Alfredo Hoyuelos presentó el libro del colegio Aletheia: «Yo pertenezco a una generación que odiaba la escuela; por eso ahora trabajo para que sea un lugar donde los niños se sientan como en casa»

El colegio Aletheia, pionero en adaptar el enfoque Reggio Emilia en su jardín y primaria de Buenos Aires, presentó un libro-objeto que condensa su trabajo de los últimos 10 años. Incluye proyectos, imágenes y palabras de los niños y las docentes, de manera tal que uno puede ver funcionando la cultura del atelier y la documentación pedagógica, dos características distintivas de esa mirada educativa iniciada por un grupo de madres y el maestro Loris Malaguzzi en la Italia de posguerra.

Aletheia cumple 55 años. María Victoria Alfieri, co-fundadora de la escuela y de la Red Solare, la asociación creada para difundir la filosofía en Latinoamérica, lo presentó en el museo Xul Solar visiblemente emocionada. La acompañaron la escritora infantil y madre de la escuela, Eugenia Perrella, más el doctor en pedagogía de Pamplona, Alfredo Hoyuelos, discípulo de Malaguzzi y formador de la Red.

La obra se llama «Travesías que transforman. Cartografía de una propuesta educativa» y fue editada en España por Morata. Se consigue en la sede del colegio y la Red Solare en CABA (teléfono +54 11 4961-0814 y web https://bio.site/aletheiacolegio).

«Yo pertenezco a una generación que odiaba la escuela. Creo que por eso ahora trabajo para que sean lugares donde los niños se sientan como en casa. Como dice uno de los estudiantes de Aletheia en el libro: para ser una casa tienen que tener alguien que la quiera. Es que sus palabras nos ubican y nos desubican, nos abren formas poéticas de entender el mundo con sus ojos», dijo durabte la presentación Hoyuelos, que prologó el libro.

«¡Por fin un libro de educación sin bibliografía!», se entusiasmó, y animó a otros colegas del ambiente a «seguir el ejemplo». «Es refrescante, cuando la mayor parte de los libros hablan de control, curriculum, competencias, estímulos…».

-Usted trabajó como maestro, es formador y ha viajado por diferentes países. ¿Cree que los niños y niñas tienen una cultura común en todo el mundo? ¿Qué piensa que diría Malaguzzi hoy de la expansión de sus ideas en distintas partes del mundo?

-Sí. La cultura de la infancia atraviesa todas las fronteras. Hay una transversalidad en su forma de pensar, sentir y mirar. A eso hay que sumarle, por supuesto, la singularidad de cada cultura.

Yo soy maestro pero tuve la suerte de iniciarme muy pronto también en al arte, así que pude cultivar otra mirada sin las restricciones de la pedagogía. Cuando conocí el trabajo de Malaguzzi me emocionaron esas ideas. No puedo ponerme en su lugar para responder, pero él decía que la educación se mueve o no se mueve. Siempre vamos a tener algo en qué pensar, hacerlo de otra forma, sin renunciar a la cultura de la infancia, de sus derechos y sus necesidades, sin adulterar su autenticidad. Sin atascarnos en lo que creemos y ya sabemos.

-¿Y cree que la primera infancia es un momento esencial para ello, teniendo en cuenta que es el área donde más se trabaja con el Reggio Emilia Approach?

-Prefiero no ponerle una edad precisa a la infancia. El diálogo y la escucha son una actitud, desde el nacimiento y siempre.

-Acaba de publicar su primer libro en Argentina.

-Sí, se llama «La complejidad en el pensamiento y la obra pedagógica de Loris Malaguzzi» y fue editado por Homo Sapiens. Se publicó casi al mismo tiempo que el de Aletheia, a la que con esta ya llevo seis visitas, y me gusta mucho. Casi que al lado de ese libro tan bello me averguenzo del mío… (ríe). Está dirigido a educadores, antropólogos, investigadores y también a familias, porque hay un capítulo dedicado a ellas.

-¿Cree que vivimos una era donde las infancias son más respetadas que nunca?

-Si, pero a la vez veo un tema transversal, por lo que me cuentan en los países que visito, que a las familias les cuesta dar presencia a los más pequeños y éstos están un poco huérfanos de adultos. No quiero generalizar en absoluto, pero hay una relegación del rol paterno y materno a lo digital, por ejemplo, una dificultad para situarse entre la libertad y los límites. Hay que pensar cuál es el rol que debemos ejercer para que se sientan cuidados, para no dejarlos solos.

-Y eso se nota en la escuela…

-Creo que hoy el rol del docente no está tanto en lo académico sino en dar ese trato adecuado. Yo antes pensaba que el cuidar era algo peyorativo respecto del trabajo de educar. Ahora creo que tejer una forma de cuidar las infancias debería estar en el ADN de los maestros y profesores. No hay educación sin cuidado y no hay cuidado sin educación.

Diálogos con docentes y niñas

Al evento del 3 de agosto pasado asistieron docentes de distintos países de Sudamérica. Había un grupo de 48 maestras uruguayas que llegaron de la mano de Entramadocente y de Paraguay, entre otras, que me contaron que observaban niños «más despiertos, más independientes y con la posibilidad de ser ellos mismos» en sus escuelas con este enfoque. Todas llegaban a Buenos Aires para participar en una capacitación de tres días.

También pude conversar con L. y C., dos estudiantes de 11 años de Aletheia. Me contaron cómo sus dos divisiones de quinto grado ahora se habían integrado en el mismo espacio físico aunque a veces trabajen temas diferentes. También, que hacen asambleas donde opinan y participan de algunas decisiones; no se descartan proyectos o ideas sin que antes ellos puedan exponerlas y proponerlas. «Nos gustaría un recreo más largo a la tarde. Ahora es de 15 minutos, pero ojalá hubiera uno como el de la mañana, que dura media hora», me dijeron cuando les pregunté qué cosas cambiarían en su escuela.

ÍNDICE DEL LIBRO «Travesías que transforman. Cartografía de una propuesta educativa»

Prólogo, por Alfredo Hoyuelos
Cartografías de una travesía, por María Victoria Alfieri
Trayectos de aprendizajes entramados con la vida, por Judith Birnbaum
Diálogos proyectuales
Diálogos proyectuales I. Sembrar. Nutrir. Cultivar
Los diseños de la naturaleza
La flor del ceibo
De la semilla a la planta
La cultura del atelier. Entrevista a Vea Vechi
Diálogos proyectuales II. Cuerpo y aprendizaje
La ronda de amigos
Lo infinito de los cuerpos
Exploraciones geométricas
Una mirada sobre el cuerpo y el aprendizaje
Diálogos proyectuales III. Distintos, únicos, iguales
¿En qué pensás?
El derecho a una casa
Cuestiones de identidad
La cultura del atelier. Entrevista a Mirella Ruozzi
Diálogos proyectuales IV. Nuevas travesías
Celebración en la escuela
Aletheia en casa
Distancia y cercanía
Desafíos de la educación en la era digital y tiempos de pandemia. Entrevista a Santiago Bilinkis
Diálogos en comunidad I. Lazos familiares
Aletheia narra
Expo Aletheia
Diálogos en comunidad II. Lazos internacionales
Travesías sin fronteras
Tendiendo puentes
Estar en el lugar oportuno, por María Victoria Alfieri

Leé acá otra nota de AlterEdu sobre Aletheia y el enfoque Reggio Emilia en Argentina: https://alteredu.com.ar/reggio-emilia-en-argentina-nueva-red-formacion-virtual-y-contacto-con-el-sector-publico/

 

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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