Nueva Siembra, la escuela que fundaron padres y abuelos en Tucumán, cosecha sus primeros frutos

A 25 kilómetros de San Miguel de Tucumán está El Cadillal. Y ahí, la escuela «Nueva siembra», fundada en 2018 por padres y abuelos preocupados en ofrecer una educación alternativa a la convencional para sus hijos y nietos. Si bien está enmarcada legalmente en la gestión privada, funciona en los hechos como una escuela de gestión social, construida y sostenida por su comunidad.

Agrupaciones menos rígidas que los grados para seguir el aprendizaje real de cada estudiante y las propuestas activas son parte del día a día en la escuela. Incluso, ensayan la dirección del establecimiento de forma colegiada como forma de democratizar y compartir las responsabilidades del equipo. Sara Paz, una de sus fundadoras, asiste puntualmente a las conversaciones de la red de educación transformadora que desde la pandemia profundizan el encuentro virtual de experiencias similares en Argentina.

-¿Qué necesita la escuela de la sociedad y las autoridades en esta etapa de su vida?

-La escuela necesita ser considerada como una experiencia positiva para la evolución de las prácticas pedagógicas de nuestra sociedad, derribando los prejuicios sobre este tipo de propuestas. Legislando para que las escuelas con propuestas no tradicionales puedan ser aceptadas respetuosamente en su formato. Además, recibir el apoyo económico necesario para que nuestro funcionamiento se estabilice, permitiéndonos focalizar todas nuestra energías en el cotidiano educativo y pedagógico, ya que al ser una escuela que se auto-sustenta, el desgaste es mayor. Necesita un reconocimiento legal que permita acceder a los mismos beneficios que reciben otras escuelas.

-¿Qué prácticas pedagógicas les dan buenos resultados y valora la comunidad?

-Se valora la contención y el acompañamiento cercano a cada estudiante. El conocerlos y respetarlos en sus condiciones y características. Las asambleas, las rondas, el trabajo colaborativo, proyectar la escuela hacia afuera estableciendo convenios con fundaciones, programa de radio, etc., que pone a los chic@s en el lugar de protagonistas.

-¿Se relacionan con otras escuelas innovadoras en el norte del país?

-Con la escuela El Portal de Tafí del Valle.

-¿Adoptaron este año la dirección colegiada?

-Sí, porque promueve la participación democrática y refuerza el compromiso de cada integrante de la comunidad educativa. Considero que con todas las dificultades que este formato genera, es un modo virtuoso de llevar a cabo la dirección de la escuela.

El diario tucumano La Gaceta también hizo una nota sobre la escuela. Vale la pena leerla para conocerla mejor. «En total son 58 alumnos divididos en nivel inicial, primario y secundario (con bachillerato en turismo) y se dividen en grupos de 15 alumnos cada uno. Al trabajar con grupos pequeños, la evaluación no es numérica sino conceptual. Evaluamos el trayecto que realizó el alumno dándole importancia al juego, al arte y a la música», explicó Sara al diario.

Click acá para leer la nota completa de La Gaceta.

Click acá para visitar el Facebook de la escuela.

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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