Gestión social al servicio de la educación respetuosa: así trabajan dos escuelas Generativas en San Luis – Crónicas del Décimo Encuentro Plural de Educaciones Posibles (2)

Es domingo y arranca el segundo día del Encuentro Plural de Educaciones Posibles (alias EPEP). En el auditorio del hotel preparan el proyector y sus carteles las coordinadoras y estudiantes de dos Escuelas Generativas. No es la primera vez que escribo sobre ellas (pueden leer esta nota y esta otra), pero sí es mi primer encuentro cara a cara con algunas de sus protagonistas. Si bien la provincia las amparaba en una Ley de Escuelas Experimentales, en 2019 se aprobó por unanimidad en la legislatura su propia Ley de Escuelas Generativas. “Con esta iniciativa se pretende garantizar un cuerpo regulatorio propio que las sistematice como escuelas de gestión social para otorgar un marco normativo específico, complementario y atinado, teniendo en cuenta que cada una de ellas es creada por decreto de manera particular definiendo en el mismo el tipo de modalidad, orientación y niveles educativos que comprenden”, explicaron entonces desde el ministerio de Educación.

Esa Ley de Escuelas Generativas respaldó la subsistencia de los proyectos pedagógicos en gran parte porque sus directivos no se renuevan por concurso público. Son concesiones temporales del Estado a asociaciones civiles, que reciben los sueldos docentes y subsidios para el funcionamiento. “Son escuelas públicas, gratuitas e inclusivas que replantean el sentido auténtico de la educación y de los aprendizajes reconociendo que los estudiantes llegan con un “capital cultural incorporado” e historias de vidas muy diferentes, lo que obliga de alguna manera a pensar estrategias que contemplen esta diversidad como condición inherente a la sociedad actual”, remarcó en ese entonces quien era ministra de Educación, Paulina Calderón. La iniciativa tiene no poca resistencias, tanto en la provincia como en el resto del país, aunque la Gestión Social esté amparada en la Ley Nacional de Educación vigente, que las contempla como una tercera opción junto a las escuelas privadas y a las de gestión estatal. El sello de estas escuelas es la autogestión pedagógica y organizativa.

Me interesa saber es cómo logran mejorar las experiencias de aprendizaje y el ambiente educativo para toda la comunidad. Hoy están con nosotros Silvana Guerrero y Liliana Chirizola, gestoras de las escuelas generativas “Semilla”, de la localidad de La Punta, y “Nueva Humanidad” , de Potrero de los Funes. Pasan fotos y videos en la pantalla y suena una canción, compuesta y grabada por los estudiantes, mientras proponen empezar la charla directamente con nuestras preguntas.

Silvana Guerrero, de Semilla, cuenta que desde que trabajaba en escuelas estatales en Buenos Aires soñaba con crear un proyecto como el actual, y siempre desde dentro del sistema educativo oficial. “Iniciamos un proyecto itinerante con aportes nuestros, “Flor de Sol”, que se turnaba en Volcán, La Punta y Potrero. Eran 11 chicos con sus familias y un maestro, que llamamos coordinador. Fue difícil sostenerlo económicamente, moverse y rendir examen para acreditar en una escuela estatal. Lo sostuvimos por tres años y aprendí muchas cosas, sin esa experiencia no estaría acá sentada. Noemí Paymal –referente de la Pedagogía 3000- vino muchas veces a San Luis y ahí nos encontramos con Lilli, hoy directora de Nueva Humanidad. Hicimos contacto con el Ministerio y finalmente nuestro proyecto fue aprobado por decreto, tenemos mucha autonomía para hacer lo que nosotros consideramos que es saludable y respetuoso para las infancias y la docencia. Nos multiplicamos y se hicieron estas dos escuelas con un perfil muy parecido, inspiradas en la propuesta de los siete pétalos (ver nota). Veníamos remándola, y aunque creo que esto podría hacerse dentro de escuelas estatales, es más complejo: esto se hace en equipo y es difícil tener el espacio y el tiempo real para concretarlo y poder acreditarlo”.

Las dos escuelas Generativas que visitaron el EPEP 2021

¿Siguen la currícula que determina el Estado?

