2 de julio: masivo encuentro bonaerense por la reglamentación de la Gestión Social y Cooperativa (la tercera opción del sistema escolar argentino)

El sábado 2 de julio es una fecha para agendar. La Federación de Cooperativas de Enseñanza y Entidades Afines de Buenos Aires (FECEABA) invita al 6º Encuentro provincial de esa entidad con el objetivo de «pensar en colectivo el desafío de construir una propuesta de reglamentación de las Escuelas de Gestión Social, cooperativas y comunitarias, en la provincia de Buenos Aires». Se realizará desde las 10 de la mañana en la Escuela Cooperativa Florentino Ameghino de Berazategui, provincia de Buenos Aires. Para participar hay que inscribirse gratuitamente en este formulario: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSe1ZeLsxChXfxzbrkUE8Wh6wG5onaOYN1D6P1hoxDdoIE7jgA/viewform

«En 2006 la Ley de Educación Nacional 26206 reconoció la Educación de Gestión Social y Cooperativa (EGSC) dentro de las modalidades posibles de gestión escolar. En 2015 la Resolución 3300 del Ministerio de Educación de la Nación definió las características de EGSC. En su funcionamiento tienen particularidades que la diferencian de otro tipo de gestiones: gestión colectiva, inclusión de la comunidad en sentido amplio en la gestión, ampliación del rol de educadorxs, entre otras. Entendemos que es necesario e imperioso que, tanto a nivel del Ministerio de Educación Nacional como en cada una de las provincias y la CABA, se conformen las direcciones/secretarías/áreas de Educación de Gestión Social y Cooperativa», explican desde la Federación.

Entrevisté a Juan Giménez, director del nivel secundario de «Creciendo juntos» (Moreno) y presidente de FECEABA, quien me confirmó que las autoridades educativas de la Provincia están invitadas a participar.

-¿Cuáles son las semejanzas -o diferencias- entre escuelas cooperativas, comunitarias y de gestión social?

-La Ley Nacional de Educación habla de Gestión Social y Cooperativa. Nosotros entendemos que son aquellas centradas en los aspectos sociales y comunitarios como forma de gestión. En provincia de Buenos Aires tenemos de todos los tipos, pero tienen en común que hay un «dueño» colectivo. Pueden ser familias agrupadas en una sociedad de fomento, una asociación civil. También fundaciones, que a veces cargan con el prejuicio de tener fines de lucro, pero suelen ser escuelas que han cerrado y sus trabajadores las continúan. También son parte los jardines comunitarios y los Bachilleratos Populares, por ejemplo.

El problema es que hasta ahora, la provincia ha resuelto esta situación de formas diversas. Algunas están inscriptas como privadas, otras conveniadas y otras funcionan en espacios que tienen vínculos con Desarrollo Social. Lo lógico sería que la Ley Provincial de Educación de cuenta de todas. Incluso, la palabra escuela la tomamos con pinzas porque crea la idea de la escuela tradicional que conocimos. Nosotros creemos que en la escuela puede pasar lo que uno desea, sea formal o no formal; pueden darse experiencias tranfromadoras. Por eso es tan importante el colectivo que maneja un espacio educativo. Todas las experiencias nos autogestionamos. Algunas reciben algo de ayuda estatal y otras, nada.

-Pedagógicamente, ¿tienen algo en común?

-Hay una gran diversidad pedagógica, pero en principio es esperable que los valores cooperativos atraviesen las prácticas, que no queden en un decálogo. Que busquen otro tipo de relaciones. Toman algo de cada corriente pedagógica, apuntando a una educación transformadora. El cooperativismo es una ampliación de la expresión democrática en las aulas. La palabra debe circular y los chicos y chicas ser protagonistas. Cada una tiene su Proyecto Político Pedagógico, no hay una línea única. Entendemos que esa relaciones sociales distintas tienen que ponerse en práctica para generar un pibe o una piba emancipados. No colocamos contenidos como en un buzón sino que se abren las puertas para que la comunidad se haga cargo. Ese es el ideal.

-¿Tienen una cifra de escuelas y espacios educativos de este tipo en Argentina?

-El año pasado se hizo un relevamiento pero creemos que no tuvo el impacto necesario y que no llegó a todos los lugares del país. El último corte de esa encuesta voluntaria virtual mostró 700 (ver nota), pero sabemos que son muchas más porque no todas las provincias se sumaron. En Buenos Aires no se hizo un relevamiento. Solamente en FECEABA somos alrededor de 80, pero sabemos que hay muchas más.

-¿Creen que es un buen momento político para pedir la reglamentación?

