Chicos y chicas con parálisis cerebral rinden examen libre para acreditar sus aprendizajes

El año pasado, para esta fecha, Francisco rindió examen como alumno libre en una escuela de la Ciudad de Buenos Aires. Quería su título de educación primaria. Es uno de los tres primeros con parálisis cerebral en conseguirlo bajo esta modalidad. Aunque todos los niños y niñas de la ciudad tienen ese derecho, la normativa escolar le ponía a él y a otros como él un límite, por sobre-edad o barreras motrices, entre los principales motivos.

Francisco se preparó con ayuda de su familia y maestros del Centro Educativo Terapéutico (CET) al que asiste, AEDIN (Asociación en Defensa del Infante Neurológico). No fue el único: otros doce del mismo centro se presentaron a rendir «examen libre de Escuela Primaria Común» amparados por la resolución N°327/SSGECP/15 (y anexo). «A partir de ella, se nos permite desde hace 6 años que nuestros chicos se presenten a rendir y puedan acreditar grados académicos sin ningún tipo de adecuación curricular. Acompañados por familiares, amigos y el maravilloso equipo docente y terapéutico de #AEDIN, alcanzaron su objetivo sobre el cual trabajaron arduamente durante todo el año», contó la institución en sus redes sociales. Se presentaron en la Escuela No. 2 «Juana Manuela Gorriti», que además los y las invita a participar de su acto de egresados de fin de año. La resolución sobre «Exámenes libres para alumnos con discapacidad severa no escolarizados» puede leerse completa en https://documentosboletinoficial.buenosaires.gob.ar/publico/PE-RES-MEGC-SSGECP-327-15.-ANX.pdf

Ivana Ponce, Directora del Área Joven del CET, me dijo que «esa resolución se logró gracias a la escucha activa de quien estaba en ese momento, Santiago Caride, luego de que una mamá se acercara al departamento de Legales del Ministerio de Educación de la Ciudad. Ella abrió un expediente para que su hija pudiera presentarse a rendir libre». «Desde AEDIN habíamos hecho cantidad de gestiones, sin éxito. Esa mamá que golpeó una puerta sentó un precedente. Pero tiene una incumbencia solo en la Ciudad de Buenos Aires; el sueño sería que fuera una reglamentación nacional. Porque aunque no adapten los contenidos, se requieren de dispositivos y andamiajes de soporte para que los chicos y las chicas puedan plasmar su capacidad y conocimientos adquiridos», explica. «En el caso de los que ya son adultos es más fácil, hay otra mirada menos estructurada, hasta han venido a ver cómo trabajan y estudian. Entre otras cosas, eso ha permitido que entiendan, por ejemplo, la importancia de que la letra sea más grande. A los que ya son adultos sus padres los inscriben directamente en la escuela de adultos». Para Ponce, estos cambios son «granitos de arena para que la mirada de la sociedad sea más inclusiva».

Stella Bin, editora del newsletter «Reaprender« del sitio Red/Acción, escribió dos notas contando las experiencias de Francisco y otros de sus compañeros. Podés leerlas completas acá: https://www.redaccion.com.ar/a-francisco-le-publicaran-su-novela-y-ahora-suena-con-que-llegue-a-la-tele-y-el-pueda-actuar/ y acá: https://www.redaccion.com.ar/ser-youtuber-kinesiologa-jugador-de-boccia-o-futbol-las-metas-que-persiguen-los-companeros-y-las-companeras-de-francisco/

La resolución 327, fruto de la insistencia de una mamá, es una buena noticia para quienes desean obtener un título sin estar escolarizados en escuelas comunes, especiales o incluso un CET. También podrían, si quisieran, pedir un curriculum adaptado. «Las personas con discapacidad tienen derecho a estudiar en escuelas comunes y a recibir los apoyos que sean necesarios para aprender y participar. Tienen derecho a recibir la certificación de sus estudios en el nivel primario y en el nivel secundario», dice la Resolución 311/2016 del Consejo Federal de Educación. La normativa nacional garantiza que los y las estudiantes con discapacidad accedan a un «Proyecto Pedagógico Individual para la Inclusión», y sus títulos primarios y secundarios otorgados de acuerdo a una evaluación que toma como referencia esos proyectos. Es de aplicación obligatoria en todo el país. Sin embargo, ante la falta de inclusión real y de recursos idóneos para acompañar y acreditar los aprendizajes, la herramienta del examen libre puede ayudar a muchas familias.

Por otra parte, el 4 de noviembre pasado el Ministerio de Educación de la Nación anunció que se aprobó el Protocolo Marco y los lineamientos federales para la educación especial «considerando prioritario el retorno a la escuela para los y las estudiantes con discapacidad, por las mayores dificultades que pueden darse en el acceso y manejo de las prácticas virtuales». Para conocer en profundidad los derechos educativos de las personas con discapacidad, existe un manual para padres elaborado por la asociación ADC en Argentina: http://educacion-inclusiva.com.ar/wp-content/uploads/2015/10/ManualPadresEducacio%CC%81nInclusiva-2.pdf

Foto de portada: AEDIN

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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