Claro, nos basamos tanto en la Ley de Educación provincial como la Ley de Escuelas Generativas, que comparten la misma currícula, pero tenemos total libertad. Nos piden cumplir con los Núcleos de Aprendizaje Prioritario (NAPS), que en nuestro proyecto pedagógico corresponde al pétalo amarillo. De esos NAPS nosotros sacamos las herramientas y las operaciones para resolver problemas concretos de la vida. Eso está clarificado y aceptado. Se sabe que cuando trabajás por proyectos van a haber contenidos que quedan afuera, pero la gran diferencia es que trabajás con profundidad. No tenemos más de 100 chicos/as, en grupos de no más de 20. Y si bien ya hubo en la provincia un antecedente parecido de escuelas autogestivas en el año 2000 (algunos las llaman chárter), no se contemplaba la cantidad de estudiantes por docente, y ése era un sueño que teníamos para poder conocer bien a cada uno.
Presentamos nuestro proyecto y el Ministerio nos dio una estructura y la garantía de movilidad del estudiante, es decir, la certificación. En Nueva Humanidad como evaluación usamos palabras relacionadas con el ciclo de las plantas: sembrando, floreciendo o cosechando, por ejemplo, es nuestra “tablita de evaluación” que volcamos en un informe. Solo lo traducimos a un número para que pueda ser comprendido por cualquier escuelas de la provincia o el país. Por ejemplo, si nos piden un pase; además, las familias no lo saben. En secundario sí hay que poner un número, pero no tenemos evaluación formal sino procesos de autoevaluación, individual y grupal. No existe la repitencia ni el desaprobado.

¿Cómo trabajan?

Tenemos tres grupos de primaria y tres de secundaria.
Semilla: Cada dos meses proponemos una temática, pero antes de arrancar lo vivenciamos los coordinadores y aprendemos el tema a través de distintas modalidades. Nosotros lo hacemos con herramientas de arteterapia, Gestalt… Por lo general yo los capacito para que después puedan trabajarlo con los chicos a partir de los siete pétalos, que son áreas de desarrollo. Los coordinadores, como llamamos a los docentes, crean una dinámica para cada área que dispara proyectos. No hay un solo proyecto. Y cuando no surge un proyecto de los propios estudiantes siempre tenemos algo bajo la manga. Estamos de esas dos maneras con los estudiantes. Ahí, la habilidad nuestra es ver en el proyecto que proponen qué contenidos hay. Ahí es cuando el docente tiene que bajar el contenido, no antes. Hasta que no estamos en la práctica real no sabemos qué vamos a tener que enseñar. A veces tenemos que agregar otros contenidos que ni imaginamos. Y también está relacionado al tema del mes, por ejemplo, en Mayo la revolución, y lo bajamos de acuerdo a las diferentes áreas. La idea es que sea transversal a todas las áreas. Semilla estará integrando pronto el Nivel Inicial, ya estamos preinscribiendo.

Sofía, docente de Semilla: Doy talleres de alimentación consciente y huerta. Esperamos que vengan con sus motivaciones, peor muchas veces están acostumbrados a que les digan lo que tienen que hacer. Es un poco dar lo que piden, lo que necesitan para poder y lo que nosotros queremos, y depende del niño o la niña hay que guiar más o no.
En primaria hay dos docentes por agrupación, que junta a los de primero, segundo y tercero. No están al mismo tiempo en el aula por una cuestión de presupuesto. Hacemos una sola planificación para primaria y secundaria. Tenemos tiempo, los jueves nos quedamos hasta las 7 PM planificando. Cada dos meses todo el equipo completo renueva la planificación.

¿Cómo es el perfil de los y las docentes?

Para poder firmar convenio con el estado provincial tuvimos que constituirnos como Asociación Civil, lo cual nos permite tener personas afines al proyecto y elegir los perfiles. Pero tienen que tener título docente y están anotados en la Junta. Los talleristas, al menos, tienen que tener una acreditación seria y responsabilidad. Sofia, por ejemplo, tiene una tecnicatura en cocina y salud y otra en ambiente. Desde la junta docente le han sugerido que haga las materias pedagógicas.

Para las familias es una garantía que nos ponemos de su lado, no es como la escuela estatal donde se avanza por el número de mérito. No sirve alguien que venga con mérito de puntaje pero que no tenga un mínimo de trabajo desde lo emocional, que haya experimentado con las emociones, que no se cuestione, que no esté en contacto con lo que siente. Eso es parte del entrenamiento que doy y transmito. En Nueva Humanidad es así también, tenemos una raíz en la educación emocional. Nos preparamos en un seminario de tres años en Mendoza.

¿Cómo se pagan los sueldos de los educadores?

