Cómo crear un taller de carpintería en tu espacio de aprendizaje

Casi todas las propuestas de educación alternativa incluyen momentos, espacios o proyectos que involucran actividades manuales. Los beneficios saltan a la vista: se ejercita la voluntad y la planificación, se aprenden a manipular materiales y herramientas, se ejerce la creatividad, se usa todo el cuerpo. Se gana confianza en uno mismo. 

Por eso, Nicolás Fuscaldo se dedica desde hace 15 años a formar a maestros, padres y madres para que puedan acompañar a niños y niñas en el banco carpintero. «Me formé en el seminario de maestros de primaria de la  pedagogía Waldorf hace 15 años y re-aprendí el mundo. Me conecté con la madera de manera intuitiva y me hice autodidacta en muchas disciplinas», le cuenta a AlterEdu.

Hace diez años nos enseñó en Tierra Fértil, y eso sigue haciendo en cada provincia y país que visita. Hace poco, en México. El próximo sábado 11 de marzo brindará su próxima capacitación en la ciudad de Buenos Aires. Le hice algunas preguntas:

-¿Qué te muestra la experiencia de trabajar tus talleres con niños, educadores y familias? ¿Qué cosas observas?

-La experiencia de trabajar con la carpintería desde la dinámica de construir un juguetes de madera entre niños y adultos, me muestra y demuestra que hay un gran tesoro detrás de este tipo de actividades. La actividad manual en los niños, jóvenes y adultos es, hoy en día, una imperdible ocasión de equilibrar nuestro ser de una manera entusiasta y divertida.

El trabajo con las milenarias herramientas manuales que ofrece el oficio de la carpintería, interactuando y transformando el noble material de la madera, guarda en sí mismo muchas revelaciones a nivel corporal y anímicas, que sólo con esta experiencia se pueden ir develando en el proceso.

Hace más de 15 años que imparto talleres de carpintería para niños, adolescentes y adultos, y el resultado de este trabajo, es siempre satisfactorio en los participantes. Las devoluciones a nivel personal, son 100% positivas. En tiempos donde la tecnología está arrasando despiadadamente con el desarrollo y crecimiento saludable de niños y jóvenes, es un excelente momento para sumarle a nuestros hijos y/o alumnos, diferentes actividades manuales con materiales nobles. Creo fehacientemente que los oficios son la mejor herramienta que tenemos hoy en día para equilibrar esta desafortunada situación de exceso digital.

-¿Por qué crees que las escuelas alternativas suelen tener espacios de taller a los que les dan más centralidad en el curriculum que las escuelas convencionales?

-Porque, a diferencia de las escuelas tradicionales, se les da la misma importancia a las actividades manuales que a las actividades intelectuales. El ámbito de la voluntad y el ámbito del pensar tienen que estar cultivados en raciones similares para que el ser humano viva saludablemente en el equilibrio de estos dos polos.

Desde la pedagogía Waldorf sabemos que el equilibrio reside en el ámbito del medio, el ámbito del sentir. Y la mejor manera de que el niño se encuentre así es tener los polos equilibrados. Como si fuera un sube y baja: si los dos lados están medianamente en la misma altura, el medio se encuentra plano para poder posar en él la vida en equilibrio.

El ámbito del taller cultiva experiencias donde todo el cuerpo está involucrado: la motricidad fina y gruesa, la inteligencia práctica. Las situaciones que se presentan a resolver, de una manera concreta, luego nos darán las herramientas necesarias en la adultez para ser resolutivos y no miedosos a la hora de tomar decisiones. Hay mucho por escribir e investigar acerca del poder terapéutico y formativo que guardan en sí los oficios.

Una de las causas de tanto uso y abuso tecnológico es la escasa propuesta de actividades manuales que hemos tenido en nuestra infancia. Tenemos tan pocos registros de disfrutar actividades manuales o artísticas en nuestra niñez, que enseguida nos conformamos con una consola o una película. Si tuviéramos un registro más fuerte de estas actividades volitivas, no caeríamos tan fácilmente en lo digital porque sabríamos que en nuestro tiempo libre podemos disfrutar de crear algún objeto o estar en un proceso artístico creativo.

Contacto con Nicolás Fuscaldo: https://www.facebook.com/Clubdeoficios

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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