Educación con mirada integral en Uruguay: crónica del séptimo encuentro de la red de escuelas, maestros y familias en Piriápolis

El mes pasado estuve participando por primera vez del encuentro anual de la Red de Educación Transformadora de Uruguay, un espacio de intercambio de experiencias, metodologías, saberes y prácticas que congrega a escuelas, proyectos y personas interesadas en una educación transformadora. Fue al pie del cerro del Toro, en un amplio espacio natural recreativo de la Cooperativa Artigas.

En la última década, Sudamérica fue consolidando redes de personas que llevan a la práctica una educación -formal y no formal- con metodologías activas, integrales y centradas en las necesidades de sus comunidades. Argentina, Chile, Perú, Brasil, Ecuador y Uruguay son ejemplos. Tienen en común que sus encuentros son autogestivos, horizontales, diversos y multigeneracionales. También, tienen un objetivo multipropósito: generar y renovar lazos de fraternidad y ofrecer apoyo mutuo, además de difundir y capacitar a profesores y profesionales de distintas ramas en otras miradas pedagógicas. 

Es interesante conocer cómo funciona en particular la red uruguaya, que eligió la sociocracia como forma de gobernanza. Así, en base a sus necesidades organizó cinco círculos: de contención y bienvenida; de facilitación de plenarios y registro; de economía solidaria y recursos; de encuentro anual y de comunicación. Los referentes de cada círculo se reúnen a su vez en un círculo articulador y, cada tres meses, en un círculo pleno. El deseo de la red es que la sociocracia también sea elegido como sistema de gestión dentro de cada uno de los centros educativos. Algunos, poco a poco, lo están ensayando (ver más detalles en esta nota).

«Es una estructura viva y móvil y cada vez que lo necesitamos, se modifica. Las decisiones se toman por consentimiento: esto es lo suficientemente bueno por ahora y lo suficientemente seguro para probarlo. Cuando conocí la palabra consentimiento me explotó la cabeza. Porque yo venía de trabajar con el consenso, que como cuesta tanto, una vez que se llega en el fondo uno está deseando que no se vuelva a cambiar. Pero no es así, porque las cosas caducan», explica Alicia Montes de Oca, co-fundadora de la red y del colegio INCRE de Montevideo en 1995. «La experiencia nos dice que no todo el mundo puede sostener un ritmo intenso todo el tiempo. Por eso es importante que cada círculo de la red tenga varias personas para sostenerse entre sí cuando alguien no puede estar activo».

Orígenes

Este es el primer encuentro presencial en mucho tiempo, luego de dos virtuales pospandemia. Así que se ve la felicidad y se alargan los abrazos. Tengo el gusto de conocer a los primeros impulsores de la red, Stephan Heit Puglia y Florencia Giordano. Stephan es padre de cuatro y puso la primera pieza de esta historia cuando salió a recorrer escuelas uruguayas en motorhome junto con su familia. «En todas las que visitábamos yo les contaba de las anteriores que había conocido. Y todos decían los mismo: ¡tenemos que juntarnos!». Vueltos a Paysandú, donde vivían, iniciaron un proyecto educativo que hoy ya no está («Caminos del sol»). Por otro lado, en Florida, en el centro del país, estaba Florencia con las mismas inquietudes. «Tengo tres hijos. El mayor pasó por la escolaridad bárbaro pero fue el segundo que me hizo buscar otras cosas. Investigué y visité escuelas, organicé una charla con Ivana Jáuregui en 2014 a la que vino poca gente. Con mi colega Elena Sánchez dijimos que había que juntar a la gente. Se hizo una pelota tan grande, había tanta necesidad de verse, que tuvimos que hacer tres días y conseguimos un estadio con apoyo de la intendencia. Al final de cada día se juntaba la gente que estaba interesada en seguir en contacto. Más tarde como familia nos mudamos a Maldonado», relató.

Esos dos planetas se alinearon y juntos convocaron a un encuentro nacional en 2016. Llegaron casi 200 personas. Como resultado de ése y otro encuentro en La Paloma surgieron los principios y fundamentos que hoy pueden leerse actualizados en la página de la red: www.educaciontransformadora.uy. También, me cuentan, aportó lo suyo a este primer entretejido el catalán Roger con su autobús viajero de Sonrisas Nómades.

