«Aprender en libertad te da la opción de hacerlo con motivación, y aunque algunas personas no lo crean, a los niños y jóvenes sí nos dan ganas cuando no existe presión»

¿Cómo es la transición desde una escuela libre a una convencional? Es la pregunta más frecuente de quiénes nunca han experimentado una educación diferente a la escolarizada. Por eso es importante contar cómo sucede ese pasaje para ayudar a desmitificar las formas alternativas de aprender.

En este caso el relato pertenece a Esperanza Chacón, quien junto con su pareja, Edgar Espinosa, son educadores del espacio de aprendizaje Casa Sula en Costa Rica. Antes de esto, asesoraron a proyectos y familias de Brasil y otros países, convocados por su vasta experiencia en el enfoque de la «educación no directiva», que desarrollaron ampliamente en la Fundación Pestalozzi, una escuela ya mítica que funcionó durante treinta años en Ecuador. Hoy también acompañan procesos de vida a través de su Laboratorio Autodidacta, una propuesta que puede trasladarse a cualquier parte del mundo.

«Lo que voy a relatar es un proceso de vida de mi ex estudiante Mila Espinoza, que hasta sus 13 años formó parte de un ámbito pedagógico cuya metodología son los ambientes preparados y relajados con el propósito que cada individuo active su plan interno de desarrollo a través de las interacciones continuas con el medio», explica en el documento de su autoría titulado «Las transiciones son parte esencial de la vida».

«A los trece, luego de permanecer casi cinco años consecutivos en un centro de educación libre, Mila decide cambiarse a una escuela convencional. Expresa que quiere tener otras experiencias y especialmente, como es obvio en la etapa de la adolescencia, el deseo vehemente de compartir con más jóvenes de su edad.

Mientras formó parte del Semillero 2 de Casa Sula, para niños entre 7 y 16 años, observamos que mantuvo un ávido interés por el uso de material didáctico, especialmente de matemáticas. Su curiosidad se extendía a la biología, escritura creativa, geografía e idiomas, si consideramos que habla español, alemán e inglés con suficiencia, y a otras áreas de interés. Cada día dedicaba un tiempo para practicar con los recursos didácticos. Así descubrió la lógica, las reglas, las leyes. En conjunto, como su tutora, diseñamos un Plan de Aprendizaje Integral que le era propio.

Durante su tiempo en Casa Sula, Mila encontró un equilibrio entre actividad individual y grupal, dando importancia al juego espontáneo, a los desplazamientos motrices corporales, danza contemporánea, gimnasia, caminatas, paseos con el grupo de exploradores. Fue parte activa en equipos de trabajo. En el ámbito de las relaciones sociales, cultivó sus amistades y promovió la cooperación mutua, que se observaba en la capacidad de asumir tareas comunitarias para beneficio común a través de una instancia de autogobierno, coordinando varios períodos en calidad de presidenta del Consejo de Gobierno.

Al inicio del ciclo 2020, sus padres y ella comienzan a buscar y visitar otros centros educativos aledaños. Luego de su partida, decido entrevistarla para saber de su inserción al sistema convencional.

Esperanza Chacón: -¿Cómo fue tu proceso de transición de un sistema de educación libre al sistema convencional?
Mila: -Yo sabía que la experiencia iba a ser desafiante en algunos sentidos, pero como además me integré al sistema convencional virtualmente, significó adaptarme a un aprendizaje que era impartido al 100% por una pantalla. Por otro lado, yo tenía un dominio de los conocimientos y contenidos que se requerían en clase, y estaba totalmente al nivel. Nunca fue el caso de no entender un tema, no haber podido hacer un trabajo o haber solicitado una extensión de plazos.

-¿Cuáles fueron los pasos que seguiste para integrarte a un colegio tradicional? ¿Y cómo lo elegiste?
-Buscar y elegir una institución no fue fácil. Visitamos alrededor de 5 colegios tradicionales e hicimos un diagrama comparativo con mis papás. La decisión finalmente la tomamos teniendo en cuenta en cuál me sentía más cómoda e inclusive tomar en cuenta la parte económica para no alterar el presupuesto familiar.
El primer paso para esta transición fue visitar la institución y observar cómo es la dinámica, después hablar con la administración. Finalmente, hacer una serie de exámenes de admisión, que no fueron tan relevantes ya que el colegio estaba bastante abierto a recibir estudiantes de un sistema alternativo.
No necesité organizar una agenda tediosa para estudiar o memorizar contenidos. Me di cuenta de que al ser una buena lectora – me considero así – me era fácil leer alguna información adicional e inclusive revisar los libros de texto para el nivel que iba sin que me tensione o entre en angustia. Lo cierto es que me habían dado seis meses de plazo para igualarme en los contenidos y justo llegó la pandemia. Ante esa realidad, hice los procedimientos en línea y me admitieron antes del tiempo previsto porque en dos meses ya estaba lista. Creo que antes inclusive “me había nivelado en las asignaturas que debía conocer”, lo que sorprendió a los profesores y a mí. Creo que a mis padres no tanto puesto que ellos confían en que soy capaz de hacerlo.

