Colegio Montessori con inspiración en Matríztica, en Chile, tiene su proyecto en disputa

Ignacio Carrasco y Susana Bellido iniciaron hace 19 años el Jardín Montessori Alas de Colibrí, que continuó creciendo hasta albergar hoy a niñas, niños y jóvenes de hasta 19 años en el Colegio Matríztico Montessori Quillahua, ubicado en la comuna de Conchalí de la ciudad de Santiago de Chile. El viernes 28 de febrero pasado, mediante una estrategia legal, tres familias del directorio de esa corporación educativa le quitaron la presidencia a Carrasco, su fundador y miembro de la cuarta familia dirigente, quien denunció que «se realizaron sesiones de directorio a mis espaldas y se me destituyó del cargo de presidente, instalando a otra persona».

La propuesta pedagógica del Colegio Quillahua es única: trabaja en la perspectiva de lo que llaman «Pedagogía del Bienestar», surgida del encuentro entre el método Montessori y las reflexiones de la Matriz Biológico Cultural del biólogo y filósofo chileno, Premio Nacional de Ciencias y «casi Premio Nobel», Humberto Maturana.

Carrasco denunció un «golpe institucional», en el que participaron fuerzas policiales impidiendo incluso una reunión informativa con la comunidad educativa para dar cuenta de la situación. Desde la formación de la Corporación Educativa era el presidente, además de fundador y único representante de la familia financista más importante del colegio.

En una carta pública que puede leerse aquí, Carrasco describió «estrategias intimidantes para impedir que pudiese hacer frente a esta acción:  difamación, ocultamiento de información, campaña del miedo y como si fuera poco, violencia: no sólo verbal, sino también el uso de la fuerza policial con la que llegaron aduciendo “invasión de espacio privado”.

Susana Bellido, la madre de sus dos hijas y directora del Jardín Alas de Colibrí Lampa, también denunció la gravedad del hecho a través de una carta pública que envió a la comunidad del Quillahua y que ya circula por las redes de educación alternativa latinoamericana. «Vivimos junto a  Ignacio en carne propia todos los esfuerzos para levantar un espacio de educación alternativa hace 10 años ya. Mi familia de origen aportó más de 40 millones de pesos para realizar las inversiones en infraestructura y materiales para iniciar esta travesía el año 2010. Esta comunidad tuvo su origen en el Alas de Colibrí de Independencia, que aportó sus alumnos, prestigio y reconocimiento en el mundo Montessori y que permitió que el Quillahua  empezara a funcionar. Todo lo que ha permitido que el Quillahua exista es debido al incansable esfuerzo de Ignacio y mío. Las familias del Directorio no han invertido nada personal en este proyecto», inicia la carta. «Con profunda tristeza, leo el despido que hace el Directorio a Ignacio como la más grande traición, les confiamos nuestros sueños, nuestras hijas. Hoy se toman el Quillahua para satisfacer sus propias ambiciones», continúa.

En su descargo, sin embargo, Ignacio también anima a la «comunidad nacional e internacional a confiar». «Sepan que este capítulo no hace sino mostrar con mayor claridad lo importante de nuestro trabajo con la infancia y la juventud, pues en la permanencia de lugares culturalmente renovados está el cultivo de personas llenas de herramientas culturales nuevas para la gestación de un mundo nuevo».  

El año pasado el Colegio Quillahua fue el anfitrión en Santiago del 5o. Encuentro de Nuestra América (ENA), un evento autogestivo que reúne a propuestas educativas transformadoras de distintos países de América Latina. Las cuentas de correo para contactarse con Ignacio Carrasco son Ignacio@colegioquillahua.cl y también ignacio@bienestarcultural.org.

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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