¿Sostener la educación que hace al mundo insostenible? La Fundación Claudio Naranjo se pronuncia

Aprecio cuando cualquier corriente del campo de la psicología se anima a pronunciarse acerca del sistema escolar. No es habitual: suelen escudarse en sus prácticas de consulta individual o en un silencio cómplice acerca de las condiciones que las escuelas generan en la formación de la psiquis infantil y adolescente, ya sea por maltrato, destrato o simplemente como resultado del curriculum invisible (claificaciones como premio y castigo, competencia, meritocracia, verticalismo, pasividad, indefensión aprendida, por ejemplo). Se alega también que un sistema escolar por sí mismo no es relación causal de determinadas conductas, y por cierto que nada en el campo de las ciencias sociales lo es. Sin embargo, el abordaje es hoy más que nunca urgente, teniendo en cuenta que la escuela ocupa gran parte del espacio y el tiempo de niños y niñas. Al menos el gobierno argentino amplió la educación obligatoria más que otros países y se declara a favor de la doble escolaridad en la gestión estatal.

El inglés Alexander Neill fue, quizás, el primero en apoyarse en la psicología para crear un ámbito escolar que facilite o promueva unas relaciones más sanas en esa etapa de la vida. Lo hizo basado en el psicoanálisis y particularmente en las ideas de Homer Lane y Whilelm Reich. Hoy, también el enfoque sistémico actúa de soporte de muchas escuelas libres o vivas en España y otros países. Por su parte, la Fundación Claudio Naranjo se ha pronunciado a favor de intentar crear condiciones en la infancia que eviten o suavicen las neurosis de adultos. En ese sentido, cerca de 400 maestros, profesores, directivos, madres, padres y gestores de proyectos educativos de todo el mundo se reunieron alrededor de un «fuego virtual» que propuso la Fundación y elaboraron un «manifiesto urgente». «La crisis del coronavirus nos ha hecho ver en una especie de realidad aumentada las deficiencias y contradicciones del sistema educativo, que, por supuesto, ya existían y padecíamos millones de niños, niñas, docentes y familias de todo el planeta», comienza el texto cuyas conclusiones se enumeran en 18 puntos. El texto del manifiesto continúa cuestionando los saberes «enlatados y fragmentados», un afán por continuar con tareas como si nada pasara, el fracaso del sistema educativo para compensar desigualdades sociales, ampliar la consciencia y su resistencia a parar y repensar sus hábitos. Muchas otras cuestiones se plantean en el resto de los puntos, que pueden leerse acá: http://www.fundacionclaudionaranjo.com/blog/manifiesto-urgente-sostener-educacion-que-hace-al-mundo-insostenible.html

Le pregunté a Germán Doin qué piensa de esta declaración, considerando que hizo el programa SAT que ofrece la Fundación (en Argentina: Asociación Argentina Programa SAT.). «El manifiesto retoma elementos que Claudio Naranjo sostenía hace años en sus escritos y conferencias. Supe de él cuando comenzaba a rodar La Educación Prohibida en el 2010, y ya en ese entonces Naranjo participaba y colaboraba con distintos actores y movimientos de educación alternativa y transformadora», recuerda. «La mirada de su formación es clara sobre la necesidad de un acompañamiento integral de la infancia junto a un proceso de deconstrucción del adulto. En sus programas se logra percibir claramente el impacto que esta mirada puede tener en la educación; y es totalmente esperable que se manifiesten claramente en contra de la tendencia productivista del sistema educativo en todo el mundo ante la crisis del COVID», opina el director de la película de educación de acceso gratuito más vista del mundo, que acaba de cumplir 8 años desde su proyección y suma 17 millones de reproducciones. Que, además, desarrolló un programa propio llamado «Desaprender» y coordina el «Proyecto C» en Buenos Aires. «Ojalá esto siga ayudándonos a tender puentes entre personas, colectivos y organizaciones que apostamos por otras educaciones posibles, de escala humana, que se proponen el bienestar y no la reproducción del sistema», desea.

Germán me recuerda que en 2015 la Asociación SAT organizó un evento especialmente pensado para docentes llamado «De la queja a la creatividad». Fue en Mar del Plata, y una de las organizadoras fue Jimena Comino, madre de una familia que educó sin escuela a sus dos hijos, que ahora vive en España y forma parte del espacio de aprendizaje Ojo de Agua. Le pregunté también a ella qué impacto había tenido acercarse a las propuestas de Naranjo en la crianza y educación de sus dos hijos. «Mi acercamiento a la escuela SAT tuvo que ver con la decisión de acompañar conscientemente la crianza de mis hijos. Me resonaba mucho el acompañar en libertad, respetando sus ritmos, permitir que ocurra en ellos la autorregulación organismica, confiar, observarlos, escucharlos de verdad», describe. «Pero -explica- a medida que iba entendiendo la teoría, me daba cuenta lo difícil que era llevarlo a la práctica. Si yo no era libre, no respetaba mis ciclos, si no escuchaba sin juzgar, si no sabía quién era, ¿cómo iba a llevarlo a cabo? Zambullirme en la escuela SAT me ayudó a entrar en un camino de autoconocimiento que me permitió vivir en coherencia con mi ser y acompañar en libertad no sólo a mis hijos sino a todas mis relaciones».

Consulté también a Evânia Reichert en relación a la neceidad de abordar desde el campo psicológico las cuestiones educativas. Ella vive en Porto Alegre, Brasil, fue maestra, periodista de educación, ecología y cultura y es terapeuta de abordaje psicocorporal y de parentalidad desde hace 30 años. Escribió el libro «Infancia, edad sagrada« y facilita el curso «Desarrollo Saludable y prevención de la neurosis en la infancia». Influida por las ideas de Naranjo y de Wilhelm Reich, entre otros, me cuenta por WhatsApp que trabaja «con padres y maestros para transformar los conceptos de cómo educar, incluso porque los adultos tienen la compulsión a educar, a intervenir, mismo cuando eso no es necesario». Y sigue: «Las escuelas y las familias, en general, poco conocen del desarrollo infantil saludable y de la dinámica de prevención en la formación del carácter. Ocurre porque es un tema nuevo, muy reciente. Los patrones educativos aún son basados en modelos que no contemplan, en profundidad, el desarrolo bio-psicológico que integran el psicoafectivo, el psicomotor, el cognitivo».

«Para cambiar en profundidad los modelos educativos es necesario que padres, madres y educadores tengan acceso a informaciones y vivencias que sensibilicen su propria mirada, su modo de reaccionar, su modo educativo basado en su propio carácter, en las heridas de su propia infancia», me explica. «Más que de escolarización o no escolarización, se trata de que los adultos en cualquiera de sus formatos educativos pueden seguir reproduciendo sus padrones neuróticos con los hijos». Cuando le pregunto si prefiere algún enfoque pedagógico o estructura escolar en particular, dice que aprecia «diversas propuestas de educación libre, inspiradas en las ideas de Reich, como Summerhill, y una de ellas que es «Donyets Espai D’educació Lliure» en Valencia, España, fundada por Imma Serrano y Jordi Martínez Calabuig, ambos psicoterapeutas reichianos».

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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