Educar en casa no es igual para todos: así se asesora y acompaña un grupo de familias en Argentina

«Nuestro hijo estaba súper negado con la escuela. Pude sentarme a investigar y ahora se educa en casa. Estamos bien, relajados, y si se está preparando no es con el objetivo de aprobar el examen libre. Éste es un año de descubrimiento», dijo L., mamá de un nene de 11 que forma parte de un grupo que por primera vez recibe asesoramiento y acompañamiento curricular para aprender fuera de la escuela.

Formé parte de la primera reunión del año con las madres y los padres que asesora Mabel Oddone, profesora de Letras y especialista en apoyo escolar desde hace más de 40 años. Por lo que escucho, son los adultos los más necesitados de apoyo. Sus hijos parecen disfrutar su nueva libertad, pero ellos arrastran algunas dudas y ansiedades. Están viendo que funciona, pero la mayoría no logra habituarse aún.

«Tenemos cuatro hijos y siempre sonábamos con poder darles una educación diferente. Con E., que es la más chica, lo logramos. Ahora nos cuesta que se enganche con la escritura», reconoce su mamá. Mabel la tranquiliza y le recuerda que tiene solo 6 años. Y que es un don la forma en que tiene desarrollada la oralidad y la memoria, actuando los textos con una gestualidad inusitada.

«A S. (13 años) se le despertó la curiosidad por la neurología y la psicología, y hoy tiene el tiempo para desarrollarlo que antes no tenía. Lo vemos más relajado y también lo estamos nosotros, que no tenemos que andar a las corridas. Fue él el que decidió rendir libre el último grado de Primaria en noviembre», contó su mamá.

Cuando le toca el turno, la mamá de F., de 9, explica que su hijo se aburría en clase y lo retaban un montón. «Veníamos investigando el tema de la educación desde antes de la pandemia y hasta pensamos en mudarnos. Pero nos quedamos y desescolarizamos. Ama todas las clases, en especial la de música. Está leyendo más que nunca, aunque antes leíamos todos. Ayer repasábamos Naturales en la cama. Nos está costando tener un ritmo, pero sobre todo a nosotros».

A diferencia de sus nuevos compañeros de aventura, M. y J. nunca fueron a la escuela. Tienen 9 y 11. «Este año trajo un poco de tensión porque M. nos dijo que quiere ser un chico normal. Siempre pensamos en que estuvieran al día por si alguna vez querían entrar al cole, pero yo siento que ese momento nos llegó muy rápido. Yo necesitaba sentirme contenida, y acá estoy», confesó su mamá.

F. y G. son los papás de A., de apenas cinco. Salieron de Córdoba cuando decidieron que su nueva forma de vida sería viajar. Si bien su hijo es chiquito, se preguntan si está bien lo que hacen. «Vive afuera, se lo ve feliz. Ahora nos está pidiendo más que le leamos cuentos. Y el otro día, jugamos un juego. Yo escribía su nombre mal a propósito y él me lo corregía. También pudo leer una palabra cuando jugábamos un juego de mesa», registró su papá.

Hace 8 años que la pareja de colombianos E. y S. viven en Argentina. «Desde siempre me he cuestionado la escuela, y entiendo que no a todos se nos dan bien las mismas cosas. A mí, por ejemplo, las manualidades y el arte me han ayudado a gestionar muchas cosas en mi vida. Llegamos a un acuerdo con nuestro hijo, que no iría al jardín y que yo estaría con él para acompañarlo. El en principio tenía una posición diferente, viene de familia de profes. Pero a medida que vamos conociendo a otras familias que no escolarizan, se va interiorizando», analiza E. «A nuestro hijo le encantan los trenes, así que lo llevamos a andar en subte, imprimimos los mapas de la red. Las letras las aprendió así. Es hermoso ver el aprendizaje desde sus ojitos. Aprender con alegría es posible», corrobora S.

Mabel interviene. «Cuando los conocí y me contaron cómo lo estaban llevando, les dije que no necesitaban hacer más nada. Con esa actitud, con las manualidades y cosas que hacen diariamente, ya estaban haciendo algo extraordinario. No necesitaban ninguna clase por Zoom. ¡Estaban haciendo homeschooling sin saber que lo hacían!»

Esa es la característica de la propuesta de Mabel: darle a cada familia lo que necesita a partir de conocer su realidad, sus necesidades y sus objetivos. No se trata simplemente de dar clases particulares. Lorena, una de las maestras del equipo que trabaja desde hace poco, está fascinada. «Como profesora, esto que hago es la panacea. Tener del otro lado alguien que quiere aprender. Y cuando están en grupo, verlos colaborar entre todos, no por sobresalir, sino para ayudarse. Esto en la escuela no lo puedo hacer».

Algunas de estas familias sacaron a sus hijos de la escuela porque no los veían bien. Otras, porque sabían que existían otras formas y finalmente dieron el paso. Otras más, simplemente no los matricularon. Los motivos son siempre diferentes, y la forma de abordarlo también. Esa es precisamente la idea: que la diversidad es un valor a cuidar porque resulta en un beneficio para la sociedad en general. Nadie está obligado a educar así, todo lo contrario: hay apenas unos escasos miles que le huyen a la comodidad de la escuela. No teman: la invasión de homeschoolers no será mañana en este planeta.

Para saber más sobre la propuesta y las membresías de Apoyo Escolar Triplete, contactá a Mabel. Teléfono 11-6565-8055. Instagram: @apoyoescolartriplete

Mabel Oddone

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

Tambien puede interesarte...