamiento a la infancia. Es por esto que nuestra propuesta educativa abarca a todo el núcleo familiar de manera participativa e integradora.

Amanecer es un espacio creado para la felicidad, para la realización mutua, en el respeto y la colaboración. El niño que crece en armonía, sin ser sometido a situaciones de estrés, es entusiasta y trabaja con alegría, así logramos el aprendizaje y la autorrealización (“La primera tarea de la educación es agitar la vida, pero dejarla libre para que se desarrolle” M. Montessori).

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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