En el caso de Semilla los paga la Universidad de la Punta, y los talleristas con el subsidio del gobierno, que también se usa para alimentación, limpieza, administrativo, materiales e insumos. Es subsidio es de 2400 pesos por estudiante, ya que la UCES se arma por matrícula. Hacemos compras con facturas, hacemos las rendiciones, y no siempre el dinero alcanza. En nuestro caso, casi nunca. Deben haber 50 estudiantes como mínimo para arrancar una escuela nueva. Cuando mudamos Semilla desde el estadio de La Punta (las Generativas suelen compartir espacio con otros edificios públicos y comunitarios) perdimos unos 20 estudiantes y con ellos presupuesto, pero las materias hay que cubrirlas igual. Somos creativos para resolver esos problemitas. Tenemos seis coordinadores pagos cada 100 estudiantes, y si con esos 6 no llegamos a cubrir todas las materias, con la Asociación tenemos que pagar otro sueldo para esas materias. Sabemos que la matrícula va a crecer y ahí podremos contratar. Pero no podemos matricular si no tenemos donde poner a los chicos. Ahora estamos estrenando edificio.

¿Qué sienten al perder los años de antigüedad al salir del sistema estatal?

Yo perdí 12 años de antiguedad, pero fue mi decisión. Con el tiempo empezamos a ver qué sindicatos nos aceptaban, pero nadie lo hacía. Hicimos de todo, nos citábamos con los sindicatos de Buenos Aires cuando venían a San Luis.
Cuando acá se hicieron las escuelas digitales tenían un proyecto pedagógico muy interesante y yo, cansada de la enseñanza tradicional, abandoné derechos por poder estar feliz y cómoda en el aula. Yo entiendo ese planteo, pero a mí me cambió sentir que la escuela es una prolongación de mi vida personal: eso no lo cambio por nada. Antes estaba mirando la hora para irme, viví situaciones incómodas y de violencia.

Los contratados por la Asociación son monotributistas. Tenemos días por enfermedad y lo presentamos a los mismos organismos donde se presentan los docentes de la escuela común. Igualmente, los sueldos equiparan la antigüedad porque son más altos que en la escuela convencional. Cobramos todos lo mismo, cerca de 110 mil pesos con los últimos aumentos. Pero la cantidad de horas que trabajamos, eso sí, en una misma escuela, es enorme. Somos multifuncionales, sostenemos cuestiones por fuera de lo estrictamente pedagógico, como el cuidado del edificio, las compras. Por eso, cuando buscamos el perfil docente, le pregunto qué más hace. No podemos tomar alguien que sea solo profesora de Lengua.

En el caso de Nueva Humanidad, la Asociación tiene 6 subcomisiones: eventos, compras, alimentación, comisión verde y cultura. Hay un referente de la escuela por cada subcomisión y a las familias les pedimos que se comprometan a colaborar en eso. También les pedimos un aporte simbólico de 300 pesos una vez al año que nos sirve mucho, porque de esa caja chica salen las compras que no dan factura o para llegar hasta la siguiente UCE. El gobierno paga 6 coordinadores y suman otro más cada 20 estudiantes. El resto que no llegamos a cubrir con eso lo pagamos a través de la Asociación. La continuidad del subsidio está contemplada en el decreto que crea cada escuela.

Nahuel (referente de dos Bachilleratos Populares de Buenos Aires): yo creo que no hay otro estatuto docentes que no sea el de la escuela estatal. Lo interesante es discutir qué es lo que representa nuestro Proyecto Político Pedagógico, yo debatiría la antigüedad y cuál es el estatuto que puede representar nuestras prácticas. En los bachilleratos populares el estatuto docente no representa las prácticas educativas. Yo creo que más que discutir otros que ya existen, que se consiguieron con luchas, hay que decir que queremos que nuestras prácticas tengan derechos también. Que ese modelo tenga una protección. Es probable que desaparezcan nuestros proyectos si no tenemos cómo sostenerlos materialmente. Por ahora el Estado no avala nuestras prácticas y la Gestión Social y Cooperativa no tiene un estatuto ni está reglamentada: creemos que el debate va por ahí.

Hay que unirnos para hacer un estatuto que nos ampare. Se ha venido trabajando en otros EPEP, incluso se ha hablado en las redes regionales. En Entre Ríos también se están generando mesas de diálogo con el Consejo General de Educación porque somos cada vez más organizaciones y movimientos. No nos pongamos en la posición de que no hay nada hecho, porque estamos hace tiempo.