Para formar parte de la red, hay que llenar un formulario y leer el material donde se explica el funcionamiento y los fundamentos de la sociocracia. Luego, se les invita a participar de una reunión virtual que coordina el círculo de Bienvenida a cargo de los «más antiguos» de la red, Alicia y su marido Miguel Angel Domínguez (quienes me hospedaron en Montevideo: ¡gracias!). «Todos los meses hay gente nueva que se acerca, a veces hasta 10. La mayoría se quiere informar sobre las alternativas educativas y aproximadamente un tercio tiene interés en integrarse a la red. En esa reunión de bienvenida enfatizamos que se propone un cambio de paradigma educativo pero también en la gestión de las relaciones dentro de la red», me cuenta Miguel. Ese mismo círculo es el que apoya a cada centro que, por ejemplo, atraviesa alguna situación con la administración educativa relacionada con lo edilicio, la habilitación, la evaluación o la inspección.

Diálogo con los organismos oficiales

Hablando de eso, con quien compartí cucheta en Piriápolis es Maricarmen Rosano. Una incorporación reciente a la red que cumple un rol que puede ser incómodo y burocrático pero es vital: el de las relaciones institucionales con las autoridades educativas. Es docente con 32 años de trayectoria en diferentes roles de educación Primaria como maestra, directora e Inspectora de ANEP. Se jubiló ni bien pudo porque desde hacía tiempo, me dijo, no le gustaba cómo funcionaba la educación escolar. En medio de una búsqueda personal profunda, creó un espacio de acompañamiento a docentes con herramientas de autoconocimiento («Sé tu maestro«). Y se topó con la red, que por conocer de primera mano el lenguaje de las normativas escolares, le asignó la función de articular y dialogar con el organismo de supervisión educativa del país. Ella hace un trabajo de hormiga para explicar cómo funcionan las escuelas de la red y tener un canal de diálogo siempre abierto.

«No vamos contra el sistema escolar sino mostrando que hay otra forma. Hemos visto que las autoridades necesitan que validemos su accionar, entonces lo que hacemos es mostrar nuestra disposición a cumplir sin traicionarnos en nuestras prácticas y formas autogestivas. Tendemos redes para unir y no separar. En general nos reciben muy bien, pero a veces hay que volver a empezar porque cada dos años cambian las autoridades», detalla Miguel.

Centros y proyectos que están en red

Durante los dos días que duró el séptimo encuentro, se ofreció un programa previamente organizado de talleres, presentaciones y conversatorios, al que podía postularse cualquier miembro de la red e incluso iniciativas que no la forman pero que se consideran valiosas.

Para la apertura del sábado 16 de septiembre fueron apareciendo los más de 100 participantes venidos de distintas partes de Uruguay. Educadores, familias, integrantes de escuelas y proyectos, con más años o más recientes. También, docentes de distintos niveles que trabajan en escuelas «comunes» y llegan para conocer y aprender. Esos son los espacios, escuelas y propuestas que se presentaron:

