Veranito educativo

Tierra del Fuego reconoce la autonomía de las escuelas experimentales

Foto: https://twitter.com/PrensaLegisTDF

La semana pasada semana leímos en Infobae que Tierra del Fuego sancionó finalmente una ley que reclamaba la comunidad de padres y docentes de las escuelas experimentales, que llevan décadas funcionando allá. Se trata de un modelo escolar alternativo que nació en los años ’60 y que desde 1986 funciona al amparo legal de un decreto nacional que habilitó al Instituto Speroni de La Plata como profesorado de una experiencia innovadora.

Este modelo pedagógico floreció en otras provincias, pero fue en Ushuaia donde tuvo mayor difusión y acompañamiento de las autoridades. Sin embargo, el punto más crítico para la comunidad era legitimar en la normativa que cada escuela pudiera elegir los docentes adecuados para el proyecto pedagógico institucional, algo que en la práctica ya pasaba.

La noticia es importante porque, junto con San Luis, son las dos únicas provincias que lo permiten. Después de un trabajo de años lo lograron y hoy las Escuelas Provinciales Municipales Experimentales eligen en sus Asambleas Permanentes de Docentes por unanimidad y con autonomía del sistema de concurso docente que rige en resto del país para las escuelas públicas estatales. La libertad de acción es un pedido histórico del movimiento argentino de escuelas alternativas y de la educación sin escuela.

La ley también crea la Dirección de Escuelas Experimentales en el ámbito del ministerio local. En la provincia está instalado además el segundo instituto de formación docente de esta filosofía pedagógica, el Terranova. Un dato revelador de su peso si tenemos en cuenta que entre las escuelas alternativas oficiales las Waldorf sólo tienen uno en la provincia de Buenos Aires y las Montessori siguen sin tener una formación oficial local para sus niveles de primaria y secundaria.

No es la única provincia argentina que apuesta a la autonomía de las escuelas llamadas «alternativas» o «innovadoras». En San Luis hace veinte años se crearon las escuelas Autogestionadas, que son financiadas por el estado provincial pero autogestionan el uso de los fondos. Y que fueron el germen de las Escuelas Generativas, surgidas como respuesta a el abandono escolar secundario que es un síntoma común en todo el país. Así, San Luis ostenta también la rareza de que en su sistema educativo público convivan establecimientos «estatales, privados, generativos, autogestionados y digitales», tal como se listan en la web de su Ministerio de Educación.

Según nos cuenta Tatiana Olguín, jefa del Subprograma de Escuelas Generativas del Ministerio de Educación puntano, la idea surgió a partir de un plan provincial para revalorizar la función de los clubes de barrio. Se empezaron a acercar docentes con proyectos (algunos inspirados en Pedagogía 3000) donde los chicos y chicas fueran protagonistas, trabajando los mismos NAP de todo el país pero desde sus intereses y con sólo 150 alumnos en agrupamientos flexibles (no graduados), para permitir un trato personalizado y cercano.

El club o el estado aportan el edificio, el estado también financia los sueldos docentes y la asociación se ocupa del mantenimiento. Este año, además, las generativas empezaron a funcionar en escuelas de parajes rurales que no tenían secundario.

Los casos de San Luis y Tierra del Fuego, con sus diferencias, pueden tener varias interpretaciones. Yo creo que ambos han reconocido su ineficacia para resolver problemas como el abandono escolar, sostener el aprendizaje significativo y acompañar la demanda de niñxs, familias y docentes por nuevas propuestas, dando mayor autonomía a quienes tienen propuestas concretas para lograrlo. Ninguno de ambos estados fue el iniciador de las propuestas, pero al menos recogieron las demandas.

Un sindicato puntano no piensa lo mismo y critica que se hayan creado lo que considera estructuras paralelas. Cuando le pregunté a Olguín sobre esto, me dijo que las puertas de las Generativas están abiertas para todos aquellos que quieran formarse y que la intención del gobierno provincial es aportar diversidad, no suplir las escuelas estatales ni precarizar el trabajo.

