Instrucciones para descolonizar el verano

Empieza diciembre y a la par el furor por las colonias en Argentina. Parece que un niño que no está siempre inscrito en algo no es niño en las zonas urbanas. Muchos las disfrutan porque acceden a experiencias en la naturaleza o en el agua a las que no podrían llegar de otra forma. O porque les permite estar en contacto con propuestas que les gustan, a otro ritmo, con otros pares. Otros, en cambio, las padecen o las aceptan porque son la opción de cuidados del verano para los padres y las madres que trabajan fuera de sus casas. Hay colonias que aún libres de las exigencias escolares reproducen los espacios de poder de los adultos, además de los tiempos y actividades reglados con poco lugar para la imaginación y el juego libre, tan propios y necesarios en la infancia.

Hay familias que todavía pueden pasar el verano sin colonia, con adultos disponibles para cuidar, generar actividades en casa, en el barrio, hacer redes con otros adultos, vecinos o familiares. Invitar amigos a casa, acompañar el aburrimiento y las rutinas, acceder a una pileta, a un club, a un parque con acceso al agua. Otros quisieran ir a la colonia y no pueden, por falta de plata o de vacantes en las que son gratuitas.

Hace unos días me dieron en el club del barrio el consabido folleto y había una frase que parecía escrita especialmente para mí, un disparador perfecto para esta nota que escribo hoy: «Los aprendizajes más importantes se hacen jugando«, decía al lado de la descripción de las actividades ofrecidas en la colonia. Me dejó pensando varias cosas. La más evidente, la presión que tienen encima los niños y niñas para no dejar de aprender ni en vacaciones. Y el razonamiento siguiente es que, si de verdad fuera aceptado que jugando se aprende, el resto del año también se jugaría en la escuela.

Todo esto me da pie para hablarles de esas otras colonias, que más bien deberían nombrarse «descolonias», como Laura Isod las llamó alguna vez, porque rompen con nuestra creencia de que el trabajo y el juego jamás se tocan. Estas propuestas de verano se ofrecen en los mismos espacios de educación, recreación, taller o cuidados comunes que sí hacen del juego libre su bandera real durante todo el año. Son entornos donde los adultos les dan a niñas y niños su voto de confianza para jugar y crear mucho y de verdad, con ellos dirigiendo sus juegos y con propuestas optativas de marzo a diciembre.

Las actividades de verano de estas escuelas libres, grupos de crianza y espacios de taller permiten acercarse a las familias que no las conocen a esta perspectiva de la educación con los niños como protagonistas, además de colaborar con la sustentabilidad del proyecto durante los meses menos activos. Estas son las que conozco, pueden escribir directamente a cada una para conocer más detalles:

MARTINEZ, PROV. DE BUENOS AIRES:

PASO DEL REY, MORENO, PROV. DE BUENOS AIRES:

LAS CALLES, TRASLASIERRA, CORDOBA:

MARTINEZ, PROV. DE BUENOS AIRES:

PACHECO, TIGRE, PROV. DE BUENOS AIRES:

RANELAGH, PROV. DE BUENOS AIRES:

DEVOTO, CABA:

CONGRESO, CABA:

SAAVEDRA, CABA:

BARILOCHE, RIO NEGRO:

ROSARIO, SANTA FE:

PALERMO, CABA:

Tel. Mini Artistas: 15 5955 7014 / https://www.facebook.com/MINIartistastaller/