Caballito de Mar (Punta del Diablo): es uno de los más longevos en del país. Un espacio de aprendizaje con énfasis en Montessori y el arte que este año logró incorporar clases de natación, esencial por estar en una localidad oceánica. Si bien lleva más años operando, los educadores se formalizaron como cooperativa de trabajo en 2020. Hoy asisten 40 niños de 2 a 11 años.
La colmena (Rocha): es una escuela en las sierras con similar inspiración y énfasis en ecología que tiene 55 niños de edad de primaria y 15 de Liceo. Además de formaciones alternativas, sus docentes tienen un postítulo en educación rural media. Trabajan por proyectos y en el contexto de la reserva natural Ambá donde se encuentran, con la ciencia y la ecología aplicada al entorno rural. El sentido de pertenencia es fuerte y siempre llegan familias que buscan una vida comunitaria.
Ser Uno: Fabián y Marcela son parte del círculo de Comunicación. Tienen un espacio de formación en terapias alternativas para adultos. Marcela es además docente (una de las escuelas en las que trabaja es Impulso, iniciativa de una fundación en un barrio vulnerable).
Eco escuela Ñandé (Melo): funciona dentro del bioparque, ex zoológico. Entre zorritos y pavos reales, con inspiración Montessori, multigrado, surgió como una alternativa «para dejar ser a los niños».
Ayni (Punta Negra): éste es su tercer año de funcionamiento, con 24 niños de entre 3 y 9 años. Es un «desprendimiento» de otro proyecto de educación viva en Buenos Aires y se propone también como un espacio de apoyo entre familias.
Semilla magnética (Nueva Helvecia): en una zona de colonia suiza, el espacio educativo depende de una Fundación creada por un grupo de padres que «buscaban una realidad diferente». Se basa en tres pilares: arte, naturaleza y oficios. Hay talleres por la mañana y por la tarde se aprende lo curricular, en multigrado, desde inicial a sexto año. Ocurre en un predio rural, y los talleres son de arte y diseño, textiles, cocina, construcciones, trato con caballos, tecnología y huerta.
Colegio Lajau (Montevideo): cursa su tercer año de vida y es una semilla surgida de Incre, que cerró en 2020. No tiene un método de trabajo específico, pero cuida el ser y las expresiones de cada individuo, dando herramientas y estrategias para conocer las propias debilidades y fortalezas.
Colegio Imagínate (Montevideo): funciona desde 1995 en el barrio de Carrasco. Para ofrecer el programa curricular se organiza en base a los siete pétalos propuestos por la Pedagogía 3000. Tienen 140 estudiantes de maternal a primaria y un equipo de 40 docentes.
Mujeres CNA (Coordinadora Nacional de Asentamientos): Carina Zeballos es parte de un grupo de 70 mujeres que viven en 50 asentamientos de 9 departamentos de Uruguay. Se organizaron para dar clases en esos barrios populares y, a raíz de una aparición en los medios, empezaron a recibir donaciones y ayuda de maestros. Hoy estudia magisterio y participa de asambleas con el resto de las mujeres. Tomaron la educación en sus manos porque quieren más oportunidades y no «más de lo mismo».
EcoHum: ecología del desarrollo para apoyar familias y educadores y acompañarlos en la crianza y la prevención.
Centro Holístico Ser (Santa Lucía): Educación y holismo se unen en un espacio para niños de 0 a 6, también con talleres para adultos.
Espacio Cer: de conciencia espiritual y holística para adultos.
El Jardincito (Playa Verde): espacio para la primera infancia que surge de una necesidad de acompañar la crianza con respeto. En principio inspirado en la pedagogía Waldorf, hoy desarrolla una mirada sistémica para trabajar en relación con las familias. También trabajan desde las herramientas que brinda la ESI. Hay 5 educadores acompañando 15 infancias.
Planetarios: es un proyecto que desde 2013 lleva permacultura y educación ambiental a las escuelas. Estudiaron los programas de estudio de primaria de ANEP «y eso ha generado buena relación con la institucionalidad». Es una cooperativa de trabajo de cinco personas que llega a 20 escuelas.
Espacio Kiyú (El Pinar): este año logró ser designado para la administración de un CAIF, centros para la infancia y la familia financiados por el Estado, más un espacio de gestión de residuos modelo.
Escuela Viva del Bosque (La Paloma): fundada en 2015, hoy se organiza como cooperativa de trabajo y asisten 60 niños y niñas. Se amparan bajo la mirada de la educación libre y en su último año de primaria los preparan para la prueba de egreso. Acompañan sin expectativa ni juicio y están convencidas de que la educación viene de adentro hacia afuera. El equipo se reúne permanentemente para revisarse y escuchar a las familias en un trabajo continuo. Surge de un encuentro de adultos que sintieron que otra forma de educar era necesaria, con más amor, empatía y paciencia.
Danzando Ando (Maldonado y Playa Verde): un colectivo de artistas escénicos que promueve la danza comunitaria e integradora de la diversidad funcional.
Caléndula (San Jorge): es un proyecto no institucional que nace a cargo de 7 familias, que expresan agradecimiento al sostén que les da la red.
Con los pies en la tierra (Paysandú): luego de su experiencia en Camino al sol, cerrado en 2021, como familias sentían que había que seguir, así que encararon el desafío de volver a armar una escuela. Son cinco educadoras con la idea de conformar una cooperativa de trabajo. Se inspiran en la educación viva y la escuela de los siete pétalos de Noemí Paymal. «Las siete áreas de desarrollo son igual de importantes para nosotros y nos ordenaron mucho para planificar y organizarnos».
La Academia (Solimar): es un centro cultural, escuela de música y espacio de acompañamiento a estudiantes de secundaria en su trayectoria escolar. Genera eventos y proyectos para la comunidad y está en red con centros culturales de todo el país.
Universidad de la conciencia (Punta del Este): creada por el argentino Matías Amadazi en sociedad con su madre. Capacitan en recursos y metodologías para el desarrollo humano.
Pindó (Marindia): una comunidad de aprendizaje que lleva 11 años. Nació en el campo 8 familias. Inspirado en Waldorf, se siguen los ritmos de la naturaleza y la coherencia del pensar-sentir-hacer en cada proceso de aprendizaje. Es una asociación civil gestionada con las familias y ya tienen tres generaciones que dieron el examen de egreso.
Guazubirá (Punta Negra): surge en 2019 en zona rural como proyecto autogestivo con 15 familias. No los guía una pedagogía en particular, sino poder seguir al interés de cada cual y abrazar con el niño a su familia.
La Recre (Paysandú): funciona dos días a la semana por dos horas. Los mueve el arte en todas sus expresiones.
Arapiy (Colonia): surgió de la mano de una madre que quería cuidar que la infancia tuviera atendidas sus necesidades.
Patas arriba: espacio ambulante para la niñez creado por Marisa Pereira, que va donde la llamen.
Alitas mágicas (Dolores): es la iniciativa de dos hermanas, que surge después de la pandemia. Una trabajaba en primera infancia y otra es psicóloga que trabajaba con sordomudos. Soñaban con crear un espacio respetado para la infancia y se inspiraron a concretarlo durante un encuentro argentino, el EPEP. Trabajan desde la psicología del desarrollo y la psicología positiva haciendo énfasis en el vínculo y reivindicando el encuentro con otro que me cuida.
Puente azul: un proyecto autogestivo con inspiración Waldorf con un recorrido de 7 años. Hay seis educadoras, 20 niños en inicial y 20 en primaria. Anunciaron que arrancaron con un proyecto productivo que les permitió comprar un horno y hacer pizzas para sostener la economía.
Moviente: un colectivo de mujeres formadas en la Pedagogía de la Expresión y Metodología Ludocreativa.
Ludosofía: surge del recorrido de Miguel Angel Domínguez y Alicia Montes de Oca, fundadores del Colegio INCRE en Montevideo. Paradigmas en los que se apoya su propuesta formativa para adultos: 1. La vida es una obra de arte, todos somos maestros y aprendices a la vez. 2. El mundo es diverso. La uniformidad es antinatural. 3. En nuestras vidas no hay límites. 4. Todos estamos formados por una única energía, el amor. 5. Toda experiencia tiene implícito un aprendizaje. 6. Las verdades humanas son relativas. 7. La culpa solo anida en la mente humana, no existe en el universo. Ambos organizan encuentros en todo Uruguay para acompañar a educadores y familias en un camino de autoconocimiento y empoderamiento. Su método se resume en «las bondades de la papaya» (Paso a Paso Aquí y Ahora).
Escuela La Cecilia (Santa Fe, Argentina): se presentaron Ginés del Castillo y Cecilia Giúdici, fundadores de la escuela La Cecilia, en Santa Fe, Argentina, aliados de la red uruguaya desde sus inicios.

