Abel Lisman ya presentó en Mendoza y en Barcelona su libro, una crítica de lo que suele suceder en la escuela convencional y que, en la segunda parte, ofrece propuestas para mejorar.
–Estás en la posición única de haber escrito un libro crítico y ser docente en ejercicio al mismo tiempo. ¿Qué de tus propuestas aplicás en el aula?
-Tengo varias a las que trato de darles una cierta continuidad para ver su evolución a lo largo del tiempo, porque en Educación los cambios se suelen ver a largo plazo. Lo principal que trabajo es la cooperación, y suelo enfatizar en la capacidad de empatía del alumnado, así como también en la disposición de dejar una impronta personal en el aula. Creo que ahí reside gran parte de lo que quiero comunicar como profesional y como persona, coordinando con los propósitos docentes: tanto el respeto
mutuo, la solidaridad, la autoexigencia en relación a otrxs, la creatividad, entre otros puntos, son parte de mis clases. Claro que cada grupo tiene su propia identidad y me parece que debe ser respetada,
haciendo el mejor esfuerzo por descubrir las facilidades y capacidad lúdica que tengan, junto a aquello que aporta y propone el propio conjunto. ¿Siempre se pueden lograr los objetivos planteados? Por
supuesto que no, pero sí se puede recurrir al diálogo y a la reflexión para mejorar a futuro.
-¿En qué niveles y escuelas trabajás? ¿Has podido compartir las ideas del libro con los directivos y colegas docentes?
-Actualmente estoy dando clases a grupos de adolescentes, tanto en escuelas secundarias públicas comunes como especiales. Son mundos muy distintos, con desafíos y planteos áulicos que me obligan a tener cintura y ampliar mi capacidad de escucha al máximo.
He tenido la oportunidad de hablar con algunxs colegas sobre lo que propongo en el libro y sobre otras ideas similares que observé en escuelas que conocí mientras viajaba. Suelo tener dos respuestas concretas: una, de desconfianza, ya que suelen creer que es una utopía lo que propongo, sintiendo el desgano cotidiano propio de ser docente sin reconocimiento social y con mucha presión encima. Y, por otro lado, es de curiosidad y de una cierta «esperanza», viendo que se encuentran con alguien más que busca el bienestar del alumnado y no sólo atarse a cumplir horarios y notas.
Como lo repito varias veces en el interior de mi libro, no busco que se utilice como recetario para cambiar el mundo hoy mismo, sino como manual que impulse nuevas ideas para construir un presente y un mañana mejor y más crítico para niñxs y adolescentes. Acepto sugerencias, críticas y revisiones: esto es un comienzo. La verdadera revolución educativa se da en las aulas.
INDICE:
Agradecimientos 6
Palabras preliminares 8
Capítulo 1: El adultocentrismo debe morir 10
Capitulo 2: En búsqueda de la intimidad aplicada y lejos de la intimidación 17
Capítulo 3: El control de la clase en manos de l@s alumn@s 22
Capítulo 4: El sistema de enseñanza 29
Capítulo 5: La escuela y los rasgos identitarios de los sujetos 34
Capítulo 6: La juventud y la inserción laboral 38
Capítulo 7: Las herramientas de la evolución 42
Capítulo 8:Pisad@s por PISA 48
Capítulo 9: El dogmatismo religioso atenta contra el descubrimiento sexual y de género 53
Capítulo 10: Rol de cada integrante de la escuela 58
Capítulo 11: ¿Es necesaria la escuela? 63
Prólogo de las propuestas 67
Propuestas 72
Capítulo 12: Políticas educativas. Objetivos a largo plazo 73
Capítulo 13: Organización escolar 79
Capítulo 14: Contenido áulico 92
Capítulo 15: Ideas para mejorar el rendimiento de cada asignatura 98
Capítulo 16: Extracurricular 109
Conclusiones 115
Bibliografía 118
DÓNDE CONSEGUIR EL LIBRO:
Buenos Aires: Librería Santa Fe de
Miramar y San Clemente del Tuyú
Información sobre próximas presentaciones presenciales (La Plata, Montevideo y Buenos Aires): Instagram: @abel.lisman / Correo: abellisman@riseup.net
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