El Alto Comisionado por los Derechos Humanos de las Naciones Unidas acaba de premiar por su labor al maestro uruguayo Julio Manuel Pereyra Sánchez, creador de la escuelita ambulante Caminos de Tiza, que trabaja con comunidades rurales en Misiones, Argentina. Pereyra defiende su trabajo fuera del sistema formal, ya que, según sus palabras, le permite trabajar mucho mejor que dentro de una escuela.
Así describe su trabajo el organismo internacional con motivo del reconocimiento, que también obtuvieron personas de Bielorusia, República del Congo y Jordania:
«Pereyra es un activista de derechos humanos que se enfoca en los derechos de los niños, las personas con discapacidad y los pueblos indígenas. Como persona con autismo, es un educador comunitario que trabaja en Misiones (Argentina) y fundador de la propuesta de protesta “’Caminos de Tiza’.
Su trabajo, que ha viajado por toda América Latina, se centra en la inclusión social y educativa, la prevención de la trata de personas, así como el abordaje de la desnutrición y la mortalidad infantil. A pesar de enfrentar la censura, este educador en neuropsicología enseña sobre atención primaria de salud y derechos sexuales y reproductivos, y desarrolla intervenciones terapéutico-pedagógicas en comunidades indígenas, colonias rurales, barrios marginados y basureros. También enseña alfabetización y crea bibliotecas comunitarias.
Su escuela itinerante opera bajo presión en zonas de narcotráfico y tráfico de personas. Imparte clases en cuatro idiomas sobre violencia de género, zoonosis y parasitosis, derechos y leyes.
Su labor ha sido reconocida por los Global Teacher Awards (India), el Premio Educativo Internacional “Espiral” (España) y el Premio Iberoamericano a la Labor Docente (Asociación de Educar para el Desarrollo Humano). Ha contribuido a la reinstitucionalización de más de 700 niños en el sistema educativo y ha ayudado a facilitar el acceso a vacunas, documentos de identidad, políticas públicas y becas para sus alumnos.
Nombrada «Verá Mirí» por la comunidad Mbyá Guaraní, este educador popular ha ayudado a reducir la deserción escolar, la mortalidad infantil y el embarazo adolescente, así como enfermedades endémicas como el dengue, la leishmaniasis, la sarna, la tungiasis y la pediculosis dentro de la comunidad.
Gracias a su trabajo en la detección temprana de trastornos del neurodesarrollo y la creación de espacios para la primera infancia, se le conoce como “el maestro de la selva misionera”.
Ver los ganadores del premio 2023: https://www.ohchr.org/en/about-us/what-we-do/un-human-rights-prize/2023-recipients
Leé mi entrevista a Julio acá: https://alteredu.com.ar/caminos-de-tiza-una-critica-constructiva-e-itinerante-al-sistema-escolar-y-la-inclusion-al-frente-de-un-profesor-con-autismo/
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