Es histórico: en una misma semana el ministro argentino de Educación convocó a las escuelas experimentales y a Francesco Tonucci, explorando alternativas para reorganizar este nuevo sistema educativo formal no presencial. En todo el territorio argentino, desde las ciudades más pobladas hasta los pueblos y zonas rurales, existen escuelas que desde hace décadas trabajan de una forma diferente a la convencional. Esas experiencias pueden aportar información valiosa ahora que el sistema educativo nacional se animó a explorar y sacar la brújula para ver lo que tiene más cerca. Sin necesidad de tomarse un barco a Suecia o a Finlandia.
Francesco Tonucci es un educador y dibujante italiano que ha dedicado su vida a rogar que la escuela no niegue la niñez, que nos les mande tareas y que se les conceda a los más pequeños autonomía y opinión para regular su aprendizaje y su vida en la ciudad. Le pidió a Trotta que aproveche para probar que los «experimentos» que van a ser estos meses pueden ser buenos y permanecer en el sistema educativo cuando todo pase. Se refería, por ejemplo, a las calificaciones, en sintonía con la propia opinión del ministro, que volvió a decir que no están entre sus principales preocupaciones. La charla con Tonucci se resume al final de esta nota.
Trotta también habló por videoconferencia con los directores y maestros de las escuelas experimentales de Ushuaia, una de las experiencias más antiguas del país en materia de alternativas educativas. En esa ciudad lograron el apoyo municipal y provincial para funcionar e integrarse plenamente al sistema público de enseñanza. De esa conversación, que no fue pública, no tengo testimonios ni pude conseguir informes de prensa de los organismos que intervinieron.
Sin embargo, a esta altura se puede hacer el ejercicio de puntear qué tienen en común varias de las alternativas educativas en Argentina para ofrecer en estos momentos en que el sistema formal se sacude. En general, creo que su aporte más importante es el hecho de que están basadas en la confianza y orientadas al aprendizaje. A diferencia de la escuela convencional, fuertemente basada en el control y orientada a la enseñanza. Por desgracia, este enfoque sigue vigente aún en emergencia, con grandes desigualdades sociales y dificultades económicas de telón de fondo.
Pero poco a poco van surgiendo cuestionamientos y el propio Trotta ha dicho varias veces que no se pondrá énfasis en las calificaciones, tal como ya lo han anunciado las autoridades de Educación de la Ciudad de Buenos Aires y de otros países. Estos son algunos de los conceptos que las escuelas alternativas trabajan habitualmente y que pueden inspirar hoy al sistema educativo formal. Sin ir más lejos, también son los enfoques que usa todo el espectro de la educación no formal, que trabaja muy bien sin la presión de la certificación ni la obligatoriedad: talleres, bibliotecas, juegotecas, casas comunitarias, centros culturales, clubes de ciencias, etc.
ESCALA. Sin importar qué tipo de mirada pedagógica abrazan, las escuelas alternativas suelen mantener una escala pequeña. Saben que esto es clave para los aprendizajes significativos, para mantener una comunidad unida y bien comunicada y respetar mejor los ritmos y procesos particulares de cada niña/o. Salvo algunas pocas, no suelen superar el número de 100. Crecen de forma orgánica y saben que muchos proyectos pedagógicos de calidad pierden su magia cuando se convierten en lugares masivos. Por eso, en este contexto se plantean como las más seguras para volver a las actividades presenciales. Así como Tonucci propone pensar a una gran ciudad primero en términos de vida barrial, los maestros y profesores en cuarentena podrían pensar en sus grupos como pequeños barrios. Así, toda decisión que los involucre debería pensarse en escala barrial de forma prioritaria, y no al revés.
TERRITORIO. La educación popular tiene en sus bases el trabajo con la realidad de su territorio. Más que una herramienta, ése es su curriculum. Los y las educadoras populares saben trabajar con lo que hay, son especialmente perceptivos de las necesidades y prioridades de vida de sus alumnos. Freire invitaba a alfabetizar mientras se conversa con cada cual sobre sus habilidades y realidades, valorizándolas, para aprender de un modo indirecto y pertinente. De forma similar, las escuelas bosque o las escuelas libres ubicadas en pueblos pequeños y zonas abiertas utilizan la naturaleza y la vida comunitaria como aliados y fuente inagotable de observaciones y dinámicas sencillas, sin demasiada necesidad de recursos. La cuarentena comunitaria es una ocasión para poner en primer plano estas prácticas.
