Fue niño Waldorf, hoy es escritor y cuenta cómo vivió su escuela

Harold Muñoz fue un niño Waldorf en Cali, Colombia. Hoy, adulto, es escritor, autor de la novela «Nadie grita tu nombre» y de «Salsipuedes», su primer libro de cuentos, a editar en 2022. En un texto especial para la revista «Bienestar» describió cómo se sintió en primera persona pasar su niñez en una «burbuja de lana».

Los niños y las niñas que van a escuelas «alternativas» naturalizan sus vivencias allí. Somos los adultos, sobre todo quienes estudiamos en escuelas convencionales, quienes nos mordemos las uñas por saber cómo es que experimentan esas elecciones educativas que hacemos por ellos. Por eso, quizás, ansiamos leer textos como éste, donde esos niños y niñas llegan a la adultez, de alguna manera «toman consciencia» de que su educación no ha sido «normal» e intentan describirla al mundo.

«Y yo no sé si funcione a cabalidad o si sea la panacea —incluso puede sonar hipster, falto de rigurosidad, pseudocientífico—, pero para mí la metodología Waldorf tiene sentido. Pienso que entiende el conocimiento como una herramienta interdisciplinaria de observación y no únicamente como un capital, y que ejercita dos habilidades que sirven para cualquier tarea que uno se proponga: primero, que el proceso importa tanto o más que el resultado. A la hora de la verdad, esto era lo que me calificaban; todos desarrollábamos una forma particular de hacer las cosas, una técnica, una perspectiva», dice Muñoz en el texto.

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Foto de portada: Colegio LHG

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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