Espacio Tecno: todo lo que la educación formal debería aprender de la no-formal

La línea editorial de este sitio es doble: aboga por la libertad educativa, para que la mayor diversidad de opciones sean posibles, legítimas y accesibles. Y, en segundo lugar, para quienes quieren mejorar la escuela «desde adentro», sin necesidad de grandes inversiones o cambios dramáticos, propone imitar allí lo que hace en múltiples espacios la educación no formal e informal. Es decir, enseñar sin curriculum uniforme ni calificaciones.

La creación de la escuela obligatoria y de formato industrial hace doscientos años dividió las aguas. La educación bautizada como «formal» sería la válida, mientras que la «no formal» sería toda aquella que, aunque útil y efectiva, quedaría fuera de los curriculums y la estructura seriada y burocrática del Estado. Desde entonces, como efecto indirecto, la educación no formal debe competir permanentemente por los recursos y la legitimidad que acapara el aparato escolar. Como consecuencia, también, excelentes espacios educativos de las ciudades son sub-utilizados: museos, parques, talleres, teatros, auditorios, jardines botánicos, bibliotecas y otros centros culturales de lo más variados.

Estuve en Bahía Blanca hace unos días y tuve la oportunidad de conocer uno de esos dispositivos culturales interesantes, el ESPACIO TECNO «César Milstein». Se trata de una nueva versión del proyecto «Infinito por Descubrir», replicado en algunas provincias por el Ministerio de Educación de la Nación durante el gobierno de Mauricio Macri, cuyo funcionamiento fue asumido ahora por la Municipalidad de esa ciudad. Dicen que inspirado en la Singularity University, una institución que promueve la resolución de problemas y el liderazgo mediante tecnología de punta en la sede de la NASA del Silicon Valley, en California (ver nota relacionada). Leonardo Valente, bahiense y actor clave en la movilidad sustentable de la ciudad, estuvo en Singularity y es uno de los promotores del espacio y su continuidad. Fue quien nos invitó a conocerlo.

El Espacio Tecno está en el macrocentro de Bahía Blanca: es una vieja usina reciclada con ambientes equipados para trabajar al mejor estilo maker, dividida en tres áreas. «Infinito Por Descubrir (IXD)» está dirigido a chicos y chicas de 6 a 18 años y tiene el objetivo de «desarrollar habilidades blandas y cognitivas, generando interés por crear proyectos en ciencias, arte y tecnología con impacto social, fomentando la curiosidad, la indagación y el emprendedorismo como motores en el proceso de aprendizaje», me cuenta Carolina Pereyra Huertas, la nueva Directora General del lugar.

También existe «PUNTO TIC«, destinado a jóvenes a partir de los 18 años. «Es un espacio de encuentro donde la ciudadanía, organizaciones, emprendedores, PyMEs y el gobierno se encuentran para pensar ideas innovadoras y creativas, y diseñar y construir Bahía como ciudad del conocimiento, innovación y tecnologías», agrega. Por último,
«APRENDÉ 4.0» es un proyecto aún en desarrollo que ofrecerá a la comunidad de Bahía y la zona cursos de formación profesional, gratuitos y con certificación oficial. Esta última propuesta está orientada a la inserción en el mundo laboral, «garantizando la inclusión educativa y la educación de calidad, mediante el aprendizaje continuo y la adecuación a la demanda actual de competencias», describe Carolina. La acompañan las coordinadoras de «IxD», Viviana Marilao y Mariana Dzal; el coordinador de «Punto TIC», Franco Soresi, y la coordinadora de «Aprende 4.0», Laura Amante.

Recorremos juntos todos los rincones y no puedo más que recordar mis visitas a Tecnópolis o al Tríptico de la Infancia, otros dispositivos educativos no formales que se parecen a lo que para mí debería ser la escuela: espacios de estímulo y participación activa que combinan habilidades «blandas» y «duras». Otra división que, por desgracia, vuelve a reproducir la lógica de la categorización de aprendizajes en preferibles y prescindibles.

Las salas están muy bien equipadas y divididas en cuatro laboratorios: Multimedia, Fabricación, Ciencias y Sonido. Hay dos facilitadores por cada grupo, que no supera los 10 chicos/chicas. Para asistir, las familias se anotan con turno en una página web. La propuesta es gratuita y tiene, además, un ómnibus que la lleva de forma ambulante a diferentes barrios para estimular la inscripción en sus actividades. La dinámica del espacio es la del trabajo por proyectos. Los adultos, especializados en diferentes ramas del conocimiento, estimulan y acompañan a niños y adolescentes a que diseñen, ensayen y materialicen sus propias ideas e intereses. Esa mañana los vi trabajar y conversar animadamente. Para mostrarles el lugar, prefiero recurrir a las fotos:

El Espacio Tecno Dr. César Milstein está ubicado en Fitz Roy 682, Bahía Blanca, y abre de lunes a viernes de 8 a 21 horas. La página web para participar es https://ixdbahia.com.ar/. En las redes sociales: https://www.instagram.com/espaciotecnobahia/

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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1 Respuesta

  1. 6 de marzo de 2022

    […] opciones que conocí en la ciudad durante mi viaje en Febrero: el ambiente Montessori FloreSer y el Espacio Tecno (pueden leer esas notas anteriores haciendo click). Hoy agrego la tercera: una familia que educa […]