Cuando nacieron las escuelas autogestionadas acá en San Luis, hace 21 años, la mayoría estaba en contra. Los gremios y las universidades no nos querían. Pero, de apoco, empezaron a querer trabajar en las autogestionadas y a defender sus derechos. Va a pasar lo mismo con las generativas. Estamos en un momento de transformación, estas escuelas tienen que existir.

¿Cómo es un día en la escuela? ¿Por qué surge la ley de escuelas generativas y qué piensan de poder trasladarla a otras provincias?

Tenemos un gobernador que es artista plástico, y se llaman generativas como un movimiento artístico que surgió en Argentina. El artista tiene un impulso, una motivación, y arranca con un punto. No tiene la imagen completa de lo que va a suceder, se va co-creando en conjunto. Los docentes actúan generando ese pulso con una propuesta lúdica donde poner en acción el cuerpo, las emociones y la mente, desde adentro hacia afuera. El sentir, el hacer y el pensar, todas las planificaciones están abordadas desde esa curva. Al inicio, las emociones; luego el hacer, empezar a crear, y luego el pensar, que es el descubrir y reflexionar después de lo transitado. Hay más de treinta escuelas generativas en San Luis y muchas tienen prácticas atravesadas por el deporte y funcionan en clubes.

¿Las escuelas Generativas tienen supervisores propios?

Sí, son supervisores que pertenecen al programa de Innovación del Ministerio de Educación. Pueden estar más o menos capacitados, pero la mayoría son jóvenes y yo hasta ahora me siento muy acompañada.

Nueva Humanidad: sabemos que en otras provincias esto no tiene cabida, por ejemplo en Mendoza, a donde viajo seguido. Cuando alguien está interesado, yo le mando todas las leyes para que puedan usarlas como antecedente. Eso hice con Clarisa Ponce de la escuela Guayacán en Los Cardales, provincia de Buenos Aires. Hay gobiernos o municipios que no saben cómo hacerlo, no saben que ya existe algo establecido. Tenemos mucho apoyo a nivel provincial, somos una escuela para siempre, yo no creo que desaparezcamos: el único motivo sería la falta de matrícula. Para iniciarlas se pasa por muchas privaciones, para los que creemos en una educación respetuosa es difícil sostenerla solo con el esfuerzo de las familias. Debe ser garantizada por el Estado para que todo niño pueda acceder. He visto cómo proyectos preciosos se caen.

Estudiante de Nueva Humanidad: al principio fue difícil adaptarnos y entender que no teníamos que presentar lo que nos pedían. Pasamos de “entregá esto” a que nos dejen hacer.
Coordinador: como docente es lo más complejo, porque los chicos vienen con una estructura, entonces hay que saber que se pasas por un momento de transición. Hay que mantenerse despierto y uno re-chequearse permanentemente como docente.

¿Cómo es la inscripción, cómo hacen para llegar a las familias? ¿Les interesa llegar a un perfil socioeconómico determinado?

La primera la hicimos puerta a puerta, buscando la matrícula. En las cercanías para que sea sencillo traerlos. En La Punta tenemos barrios y pudimos incluir a los chicos y chicas de La Loma, que les queda cerca, personas en el Yuyuque que se armaron sus casitas. Empezó a correr la bolilla y ahora vienen de lejos por el boca a boca y la recomendación.
En Nueva Humanidad fue de boca en boca, y ahora hay lista de espera. El desafío de nuestra escuela es que invita a un puente con las familias y la exploración del ser. Al ser una escuela pública no sabemos quién viene a la escuela ni cómo son sus formas. Aparecen un montón de situaciones y tenemos que acompañar a las familias. Vienen chicos de sufrir bullying en grandes escuelas. La cultura de paz es uno de nuestros pilares. Tenemos asambleas semanales donde tratamos los conflictos de la semana y otros espacios más íntimos con las personitas involucradas para ver la punta del ovillo. Sin hacer juicio, no los obligamos a disculparse, hay incluso herramientas para la descarga de la educación emocional. Nunca los obligamos a que se abracen, se perdonen y pidan disculpas si no lo sienten en ese momento. Con las familias tratamos de tener al menos una reunión por año, pero a veces no lo logramos. Usamos el bastón de la palabra, la escucha consciente y consignas de cómo llevar una asamblea. Si hace falta hacer otra vuelta con el bastón, se hace, a veces se hacen acuerdos. A veces usamos herramientas de las constelaciones familiares. Una vez se armó un tole tole entre dos, les mostramos que la configuración de sus familias era similar y eso empezó a desarmar el conflicto. No tenemos equipo psicopedagógico, sería bueno tenerlo, pero no alcanza el presupuesto. Otra ventaja nuestra es que la Asociación Civil y la escuela son las mismas personas: esa fusión ayuda mucho y no ocurre en todas las Generativas.