CURRICULUM Y CONTINUIDAD PEDAGOGICA: Muchas escuelas alternativas se sustentan en la premisa de que el curriculum es la suma de todas las situaciones de aprendizaje tranversal que suceden a lo largo de actividades, proyectos que duran meses o apenas un día, hilos conductores o momentos de expresión que abarcan a todas las artes. Los límites entre las asignaturas se borronean y la continuidad pedagógica se define como un proceso a largo plazo. “Menos es más” es un gran lema: se privilegia la profundidad por sobre la cantidad, y más que cubrir una grilla se busca avanzar cuando hay comprensión. Los ambientes Montessori y los de las escuelas activas en general tienen esta particularidad. Los homeschoolers y los unschoolers también ven oportunidad de aprendizaje en casi todas las situaciones cotidianas. Las escuelas experimentales, por su parte, hacen buen uso del arte como vehículo de aprendizajes, no tanto como “materia” en sí. Esas dinámicas pueden ayudar a sacar la enseñanza del exceso de pantallas de hoy e involucrar a las familias de manera más placentera y menos “escolar”. Es vital en este momento que el curriculum no presione, de forma tal de ganar tiempo concreto para poner en práctica estas nuevas formas. Pero ojo: pedir tareas semanales, tomar asistencia en zoom dos veces por día y además agregar actividades “lúdicas o artísticas” no vale. Lo verdaderamente innovador sería reemplazar unas por otras.
TIEMPO Y ESPACIO: Otra de las grandes diferencias de algunas escuelas alternativas es su particular uso rupturista de los espacios y los tiempos. Aunque en algunas persiste la división entre trabajo y juego, clase y recreo, en otras esa línea está visiblemente borrada. Los educadores que trabajan en estos ambientes tienen la mirada afilada para descubrir el aprendizaje en situaciones líquidas, sin contar con el apoyo de aulas y timbres para marcar supuestos momentos de aprendizaje en serio. La asincronía, tema de moda, es algo habitual en estos entornos donde el aprendizaje se ejerce con mucha mayor autonomía y flexibilidad. No es dramática, hace años que dejamos de hablar por teléfono para escuchar audios de WhatsApp en forma asincrónica y de ver la tele todos juntos, ahora usamos streaming. Incluso, a nivel neurobiológico se sabe que el proceso de aprendizaje no es totalmente sincrónico con la enseñanza. Además de esta concepción del tiempo, los planteos más alternativos también hacen un particular uso del espacio. Se parecen más a los de una casa, con rincones, áreas tranquilas y áreas de experimentación, movimiento o encuentro. Los bancos mirando al pizarrón son excepcionales, la circulación se flexibiliza, el mobiliario invita a la variedad y los adultos que acompañan se mueven tanto como los niños. Todos se entrecruzan en un caos ordenado que la psicomotricista Luciana Passini bautizó como “ambiente caórdico”. Cualquier parecido con nuestros hogares hoy no es pura coincidencia. Todo se mezcla con todo porque la vida es así. El slogan “lo personal es político” nos recuerda que la casa no es necesariamente ámbito exclusivo de la privacidad. Por algo la importancia de los cuidados para la sociedad ha quedado más patente que nunca en estos días donde la conciliación nos ha caído por obligación.
MATERIALES Y SOPORTES: En las escuelas alternativas está claro que la tecnología es una herramienta más, tan importante como otros soportes y materiales didácticos, integrada a ellos para usar de formas muy diversas. No es un método de transmisión que se usa como vehículo de las mismas prácticas, tal como se está usando actualmente en el sistema formal de emergencia, ni tampoco como solía usarse en la escuela presencial. El uso como un instrumento más del paisaje educativo ayuda a quitarle cualquier vestigio de panacea tecnocrática, y por eso es importante que otras herramientas y materiales estén al alcance de los estudiantes. Si hay algo que nos enseña hoy el uso –y abuso- de la tecnología en la niñez es su atractivo como espacio de libertad donde los adultos, por cuestiones generacionales o de analfabetismo tecnológico, ejercemos menos vigilancia. Es mucho más valioso en esta época animar a usar la compu o el teléfono para jugar, probar programas matemáticos, de programación, de diseño, de karaoke, que gastar la vista de los estudiantes con llamadas de zoom. ¿Escucharon hablar de la famosa gamificación? ¡Es ahora! Incluso, no sería mala idea jugar al “flipped teacher” y que los estudiantes enseñen a sus maestros cómo usar la tecnología. Otros materiales también -sensoriales, lógico-matemáticos, juegos de mesa- son protagonistas en estas escuelas alternativas. Mucho más que la pizarra y el papel. El “viajero suizo” Marcel Boesch ha logrado crear en Perú un conjunto de materiales que facilitan las matemáticas activas con elementos de descarte y encontrados en la calle. La Palabruja, un proyecto de una docente de profesorado de San Martín de los Andes, también ofrece material concreto para armar y usar en el aprendizaje de la lengua.
