Para que los inspectores no traten como parias ni contraventoras a las familias que educan en casa, el gobierno de Brasil acaba de librar un oficio con un protocolo a seguir para las instancias de control de sus organismos oficiales. La Asociacion ANED de familias aclaró que, si bien no es lo mismo que una ley que regule la libertad educativa que piden, se trata de un avance importante.
Como un protocolo hospitalario, el oficio librado por la polémica Ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos que dijo que los nenes tienen que usar color azul y las nenas rosa, da indicaciones como éstas:
- Los niños, niñas y adolescentes educados en casa no deben ser identificados como víctimas de abandono intelectual;
- Tanto ellos como sus familias deben ser excluidos de eventuales listas de abandono escolar hasta completar el trámite del decreto PL 2.401/2019;
- Los procedimientos en curso contra las familias que educan en casa serán suspendidos por el mismo período;
- En eventuales visitas realizadas por asistentes sociales a los hogares, las familias deben ser tratadas con dignidad.
Se sabe que tanto en Estados Unidos como en Brasil al movimiento homeschooler lo lideran las comunidades cristianas, que prefieren educar fuera de la escuela por motivos principalmente religiosos. Por mal que nos pese a quienes en realidad vemos la libertad educativa más bien como una oportunidad de legitimar las formas no escolares, adultocéntricas o doctrinarias de aprendizaje, ellos son los que más avanzan en materia legal. Su lobby en el gobierno conservador de Bolsonaro ha tenido efecto inmediato y lograron que el Ministerio esté trabajando activamente para legalizar la educación fuera de la escuela.
Cuando en Tierra Fértil empezamos a acostumbrarnos al desinterés o las trabas de los funcionarios de gobierno para ser reconocidos, mi marido hizo un chiste que más bien se transformó en un augurio: es más fácil legalizar una secta en Argentina que un proyecto educativo democrático.
A falta de una ley que declare obligatoria la educación en vez de la escuela, tener un protocolo como el de nuestros vecinos sería bueno porque acá en Argentina la desinformación es total y el trato que reciben las familias depende directamente de su capacidad para argumentar y demostrar que sus hijos no son animalitos por no ir a la escuela.
Aunque sólo por los casos que conozco, las familias no han sido maltratadas: los agentes oficiales se limitan a redactar un informe que agregan a los expedientes de los ex alumnos y alumnas que han salido de la escuela. Que, a su vez, quedan en el limbo de un archivo en las inspecciones escolares.
Tanto en Estados Unidos como en Brasil las asociaciones de homeschoolers tienen su propio equipo de abogados para litigar y ejercer presión parlamentaria, que solventan con las cuotas mensuales de las familias socias. En Argentina existen redes de escuelas y proyectos que trabajan para legitimar sus prácticas que contrarresta un esfuerzo común aislado y débil para regular la educación sin escuela.
La ANED organiza además este mes su encuentro en Rio de Janeiro. Para saber más pueden visitar el Instagram de la campaña #educacaodomiciliarja
Texto: Dolores Bulit. Foto: Aned
Hace 20 años pensaban así en Brasil,
Espero que la Argentina cambie y podamos evolucionar.
Lo digo por la frase que trata a los cristianos como una secta.
Cierto, debería decir culto religioso. Por mi parte, creo que también hay que exigir la separación entre iglesias y Estado.