Profesora: nuestra primaria tiene 35 chicos divididos en dos ciclos o agrupaciones. Yo vengo de la escuela convencional con muchas preguntas, búsquedas y transformaciones. Soy una maestra tradicional en deconstrucción. Este año recibimos uno 80 por ciento de estudiantes nuevos. Me gusta resaltar que hay un ambiente cotidiano de coherencia y armonía. Ya no es solo aplicar una herramienta adecuada para cada uno o cada situación, sino que hay todo un contexto que trabaja a favor. Hay un permiso para enojarme, para pedir ayuda, vemos que hay conflictos que se van solucionando. Para registrar cómo estoy, todo ese trabajo de gestión emocional que me alucina ver cuando empieza a fluir. Generamos un ambiente de seguridad psicológica. Los docentes también podemos decir cuando llegamos cómo estamos, qué necesitamos. Al entrar hacemos un círculo para contar lo que va a suceder, y al terminar también un círculo con todos por si hay que hablar de algo. Los docentes hacemos un cierre de jornada de una hora todos los días.
Con nuestro equipo pasa como en una familia: si la familia está bien, todo funciona, y si no todo es más laborioso. Acá hay trabajo de equipo y trabajo personal propio. La estructura que hemos creado nos permite trabajar mucho como equipo. Eso es fundamental.

Elías está tejiendo en telar mientras conversamos. Ese fue un proyecto. Frente a la escuela hay una fábrica de alfombras y gente que conoce los modos artesanales de hacer las alfombras. Primero hicimos una visita guiada. Me fascinó este proyecto, porque si lo hubiera soñado no hubiera salido tan lindo. Esta fábrica es centro cultural al mismo tiempo. Luego construyeron sus propios telares, volvimos al centro y las tejedoras nos dieron un taller. Fue un proyecto propuesto por las docentes, porque están los proyectos personales y los que proponemos docentes.

¿Cómo se sostiene y mantiene la huerta u otras actividades productivas?

No sentimos que vamos a la escuela. Hay tiempo para decir “vamos a regar”, aunque haya recreos, nuestra estructura no es tan rígida. También vemos quién necesita estar más en contacto con la huerta, con el afuera. Tenemos además esa visión integral, que la huerta es una materia que la usamos todos. Cuando hay estudiantes que van más por el lado del hacer, le damos la oportunidad de que vaya acreditando a través de ese tipo de trabajo. Cada uno de los pétalos apunta a un tipo de inteligencia. Y todos tenemos una más desarrollada que la otra, y a veces incluso tenemos un talento. ¿Para qué forzar si podemos dar por este lado? Les damos tareas para que la pasen bien. Tenemos tiempo para conocerlos uno por uno. Elías tiene esa capacidad de reparar y es preciso valorar eso. Si nos hubieran valorado más con eso que traemos, si no nos hubieran querido encajar en eso donde no encajamos… En San Luis hay un programa de huertas agroecológicas, eso nos dio un empuje, además de las familias que ya las tienen. También hicimos nuestro viverito, también nos frustramos. Queremos que ellos cierren su proceso, su curva, ese es nuestro deseo pedagógico. También queremos generar proyectos productivos para apoyar la economía de la escuela y de las familias.

¿Cuál es la carga horaria?

Cada escuela es diferente según el proyecto. En nuestro caso la secundaria es de 8 a 13 y la primaria de 14 a 18. Sabemos que la neurociencia explica que cualquier persona está disponible después de dos horas de amanecer, así que lo ideal sería entrar a las 10 AM, pero no es posible porque primaria saldría de noche.

Semilla tiene un solo turno de 9 a 13 horas. Los docentes entran una hora antes y salen una después. La idea es que estén juntos los de primaria y secundaria, nos gusta estar integrados y por ahora podemos. A nivel nacional se indica la jornada extendida. Por ahora acá los docentes deben cubrir un crédito de 35 horas semanales como mínimo.

¿Tuvieron opinión o participación en la creación de los edificios donde funcionan?

Para Nueva Humanidad nos hicieron los domos dentro de un parque nativo, nos escucharon. En el caso de Semilla no, pero estamos agradecidos porque han construido un edificio autosustentable. No estaba contemplado en el origen del decreto la arquitectura escolar. En general son las asociaciones quienes tienen que encontrar el espacio físico.