Mirá la lista completa de integrantes de la Red de Educación Transformadora de Uruguay y los requisitos para sumarse: https://educaciontransformadora.uy/integrantes/

Talleres

Durante el encuentro recorrí algunos de los talleres que se ofrecieron todo el fin de semana:
Integración cámara y acción: Leonardo Nahum es profesor y trabaja con adolescentes en la escuela técnica (UTU) de Paso de la Arena. Especialista en medios audiovisuales, los usa para promover un compromiso mayor y más lúdico con el aprendizaje por parte de chicos y chicas que viven en contextos difíciles.
La filosofía de las piezas sueltas: Patricia Cruxén y Natalia Rodríguez son maestras de Inicial y Primaria en Montevideo. Leyeron el artículo de Simon Nicholson «Cómo no engañar a los niños» en una revista de arquitectura y conocieron a «Mamá extraterrestre», una bloguera española que las llevó a la «Filosofía de las piezas sueltas». Creen que todos nacemos con el potencial creativo y depende de los estímulos y posibilidades desarrollarlo. Fundaron «Encuentros pedagógicos» para proponer otras miradas en la formación docente y en entornos familiares.
El arte de la ESI: Alejandra Caputo es docente argentina y, como artista, facilita formación en ESI para educadores y agentes de salud.
Educación artística y espectro autista: Florencia González Dávila es madre y docente de teatro. Pone su experiencia al servicio de brindar herramientas y distintos tipos de apoyos para acompañar niños, niñas y adolescentes con autismo en entornos de aprendizaje.

