La vida como escuela (con ruedas)

Las cuatro paredes del aula jamás podrán recrear las oportunidades, diversidades, olores y sonidos de la vida real. Con el afán de educar, hemos intentado reproducirla artificialmente y desglosarla en capítulos de manual. Así, sin querer queriendo, como diría El Chavo del 8, ajustamos la educación para que quepa higiénicamente en la palabra escuela.

Maxi Giaccone y Rocío Primo decidieron recuperar ese color perdido y salieron a la ruta con sus tres hijos de 2, 6 y 9 años en un colectivo Mercedes Benz 1420 convertido en casa rodante que bautizaron “La Vida como Escuela”. Durante cuatro meses durante este año recorrieron Uruguay y Brasil y se maravillaron con las formas en que sus hijos aprendían mientras se relacionaban con las personas, la naturaleza, las ciudades y los pueblos del recorrido.

También visitaron escuelas alternativas. Después de todo, ellos son parte de una en la ciudad de Tigre, a donde acaban de volver. Tal como sucede en las llamadas “escuelas vivas”, las madres y los padres suelen reeducarse para acompañar a sus hijos en un entorno de juego y autonomía que ellos mismos no vivieron a esa edad en la escuela tradicional. Ahora ellos crecieron junto con sus hijos y perciben con certeza que necesitan ampliar su mundo cognitivo. El bondi será entonces un boleto a las experiencias de la vida, como un Mahoma que va decidido a la montaña.  

El plan es salir con hasta 8 o 10 niños/as, dos veces por semana, a visitar lugares y experiencias que surjan de los intereses de ellos y también de los adultos que los acompañan, en Buenos Aires y sus ciudades aledañas. Museos, parques, barrios, personas, talleres, organismos, organizaciones, negocios, festivales, encuentros, mingas, casas de familia, incluso otras escuelas.  “No hacen falta cuatro paredes para aprender a vivir la vida, como nuestros hijos hasta ahora no tuvieron que diferenciarla de la escuela”, explica Maxi.

“Vemos en ellos otros cuestionamientos y nos damos cuenta de que los intereses y las ideas a estas edades empiezan a tomar fuerza. Nosotros como adultos que re-aprendimos muchas cosas también estamos en esa etapa. Y además de acompañarlos recuperamos nosotros viejos deseos postergados de aprender”, agrega Rocío.

Para que la propuesta del bondi “La vida como escuela” sea sustentable, se buscan sponsors que podrán plottear el vehículo y acompañar la experiencia en el Instagram comoescuelalavida. Pueden contactarse con Rocío y Maxi a través del correo comoescuelalavida@gmail.com o al teléfono +54 9 11 2351-3993.

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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