La Casa Cossettini ya es patrimonio santafesino

Foto: Red Cossettini

También al filo del verano el gobierno de Santa Fe tomó posesión de la casa en la que vivieron en Rosario las hermanas Olga y Leticia Cossettini, las maestras argentinas más revolucionarias entre 1935 y 1950. Todo comenzó con la muerte de Leticia: ya vendida la casa y sin poder concretar un museo educativo, como era su deseo, sus vecinas y amigas la alquilaron y crearon un centro de jubilados que honraba la vida de su amiga. Luego, la Red Cossettini presentó un proyecto en la cámara de Diputados provincial para que el Estado la compre. Ahora será sede de la Red, funcionará un laboratorio de innovación pedagógica y el Centro de Jubilados Amigos del Paraná, como hasta ahora.

Las hermanas dieron vuelta la forma de enseñar y acompañar a niños y niñas en la famosa Escuela Carrasco, muy cerca del río Paraná. Crearon un clima de amor y creatividad, aseguraron la libertad para que el arte estuviera presente de forma transdiciplinaria, salían todos los días de paseo y crearon el «Coro de pájaros». No había filas ni campanas.

Tuvieron el apoyo de diversas figuras del mundo de la cultura en una época donde la corriente de la Escuela Nueva se hacía sentir, antes de ser removidas de su cargo por las autoridades. La casa se suma al resto del legado de las maestras en Rosario: la edición de sus obras completas; el Archivo Cossettini y el documental «La escuela de la señorita Olga», de Mario Piazza y Tristán Bauer.

Javiera Díaz celebra la noticia. La conocí cuando trajimos en 2011 la Valija Viajera a San Isidro, uno de los proyectos del IRICE-Conicet para difundir materiales de la obra de las hermanas. Es psicóloga y dirige El Alamo Azul, un espacio donde invita a los niños y niñas a ser jugando y a sus padres y madres a acompañarlos en ese camino. Fue ella quien cerró la casa junto con la sobrina de las Cossettini para retirar lo último que quedaba antes de la venta.

El trabajo de recuperación de la comunidad dio sus frutos y hoy queda en manos del Ministerio de Educación santafesino y la comunidad impulsora el futuro de las actividades. Por mi parte, me alegraría saber que fiel al espíritu de las hermanas, se transformase en un epicentro de injerencia pedagógica con efectos reales y palpables en las políticas educativas.

Corte europea contra familia homeschooler alemana

Los chicxs de la familia Wunderlich. Foto: ADF International.

En el 2013 los servicios sociales se llevaron a sus cuatro hijxs. Tres semanas después los devolvieron y dictaminaron que estaban bien educados y que no vivían socialmente aislados. Sin embargo, el gobierno alemán sigue dando batalla contra del homescholing.

El caso de la familia Wunderlich se hizo famoso y dos organizaciones de abogados, defensores de la educación en casa y de la libertad religiosa, tomaron su defensa (HSLDA y ADF International). En estos días recibieron malas noticias sobre su apelación a la Corte Europea por los Derechos Humanos (ECHR), que dictaminó que el gobierno alemán no violó sus derechos humanos cuando los sacaron de su casa y los forzaron a ser evaluados.

Como explica la abogada e investigadora de la educación sin escuela Madalen Goiria, «el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se ha decantado a favor de la potestad del Estado alemán para poder retirar la custodia parcial a estos progenitores que se negaban a escolarizar a sus hijos e hijas, y asegurar con ello el cumplimiento del interés prioritario del menor a acudir a un centro escolar, por encima de los intereses de la familia.»

La abogada defiende este derecho en España, donde no está prohibido pero tampoco regulado. «Es una cuestión de democracia, de reconocimiento de derechos, como han ido logrando otros colectivos. Nosotros tenemos una ley orgánica de desarrollo de la Constitución que establece la escolaridad obligatoria, pero no la propia Constitución, que a lo que obliga es a la educación», explicó por radio en su país. ¿Pero quién garantiza ese derecho para los menores de edad?, le preguntó el periodista. «Los primeros son los padres, y lo dice la CN y el Código Civil. El Estado tiene un interés en controlarla, pero cuando desconfía de los padres», precisó Goiria.

Y aunque las organizaciones defensoras de la familia alemana han puesto el acento en la violación a su libertad de culto, la discusión que está en juego es la de los derechos parentales. Y si incluso decidimos ampliar el debate y superamos al de los intereses entre madres, padres y Estado, podemos preguntarnos ¿hasta qué punto los niños y niñas como ciudadanos y sujetos de derecho pueden decidir incluso por sobre las expectativas que padres, madres y Estado ponemos sobre ellos y ellas?

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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