EVALUACION: En casi todas las corrientes pedagógicas alternativas o transformadoras el foco de la evaluación no está en las calificaciones, exámenes u otro tipo de estilo cuantitativo. Y este es quizás su principal aporte: demostrar que el aprendizaje puede suceder sin cohersión, sin premios ni castigos. Con más motivación interna que externa. Se observan procesos más largos y enfocando en los logros individuales en las áreas por las que ese estudiante ha transcurrido. Las escuelas Waldorf hacen relatos y lemas, las Reggio Emilia elaboran documentación pedagógica también con relatos de procesos y fotos o videos. La mirada de la evaluación es inclusiva, no competitiva, y está enfocada en procesos personales o colectivos de superación. Este es el momento ideal para pasar de un sistema de control a un sistema donde se respete tanto el derecho de cada estudiante a regir su aprendizaje como la autonomía de cada escuela.
CLIMA ESCOLAR: En la mayoría de las escuelas alternativas el clima escolar lo es todo. Al menos en el discurso, es un objetivo central. Desde allí se construye, porque un ambiente donde niños y niñas no se sienten física y emocionalmente seguros no es terreno fértil para ninguna cosa. Y esto se extiende a toda la comunidad, los maestros entre sí y las familias con la escuela. Este aspecto se cuida mucho y con regularidad: comunicación fluida, encuentros de reflexión, contención, formación, escuela de padres, asambleas, etc. No se necesitan grandes recursos técnicos para esto, y hay información disponible sobre comunicación no violenta, sociocracia y cooperativismo, por ejemplo. El autoconocimiento y la autoformación continua de los adultos que acompañan niños y jóvenes es vital en estas experiencias. Cualquier docente atravesando el aislamiento social puede iniciar este tipo de trabajo, que dejará sus buenas huellas cuando la escuela vuelva al cara a cara. Los equipos psicopedagógicos bien podrían tomar un rol protagónico ahora. Para el buen clima escolar también colaboran las asambleas y la participación real de todos los involucrados, incluyendo las responsabilidades que acarrean esas libertades.
Lo que Tonucci le sugirió a Trotta
Tonucci es un abonado nacional. Armó el Consejo de Niños en Rosario como parte de su proyecto mundial “La ciudad de los niños” y nos visita cada año para volver a envolvernos con su mantra exquisito. Por desgracia, es la figura más amada y a la vez menos obedecida por los docentes: el aplausómetro estalla cuando Tonucci habla, pero luego nadie hace lo que él dice. Esta semana en videoconferencia con Trotta dijo lo de siempre, y quizás esta vez haya una escucha más profunda producto de la necesidad.
“A los chicos la tarea les cuesta desde siempre, y ahora hablarle a una pantalla es peor. Mi propuesta ya la conocéis: lo más normal y de sentido común, como el mundo se ha reducido a la casa, es que hagamos de ella un laboratorio. Yo propongo tareas, pero este tipo de tareas. Un adulto que lee en voz alta. Cocinar juntos, coser. Es una escuela como debería ser siempre. Una escuela de la vida, del mundo de los niños. No es una nueva didáctica, no, es un instrumento. Y si soy duro con la escuela es porque amo la educación”, dijo el miércoles pasado.
“Tengo también dos propuestas concretas que las siento a un nivel emocional. Una es animar a las niñas y los niños a tener un diario, secreto si lo quieren, como un amigo entre comillas al cual confiar lo que están viviendo. Es una experiencia que yo espero que no tengan que vivir más, que cuando termine tendrán ganas enormes de olvidar. Ese diario podrán leerlo en el futuro con sus nietos. Y la segunda es una petición que hemos lanzado al mundo a través de nuestro proyecto “La cita dei bambini”. Proponemos a los adultos hacer un regalo a los niños, que no es un aplauso. Que les regalemos un día para ellos en nuestras ciudades, que en este momento se parecen más a lo que los niños desean, más seguras y con menos contaminación. El primer día que abramos la ciudad otra vez lo regalamos a los niños, los invitamos a salir a encontrarse y jugar con vecinos. Menos nos ocupamos de su juego, mejor. Nosotros ponemos las reglas de usar mascarilla y sin tocarse. Estoy seguro de que elos sabrán inventar juegos maravillosos”.
