Diego y Selva son padres de tres hijos educados sin escuela. Son parte de la Asociación por la Libre Educación (ALE) en España y condujeron un ciclo de entrevistas con cuatro jóvenes educados sin escuela. «En estos tiempos donde sobra información, donde estamos rodeados de «todólogas y todólogos», coach familiares, grupos de acompañamientos y tribus, nos parecía muy importante conocer el «producto terminado». Estos jóvenes que fueron educados en casa, tienen la libertad, la determinación y las ganas para comerse el mundo. Esto es lo realmente fantástico, conocerlos de primera mano. ALE conoce a muchos de estos jóvenes desde muy pequeños, prácticamente los vio crecer, en encuentros, quedadas, excursiones. ALE es sólo eso, un grupo de familias que se juntaron para educar a nuestros hij@s de otra manera, y creo que lo estamos cumpliendo». Así presentaron el ciclo Selva y Diego, que tienen una compañía de teatro en Málaga. Ella es actriz y narradora, el es titiritero y clown y llevan vinculados a ALE quince años.
Son cuatro entrevistas de una hora y pueden verse completas en el canal de YouTube de la Asociación por la Libre Educación o acá mismo:
Rosalía (22, de Ferrol, Galicia). «Es la sensación de perder el tiempo, yo quería dibujar, cantar, tocar el piano y hacer mis cosas, pero no podía. Era llegar del Insti, comer y estudiar, yo estudiaba. No me quedaba en la cabeza. Ahora si yo estudio sobre un compositor importante me acuerdo, porque lo necesito. También depende del momento en que quieres estudiar algo. Lo he hablado mil veces: es simplemente las horas que se están en el cole, aunque hubiera un buen rollo increíble, yo me canso de estudiar algo por tanto tiempo por más interesante que fuera. Se te mete una mentalidad de que si repites un año te vas a quedar atrás, y no hay manera».
Gastón (23, Málaga). Fue a la primaria en colegios normales, un estatal de pueblo, y alternativos, Waldorf, Libre y a distancia, para finalmente quedar sin escuela.
Pablo (24 años, Toledo). Ha sido educado en casa desde los 9 años. Es técnico de farmacia y poeta. «Me sacaron en segundo de primaria. Nunca tuve problema con nadie, pero a ningún profe le gustaba que hablara tanto. Y volví a la escuela a los 17 para hacer un grado medio de educación profesional».
Gabriela (20, Madrid). De Canarias, ahora estudia cine documental. «Desde que nacimos mis padres buscaban alternativas educativas para nosotros. Empezamos con Episteme (una escuela a distancia) pero no funcionó porque era como ir a la escuela pero en casa. Vi que necesitaba bachillerato para estudiar cine, no recuerdo que me costase hacer el cuarto de la ESO».
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