Mirá acá todos los talleres del 7mo. Encuentro de la Red de Educación Transformadora de Uruguay:
https://www.facebook.com/rededutuy

La reforma curricular reciente

Durante el domingo tuvo lugar el conversatorio sobre la reforma educativa impulsada desde 2020 en Uruguay, que tiene muchas similitudes con la reforma española de 2014. Más allá de la resistencia que sigue existiendo en algunos sectores (profesorados y gremios), y a pesar de que se hicieron instancias de consulta previa, se propuso generar un espacio constructivo para estudiarla en profundidad y aprovechar todo lo que el nuevo paradigma de la educación por competencias, y ya no por contenidos, puede ofrecer a las propuestas de educación transformadora.

Es que el enfoque competencial y la centralidad del estudiante no es nada nuevo para la mayor parte de los proyectos de la red. Quizás la diferencia radique en la concepción: mientras que los sistemas escolares estatales suelen pensar las competencias en función del mundo laboral y una promovida ciudadanía global, es probable que las alternativas educativas las amplíen como competencias para la vida. O, mejor, para el buen vivir.

Uruguay está en plena transformación, con docentes leyendo a toda velocidad la nueva malla curricular de la ANEP, quien administra la escolaridad uruguaya. Durante el conversatorio facilitado por Alan Tobal (Colegio Caballito de Mar de Punta del Diablo) y Estela Lanzaro (Colegio Juan Salvador Gaviota de la Ciudad de la Costa) se nombraron y circularon los documentos de la reforma y se describieron a grandes rasgos algunos cambios:
+Se reformularon los programas escolares y los de formación docente buscando un carácter universitario y más carga horaria.
+Se busca mayor integración entre los subsistemas y se enuncian 10 competencias generales divididas en dos dominios a lograr por los estudiantes.
+Se busca pasar del saber, al saber hacer y resolver.
+Se busca salir de la disciplina aislada para ir a una totalidad del conocimiento.
+Lo que antes eran áreas de conocimiento ahora se llaman espacios. Unidad curricular, en vez de disciplina. Por cada unidad curricular se plantea una progresión del aprendizaje, una especie de rúbrica.
+Propone espacios de participación: componente de autonomía curricular.

Durante la conversación sobre la reforma, recogí los siguientes comentarios:
«Si no nos movemos dentro de metodologías activas, esto que propone ANEP no es posible. Nosotros en nuestros centros ya estamos trabajando así».
«En principio para aplicarlo se necesita mayor trabajo de planificación, y esto es difícil de llevarlo a cabo si nos sacaron las horas de Coordinación. Supongo que volveremos a trabajar los viernes a la noche o los sábados, como siempre se hizo».
«Las autoridades reconocen que es compleja la transformación porque es como armar un puzzle. Pero se trata de elegir competencias para centrarnos al hacer el proyecto anual, y no tienen que ser todas. En Salvador Gaviota elegimos Comunicación, Pensamiento Creativo y Científico. Pusimos mucho foco ahí y «explotó» la escuela en términos de lo que se generó. En Uruguay la ciencia en la formación estaba relegada, sólo la trabajábamos más durante el mes de la ciencia, así que trabajamos con el eje «analizar, observar y clasificar» como guía». Estamos trabajando por proyectos y unimos en multigrado a quinto y sexto. Estamos haciéndolo, no está terminado y nos cuestionamos, pero les puedo decir que nos sentimos mucho mejor».
«En Caballito de Mar elegimos los ejes Comunicación y Pensamiento creativo porque de alguna forma la ciencia está bien representada con el método Montessori».
«El programa ya te da los criterios de logro para todos los niños de Uruguay. Pero al ponerse al estudiante en el centro, no todos tienen que ir al mismo tiempo».

Contacto con la Red de Educación Transformadora de Uruguay: https://educaciontransformadora.uy/

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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