Cuando el ministro Trotta le pidió una recomendación en relación a pensar la escuela y los aprendizajes después de la pandemia, Tonucci dijo: “No tendrán muchos controles ni evaluaciones, por lo cual vale la pena hacer experimentos, sin miedo. Será un tiempo reducido para intentar una escuela distinta. Espero que estas pruebas ayuden a comprobar que vale la pena conservarlas. Lo digo por la escuela y por la ciudad. Cómo podemos defender una movilidad autónoma de los niños en las calles. Una ciudad debe ser para los niños y para las personas antes que para los autos”.
¿Cree que saldremos mejores o vamos a hacia más individualismo?, volvió a preguntar Trotta. “Que la escuela aproveche para reanudar una relación fuerte con las familias. Acá en Italia hay una competencia entre familias y escuelas que no tiene sentido. Porque ahora podemos trabajar juntos, a los niños les gusta hacer cosas con sus padres, y que la escuela sepa leerlas con una lectura científica, escolar. Con tareas no se entiende nada, hacen tareas pero no expresan su personalidad, lo que piensan. Pero si yo discuto con los niños cómo han vivido, cómo prepararse un plato, han aprendido algo, son aprendizajes verdaderos y transversales que no tienen diferencia de género ni sociales. Porque, al menos en Italia, la propuesta virtual ha dividido mucho. En todas las casas se come, se limpia, se cosen botones. También propongo hacer al revés, evaluar a maestros y padres y preguntarles qué aprendieron de sus hijos, que cosas no habían notado antes”, sugirió.
El ministro cerró la charla contando que el cuarto cuadernillo que el gobierno nacional está repartiendo entre sus alumnos estará inspirado en sus sugerencias. Y quiso saber cómo podemos hacer para mejorar nuestras ciudades latinoamericanas, atravesadas por la desigualdad. “Hay dos maneras de administrar una ciudad. Mirarla de arriba a una ciudad de 1, 4 o 9 millones de habitantes. O pensar que una ciudad es una suma de barrios, si la pensamos así podremos controlarlas. Hagamos primero reglas para vivir en un barrio, donde la gente se mueve en bici o caminando, pensando una movilidad de cercanía. Ampliando veredas para que los peatones tengan dominio de las calles en lugar de los autos. Hay mucha gente no tiene un espacio privado, el espacio público es su único recurso. Proteger el derecho al juego, devolverle el espacio público a la gente. Hoy en día la prioridad es el tráfico, hagamos al revés. Que los niños vayan a la escuela cercana y los trabajadores laboren cerca de casa. En este momento de empezar a abrir las actividades es un drama enorme: ¿cómo moverse en el transporte público con un metro de distancia? Hemos hecho ciudades que superan en mucho las posibilidades de las personas”.
Hola Dolo algo muy importante de.mencionsr de las escuelas experimentales en Tierra del Fuego es que es la primera provincia del país en tener una ley de educación alternativa lo que garantiza la educación pública y alternativa. Reconociendo el trabajo de la comunidad de maestros quienes no solo enseñan sino también loisn, cocinan y mantienen la escuela. Yo trabajo en Los Cauquenes en Río Grande y en estos tiempos de cuarentena de acompañar a la familia y no de le imponen tareas sino.propuesyas que también respeten la privacidad
Exacto, Romina! Ya haré nota especial sobre las experimentales. Si me conseguís contactos de maestros que quieran mandarme su testimonio, te agradezco. Ya tengo un par pero siempre es bueno hablar con varias fuentes. Hace 25 años estuve en Río Grande con mi viejo. Abrazo.
Gracias Dolo! Cada nota es una joya en tu blog!
Muchas gracias, Gise! Soy feliz escribiendo.
Siempre dándolo todo, gracias Dolores.
Gracias, Leticia. Por el piropo y por leer y compartir mis notas!
Seguamente algo bueno quedara despues de esta nueva (aunque triste )experiencia de intercambios y consultas c escuelas cerradas y padres mas involucrados en la educacion de sus hijos.
Ya q.el Ministro se interese y contacte c escuelas alternativas es un paso adelante !!
Hola dolores si estás interesada puedo ponerte en contacto con Noemí Paymal, referente mundial de Pedagogia 3000. Actualmente Noemí está transitando esta cuarentena en Argentina y desde aquí estamos continuando con nuestra labor en todo el mundo en favor de la revitalización del proceso educativo y de desarrollo de los niños. Mi nombre es Guillermo Vales y este es mi wasap +5492284642788. Saludos, 👋🏼
Hola Guillermo, gracias. Te agendo! En el 2011 o 2012 hicimos una charla con Noemi en el Taller de la Ribera de San Isidro. Eso fue justo antes de que arrancara nuestro espacio educativo, Tierra Fétil. Saludos!