Santiago Morgan tiene 34 años. Durante el aislamiento impuesto por la pandemia en Argentina, salió a dar clases en la plaza y acuñó la ingeniosa frase «Educación blue», como el dólar paralelo de valor extra-oficial. Además, fue uno de los que, pasadas las restricciones más estrictas, se puso en acción y empezó a reclamar que abran las escuelas.
Es padre de dos, ingeniero del ITBA y profesor de matemáticas. Además, hizo un máster en Educación en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Ahora vive y trabaja en un colegio pupilo cerca de la ciudad de Boston, enseñando matemáticas y hiking. Acaba de lanzar un podcast donde defiende la libertad de elegir la educación, incluida la escuela en casa. Lo entrevisté para AlterEdu.
-¿Qué te hizo cuestionar la pandemia acerca de la educación?
-La pandemia me hizo cuestionarme todo. Para empezar, la voluntad e idoneidad del Estado para regular la Educación. La desidia y el desinterés que demostró el Estado con los encierros fue un punto de inflexión para mí. La forma en que los colegios manejaron la virtualidad fue también muy decepcionante y frustrante.
Personalmente pasé a la acción dando muchas clases en las calles a quienes quisieran. Me donaron algunos pizarrones y ayudé a varios estudiantes de secundaria y universidad a prepararse para exámenes, dándoles clases de matemática en las calles.
En paralelo, empecé a prepararme para dejar de trabajar en el sistema educativo formal. Si no me hubiese salido la oportunidad de mudarme a Estados Unidos, no creo que hubiese seguido trabajando en escuelas. Estaría participando de las muchas propuestas de educación alternativa que hay en Argentina hoy.
-En tu podcast dedicaste dos episodios al homeschooling. ¿Cómo llegaste a conocer esa opción y otras alternativas educativas?
-Hace años que vengo interesado en el tema. Después de pasar algunos años en el sistema educativo argentino, al margen de la vocación o entusiasmo que tengas, te vas dando cuenta de que hay muchos problemas que se repiten todos los años y que el sistema no tiene ni margen ni capacidad para solucionar: materias y profesores que no se eligen, falta de entusiasmo, materias anuales, instrucción irrelevante, desgano, etc. Ahí empezás a mirar o pensar otras alternativas.
Esta búsqueda se intensificó cuando me mudé a estudiar a Estados Unidos en 2021. Acá hay un movimiento muy fuerte llamado school choice, que básicamente consiste en que los Estados devuelven el dinero de la educación a cada familia y desregulan todo el sistema para que cada familia se eduque como quiera. Libertad total. Las alternativas a las que cada familia accede son variadísimas e interesantísimas, siendo el homeschooling sólo una de ellas. El denominador común que veo es que a menor participación del Estado y más participación de familias y emprendedores, mejores resultados en los estudiantes.
-Todo eso, ¿modificó tu forma de trabajar y enseñar hoy?
-Lo primero que ha logrado es que separé bien claramente educación de escolarización. No son lo mismo. Ahora, como padre de dos hijos, cada vez nos cuestionamos más con mi mujer si vamos a escolarizarlos. O cuándo. O cómo.
En cuanto a mi trabajo, actualmente enseño en un colegio de Estados Unidos que, si bien tiene una estructura similar a una escuela argentina, el tipo de estudiantes es distinto. Y el sistema donde el colegio está inmerso también es distinto. Las motivaciones intrínsecas y extrínsecas que los estudiantes tienen son enormes.
Es tremendamente fácil y gratificante enseñar. Estoy en el paraíso de la docencia, de alguna forma. Pero a la vez, de a poco, voy sintiendo las ganas de volver a Argentina e impulsar cambios o alternativas por fuera del sistema que permitan a cualquier estudiante motivarse y trabajar como lo hacen acá. Un primer paso fue empezar el podcast Educación Blue, donde quiero ir armando una comunidad para conversar sobre todos estos temas.
Encontrá el podcast Educación Blue acá: https://open.spotify.com/show/6W80nnrDyCFcxravMlH37N?si=vPRzw_RRQj6nQfPj7Ihoaw&nd=1
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