-Producto del reclamo que hicimos a Alberto Sileoni salió al final de su mandato en 2015 la resolución 3300/15 que caracterizaba estas escuelas e indicaba la confección de un registro. Con el gobierno siguiente eso se invisibilizó. Y hoy Sileoni es ministro de Educación provincial. Creemos que la reglamentación es una decisión política. Nos venimos reuniendo con una propuesta de borrador que genera ciertas tensiones. Pero creemos que si el propio Estado lo puso en la ley, tiene que tomarlo como bandera. Que nos corran del lugar de empresas o entidades con fines de lucro porque lejos estamos de eso.

El Concejo Federal de Educación tendría que darle la orden a las provincias de reglamentar la Gestión Social y Cooperativa. Río Negro ha adelantado mucho; Chaco también. En Buenos Airess nos reconocen pero nos han incluido dentro de Gestión Privada, y estamos en la misma que empresas y órdenes religiosas; buscamos corrernos de ahí. Otras experiencias están municipalizadas; hay una gran diversidad.

Creemos que la manera de hacerlo es generar un área específica, una Dirección, que abarque estas experiencias, incluidos los CENS, CEC y Bachilleratos Populares. En cambio, se vienen poniendo parches.

-¿Cuáles son los puntos que vienen consensuando estos años para pedir en la reglamentación?

-La elección propia de los docentes es una bandera nuestra. La gratuidad y el financiamiento integral de estas experiencias, que se cubran ya sea los retiros para los cooperativas como los salarios para las escuelas. Queremos trabajar en forma asociativa con el Estado, no queremos competir con él. Creemos que podemos ayudarlo a mejorar.

Reunión de FECEABA, región Noroeste, previa al encuentro del 2 de julio: Colegio Don Bosco, Cooperativa Madre Tierra, Colegio de Villa Astolfi, Cooperativa San Roque, Cooperativa Pucará de Trujui, Fundación Julio Cortázar, Colegio Creciendo Juntos.

-¿En qué la gestión estatal educativa no los contempla? ¿Y qué responden a las críticas por el rechazo al concurso docente regular en estas escuelas?

-Nosotros acordamos con el estatuto docente y no es nuestra intención vulnerar los derechos de los trabajadores docentes. En provincia hemos tenido diálogo con Suteba y Sadop. No queremos tercerizar la educación. Somos parte del sistema público pero con otro tipo de gestión, donde hay formas que lo estatal no nos abraza. Por supuesto que hacemos la elección de docentes siendo lo más transparentes que nos es posible. Los lineamientos generales burocráticos y administrativos del Estado se dan de frente con nuestras experiencias. Estamos de acuerdo con los diseños curriculares como cualquier escuela de la Provincia. Pero al derecho individual de un trabajador anteponemos el derecho colectivo. Así como en la gestión estatal el dueño es el Estado, nosotros somos escuelas sin patrón, donde acordamos formas de trabajar entre todos. Lo más horizontal que se pueda, porque la horizontalidad plena no existe. Creemos que los docentes tienen que sentir que éste es el lugar donde quieren estar, poniendo su tiempo para construir algo diferente.

-¿Qué va a pasar el 2 de julio?

-Esperemos que nos acompañen autoridades de Educación de la provincia de Buenos Aires, que ya están invitadas. Vemos mayor predisposición; hubo avances con Vila y sabemos que Sileoni conoce bien estas experiencias. Es el momento de empezar a relevar las experiencias y generar un área. Y nosotros tenemos que ser parte de esa discusión. Algunas tienen 70, 50, 20 años de historia. Estuvimos en territorios donde el Estado no llegaba y no podía dar respuesta. Los títulos oficiales son otra gran discusión. Hay escuelas sin CUE que llevan a sus chicos y chicas a egresar a otras escuelas. Habrá que sentarse con cada organización a ver qué se hace. Sin perder parte de nuestra autonomía, nuestra esencia, algo habrá que ceder para incorporarnos. No tenemos miedo, queremos que vengan a ver nuestras practicas.

-En eso pensaba. Los cuadros intermedios, como las supervisiones e inspecciones, suelen ser los que no habilitan las prácticas innovadoras o transformadoras. ¿No tienen miedo a caer en eso?

-Si se va a crear una nueva área, deberíamos pensar también si quienes van a supervisarlos van a ser los mismos. Ahí tiene que haber una mirada distinta, se debería formar a esas personas. Hoy casi no hay un docente que salga de los profesorados sabiendo que existimos. ¿Por qué no llegan a hacer prácticas en nuestras experiencias? Entiendo que no es de un día para el otro, y que esto generaría una nueva erogación presupuestaria.

En la provincia debería modificarse la ley de Educación; en CABA sí se menciona. En el Reglamento Escolar que fue modificado en 2011 aparece la pata comunitaria, pero no habla de las tres gestiones de la educación pública.

Testimonios de escuelas de Gestión social y Cooperativa:

León Gieco apoya la reglamentación de las EGSyC:

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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