Mila aprendió la raíz cuadrada con material concreto

-¿Consideras que adquiriste las herramientas necesarias para desenvolverte en la vida?
-El centro educativo no-directivo es la vida misma en pequeño. Las escuelas alternativas tienen un enfoque más integral, no sólo académico, y buscan proporcionar herramientas para desenvolverse en la vida. Algunas de las herramientas más importantes que adquirí fue el poder tomar decisiones, ser autónoma para llevar adelante un proyecto práctico o investigación en todas sus fases desde el principio hasta el final. Comprender lo que hago, identificar lo que quiero y lo que es mejor para mí. Además, tener amistad y relación con las personas con empatía, sobre todo trabajar en equipo y resolver conflictos o asumir responsabilidades colectivas. Todo me permitió al final poder tomar la decisión de no sólo cambiar el colegio, sino vivir la adaptación a las reglas del sistema educativo convencional.

-¿Cómo crees que aportó el uso de material didáctico para activar la lógica que permite comprender las matemáticas, lenguaje y otros?
-El material didáctico hace posible comprender y desarrollar los objetivos planteados, pero además de eso, activa un interés por lo didáctico, ya que se comprenden los temas abordados.
En el colegio que elegí, estas vivencias y haberlo practicado me han ayudado muchísimo a entender los contenidos que son planteados en ejercicios de matemáticas, y a recordarme la importancia de no sólo memorizar lo aprendido, sino de entenderlo. Para mí lo esencial es no repetir de memoria, sino comprender, porque así se avanza a niveles más complejos o avanzados.
Yo no me conformo con lo que ya sé, sino que investigo más cada vez. Sobre esta base yo abordo un tema con profundidad. Por ejemplo, cuando utilicé el material de la tabla perforada con cuentas de colores era evidente un diseño perfecto y la respuesta estaba allí, frente a mis ojos, entonces ¡era mágico!. Luego se comprende y se vincula con los símbolos. Y los padres-madres deben confiar en que sí sucede, si se respeta el ritmo de cada hijo o hija.
Es importante para mí decir que cada material tiene sus códigos, sus reglas incluidas, y cuando se práctica con frecuencia se llega a deducir. Yo lo hice por mí misma, deduje las fórmulas. Pero antes es necesario hacer un trabajo personal cada día. Aprender en libertad te da la opción de hacerlo con motivación porque es cuando tú tienes ganas. Y aunque algunas personas no lo crean, a los niños y jóvenes, si no existe presión, sí nos dan ganas. Esto lo aseguro .
Lo que ayuda es practicar diversos materiales. Eso te da fluidez y seguridad, porque así tienes varias experiencias que te permiten llegar a la abstracción mejor. Me encantan las matemáticas, las disfruté mucho en el Semillero 2. Pero sí es necesario que tu tutor, que en mi caso fuiste tú, lo que primero hacía era escuchar mis inquietudes. Yo las expresaba, de pronto era como si frente a mí tuviera un gran espejo en donde veía de frente el problema, lo veía e imaginaba las respuestas. En este sentido tuve una buena experiencia con los adultos que me acompañaron, no solo para compartir sus experiencias y método, sino porque me sentía escuchada de verdad. Ningún otro profesor me ha escuchado tanto como lo haces tú.

-Se cree que una escuela libre no da las herramientas, ¿qué crees sobre elaborar tu propio plan de aprendizaje?
-Un plan de trabajo elaborado por uno mismo refleja nuestros intereses sobre lo que queremos aprender y nuestras curiosidades, pero además de todo evidencia una meta planteada por uno mismo. No es un plan de trabajo elaborado por adultos o profesores, es un reto que nos planteamos y cumplimos cada quien, no por obligación, sino por un deseo propio. Por eso me parece tan importante la elaboración propia de un plan de trabajo, porque refleja lo que queremos aprender y nuestra determinación para lograrlo, asimismo la organización con el tiempo y los recursos.

-Recuerdo que para tí fue importante contar con un cronograma de trabajo, poner tiempos y plazos para cumplir con los objetivos y continuar con otros temas o profundizar los que ya había iniciado, pues tenías un orden de prioridades. Cuando necesitaba información o recursos coordinó con un adulto. El seguimiento se veía reflejado en el informe que hacías cada día y compartías conmigo cada viernes. No era tu obligación, sino una manera de compartir sus avances, dificultades o preguntas.

-¿Qué recomendarías a los papás y mamás?
-Con los pocos años de experiencias que he tenido, es que den un espacio para que los niños o niñas sean libres y puedan experimentar, para que encuentren qué es lo que quieren y lo que les gusta. Para que se encuentren a sí mismos y después puedan tomar decisiones en la vida en base al sentimiento de vivir en libertad que ya tienen dentro. Algunas veces puede que no quieran vivir la transición de cambiarse al sistema tradicional, por eso es bueno que los respeten y acompañen a ver qué quieren, qué les motiva. Y si insisten, que los dejen probar.

Contacto con Esperanza Chacón y Edgar Espinosa:

Laboratorio Autodidacta: http://laboratorioautodidacta.com/
Facebook: https://www.facebook.com/esperanza.chacon.773
Instagram: https://www.instagram.com/espinosaidapple/

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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