¿Cómo adaptan su proyecto a los requerimientos administrativos del Ministerio de Educación?

Tuvimos varias reuniones con la Secretaría de Innovación Educativa para que el Estado se adapte a nuestro libro matriz de secundaria y no al revés.

¿Existen espacios de capacitación para trabajar en una Escuela Generativa?

No todavía, pero nos gustaría hacer en nuestra nueva escuela un centro de formación docente generativa. Por ahora hacemos nosotros mismos un ciclo de capacitaciones para nuestros docentes y se sugiere que hagan el seminario de educación emocional de Mendoza, que nos parece una buena inversión. Por otra parte, organizamos un ciclo de vivencias para las familias que teníamos pensado para marzo de 2021 pero será para 2022. Un jueves al mes hacemos la capacitación además de las planificaciones. No hay una general porque cada escuela generativa una tiene una impronta. Usamos recursos artísticos y corporales y nos vamos encontrando quienes hacemos capacitaciones. Estudiamos tres años para ser coordinadoras gestálticas no terapéuticas, y podemos tener grupos operativos. Tomamos un curso de Geometría Sagrada con Oscar, que trabaja con Neomí Paymal y vino en 2019. También hicimos capacitaciones del Método Asiri, orientado al sentir, hacer y pensar. En Buenos Aires trabaje mucho en educación por el arte, ese es nuestro suelo. También en la Escuela Armónica de Arterapia de Mendoza. Trabajamos con la curva ascendente, no tenemos herramientas terapéuticas para sostener un proceso descendente y no podemos cruzar esa línea. Que las personas se den cuenta de algo. La salud y la educación se juntaron y eso me da un marco profesional, me sirvió para clarificar mis límites, ver cómo acompañar saludablemente un proceso de desarrollo. Tenemos las herramientas, quizás no la incumbencia profesional.

Las herramientas que tenemos también las usamos en la comunidad, con las familias. A veces llegan a una reunión con las cabezas bajas incluso y cuando les decimos que los queremos escuchar nos miran, charlamos de igual a igual y escuchamos realmente. Aprendimos a escuchar más y hablar menos.

Estudiantes de la Escuela Generativa Nueva Humanidad

¿Qué dice la ley sobre las Escuelas Generativas de San Luis?

ARTÍCULO 2º.- Disponer que los lineamientos comunes que caracterizan a la Escuela Generativa
son:

  • Pública y gratuita;
  • De gestión social;
  • No graduada;
  • Favorece la libertad de los/las estudiantes, tomándolos como centro del proceso
    de aprendizaje;
  • Realiza su actividad en espacios de educación no formales que comienzan a
    desempeñar una función de educación formal como clubes, academias de
    danzas, espacios gubernamentales ligados a la cultura, al arte y al deporte;
  • Desarrolla un proyecto educativo institucional contextualizado y desde un eje
    disparador como el deporte, la danza, la comunicación, el medio ambiente, la
    música, el teatro, la informática, las ciencias;
  • Otorga títulos oficiales con validez nacional, cumpliendo con todos los
    requerimientos normativos y administrativos;
  • Propone nuevos diseños de los espacios de aprendizajes;
  • Incentiva nuevos modos de interacción social y de utilización del tiempo;
  • Conforma equipos de docentes/coordinadores con dinámicas más horizontales y
    participativas;
  • Trabaja en agrupamientos conformados por hasta VEINTE (20) estudiantes cada
    uno, con UN (1) docente a cargo que se convierte en su tutor a lo largo de toda
    su trayectoria escolar;
  • Desarrolla sus propios dispositivos de evaluación en base al proyecto educativo
    innovador;
  • Establece sus acuerdos de convivencia desde un trabajo colectivo y
    democrático.-

ARTÍCULO 4º.- La Escuela Generativa como proyecto pedagógico de gestión social puede ser
implementada por personas jurídicas como organizaciones sociales, fundaciones,
asociaciones civiles sin fines de lucro, organizaciones no gubernamentales y clubes
deportivos.

Video de la visita del ex ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, a la escuela generativa Nueva Humanidad:

Foto de portada: Escuela Generativa Nueva Humanidad

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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1 Respuesta

  1. 10 de enero de 2022

    […] Majluf: «Es importante tener una estructura en los proyectos educativos, pero que no te ahogue» Gestión social al servicio de la educación respetuosa: así trabajan dos escuelas Generativas en S… ¿Qué somos? – Crónicas del Décimo Encuentro Plural de Educaciones Posibles […]