Cooperadoras: ¿parches del Estado ausente o vericuetos de autogestión dentro del sistema escolar?

Siempre que mi hijo está escolarizado, participo de la Cooperadora, la figura jurídica que permite a madres, padres y otros colaborar con la escuela de sus hijos. El objetivo primordial es conseguir recursos adicionales y ofrecer trabajo voluntario, aunque también pueden participar en instancias institucionales de decisión, como los Consejos Consultivos, junto con docentes y estudiantes.

Las cooperadoras fuertes suelen mejorar la calidad de las escuelas. Por desgracia, también funcionan como un parche de los recursos que el Estado no les entrega. En el caso de la secundaria bonaerense de mi hijo, por ejemplo, hemos comprado desde los libros matriz hasta los diplomas, el papel higiénico, los elementos de limpieza, material para educación física y para el laboratorio. En el pasado, con los fondos recaudados por la cooperadora construyeron un bloque completo de aulas, un SUM, la cantina y la fotocopiadora, el observatorio y laboratorio, además de financiar el mantenimiento y talleres extraescolares. 

Los ingresos de las cooperadoras provienen de las cuotas de sus asociados y la concesión de espacios como kioscos y comedores. Como el aporte no es obligatorio (pero sí necesario para tener voz y voto en las decisiones), la recaudacuón suele ser baja. En la escuela de mi hijo, desde que estamos, nunca llega al 20% de la matrícula.

Esta colaboración activa de las familias es usual también en las alternativas educativas, que suelen autogestionar sus recursos apelando a aportes en dinero, donaciones, ferias, eventos y emprendimientos de todo tipo. Muy pocas veces logran acceder a subsidios o convenios destinados a la educación o las políticas de infancia.

En cualquier caso, escuelas alternativas, privadas, estatales o de gestión social, se benefician con la participación de las familias y la comunidad cercana: es un buen ejemplo de democracia directa que podemos ejercer, del que tenemos muy poca práctica como ciudadanos.

En Argentina existe una Ley de Cooperadoras Escolares, más dos resoluciones vinculadas, una que establece un registro de cooperadoras y otra que explica el procedimiento para crearlas. También hay un manual online que ofrece diferentes anexos con modelos de notas, actas y planillas, para llevar adelante cada etapa.

Ciudadanos, no clientes

El ejercicio de la autogestión o democracia directa suele traer debates y desacuerdos, incluso en el ámbito de la educación, donde niños y niñas son los destinatarios últimos de nuestra capacidad -o incapacidad- de comunicarnos y tomar decisiones. Aun en las escuelas estatales, nos resulta más sencillo asumir la postura de clientes cuyas demandas deben ser satisfechas. 

De todas formas, creo que el modelo de las cooperadoras se parece más a un parche que a un mecanismo ciudadano genuino. La democracia real en la escuela estatal debería ejercerse con los fondos del Estado, que son, en realidad, los nuestros. 

Navegando un poco por las redes sociales encontré a Rocío. Ella es española y, como madre, forma parte de la Asociación de Madres y Padres (AMPA) de la escuela de sus hijos, la versión de allá de las Cooperadoras. Publicó un hilo genial e irónico explicando cómo funciona y arengando a las familias a participar. Más allá de algunos términos diferentes, puede aplicarse a nuestras Cooperadoras. Mirá:

  1. Siempre se necesita gente en las AMPAS. Siempre.
  2. Siempre habrá gente que critique. Da igual, si haces A porque no haces B, si haces B porque no haces A, si no haces nada porque no haces…
  3. El local del AMPA se queda pequeño, entre las pancartas, las manualidades, los altavoces, las mesas, las mil chorradas que tienen las de la fiesta, la manguera de regar de las del huerto, los tropecientos papeles que no sabes qué son, pero que si tiras fijo que los necesitas.
  4. Pedid siempre todas las subvenciones, es un poco rollo de rellenar papeles online, pero así contáis con dinero para un montón de cosas y aunque creas que no te la darán tu pide, que nunca se sabe.
  5. La gente q trabaja en el AMPA no gana dinero, no, nada, cero. Si acaso perdemos dinero, no veas la de tinta de mi impresora que uso. SI MARICARMEN, LA PRIMA DE TU CUÑADA, DICE QUE EN SU AMPA SE FORRAN, AJÁ, Y QUÉ HACES QUE NO TE METES EN ESTA A FORRARTE, CLARO, QUE NO TIENES TIEMPO.
  6. No pasa nada por no ser voluntaria en tu AMPA, si no se puede, no se puede, pero no des por culo a las que están.
  7. Es mentira que en las AMPAS estén las amas de casa que se aburren. Es gente que curra en otro lado y saca un rato para esto.
  8. En cada comunidad autónoma suele haber una asociación de AMPAS. Aquí se llama Denon Eskola. Haceos socias, ayudan un montón.
    9 ¿Que no sois socias de vuestra AMPA? Dejad ahora mismo lo que estéis haciendo y pagad la cuota.
  9. La ley de AMPAS dice que es obligatorio cagarse en todo y gritar en todos los idiomas cuando tienes que subir papeles a Izenpe (o el de vuestra comunidad autónoma). También es obligatoria quejarte mucho de las cosas online por Twitter.
  10. ¿Todavía no has ido de voluntaria a ninguna actividad del AMPA? Ya estás tardando. Ahora mejor que luego, ya verás como al final te lo pasas bien.
  11. Es importante tener una buena relación con la dirección del colegio y las profesoras, suelen estar encantadas con las actividades que se organizan y muchas de ellas las acaban metiendo dentro de la programación escolar.
  12. No hace falta tener ninguna habilidad especial para ser de la asociación, pero si os recomiendo que la persona que lleve la tesorería tenga cierta idea, si no es una locura.
  13. El AMPA no puede tomar todas las decisiones que quiera, antes de hacer algo debe exponerlo en el OMR (órgano de máxima representación o consejo escolar) allí se decide por votación. El AMPA cuenta con una plaza fija en este organismo.
  14. Cada AMPA se organiza un poco como le parece, puede ser de forma asamblearia o con una junta que son las que votan las decisiones. En realidad casi todas las cosas que proponen las comisiones se aceptan, es gente currando por mejorar la comunidad escolar así que nos parece bien.
  15. Cuando cambian las personas de la junta hay que avisarlo en el Izenpe (o dónde sea en tu ciudad) y así estará al día quién puede o no puede pedir subvenciones o firmar papeles. También válido para el banco.
  16. Al principio te lías un poco con el lenguaje institucional, pero luego le vas pillando el truco. Aunque también podían las administraciones subir los documentos con un lenguaje más accesible.
  17. Es bueno conocer también a la asociación de vecinos del barrio y a los representantes políticos, nunca sabes cuándo vas a necesitar pedir algo.
  18. Podéis hacer todas de todo o podéis tener comisiones, todo depende de la gente que haya.
  19. La comisión más guay es la de la fiesta (no es porque yo esté en ella) nos dedicamos a organizar distintas actividades para las y los peques, desde días de la ciencia o el libro hasta carnavales o fiesta de fin de curso. Lo mismo recortas antifaces q aprendes a hacer volcanes.
  20. Una labor importante es comunicar lo que haces a las familias y es también importante que sepas que nunca van a estar todas contentas y que siempre va a haber gente que te diga que es que no comunicas bien.
  21. Si sois un AMPA un poco cañera como la nuestra y os gusta meteros en jaleos, lo mejor es tener contactos en los medios de comunicación. Lo que más les fastidia a las administraciones públicas es que cuentes las cosas en público.

Imagen: Cooperadora Escuela 4 de Martínez, GBA.

 

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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