Las escuelas de la confianza

A Christoph le pasó como a muchos maestros cuando les toca escolarizar a sus propios hijos. De repente, lo que antes podían ser apenas dudas solapadas en la rutina del trabajo se transforman en preguntas profundas y urgentes: ¿es esta escuela clásica que conozco y en la que me formé la que quiero para mis hijos? Ahora tiene una motivación interna muy fuerte para salir a investigar, para hacerse preguntas que tenía guardadas incluso desde sus malos recuerdos de la primaria.

Y en vez de hacer un recorrido en soledad, decidió filmar y compartir todo lo que había descubierto. Así nació «Schools of trust», una película donde se muestra un viaje por escuelas democráticas alemanas y se recogen testimonios de niños, niñas y adolescentes que asisten o asistieron. Todos ellos tienen algo en común: los adultos que los cuidan, en casa y en la escuela, tienen confianza en ellos y su capacidad de aprender sin perder la voluntad en el camino. Por eso, no imponen un curriculum, no los califican con notas y los instan a participar de las decisiones colectivas.

Las cámaras recorren las escuelas Kapriole de Freiburg, la Heckenbeck Free School de Gottingen y hasta la Sands School Devon en Inglaterra. Acompañan el relato los testimonios de Peter Gray, el psicólogo que acompaña las escuelas Sudbury de Estados Unidos desde que la descubrió para su propio hijo; Andre Stern, el francés autor del libro «Yo nunca fui a la escuela», y Yaachov Hecht, fundador hace 30 años de la escuela democrática de Hadera en Israel. También escuchamos a un inglés veterano inspector de escuelas que ha defendido siempre a Summerhill y viajamos hasta Puerto Rico, donde un joven descubre Nuestra Escuela, el proyecto que más valora en su recorrido por alternativas en Escandinavia y América.

Estas son algunas de las ideas que los neurocientistas y psicólogos consultados aportan en el film:

«La gente me pregunta cómo podemos motivar a alguien a hacer algo. Y yo les respondo que la motivación es como tener hambre: esa es nuestra ventaja evolutiva. No tenemos alas ni branquias, pero tenemos curiosidad».

«Necesitamos escuelas donde el domingo a la noche los chicos quieran ir, no porque sea obligatorio».

«Les tomamos exámenes y les ponemos notas porque no confiamos en que los jóvenes humanos puedan ser aprendices activos».

«En nuestra escuela tratamos de que nuestro staff no sean maestros, porque en general te han formado para que creas que sabes mejor cómo hacer las cosas».

La película puede verse de forma gratuita en 3 partes en YouTube.

Texto: Dolores Bulit

Fotos: Schools of trust

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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1 Respuesta

  1. 3 de julio de 2022

    […] todos que nos guste leer lo mismo. Pero hay cientos de escuelas en el mundo que así lo hacen: las democráticas, las libres y las Montessori son algunos ejemplos que conozco. También los unschoolers, familias […]