Tamara Tenembaum: «Yo siempre amé leer pero nunca me llevé bien con la escuela»

La escritora porteña abrió el Primer Congreso «Mil profesores/8 autores» que organizó la Comunidad Orsai, una usina de contenidos con espíritu de tribu fundada por Hernán Casciari. Según anunció en la apertura el escritor mercedino, este espacio de aprendizaje entre autores y profesores de Lengua y Literatura es la piedra fundamental de la primera universidad de narrativa hispana que se espera poder inaugurar en 2026 en el predio de la ex fábrica de Ducilo-Dupont de la ciudad de Mercedes (provincia de Buenos Aires).

Les dejo algunos textuales de la charla de Tenembaum porque fue una de las que más pudo conectarse con la niña y la adolescente, y de ahí lo genuino de sus ideas para que la lectura y la escuela se amiguen. Como las citas están desconectadas del hilo de su charla, recomiendo que la vean completa. Vale la pena.

«Odié a casi todas mis maestras de la primaria. A algunos de mis profesores de secundario los quise, pero creo que nunca a ninguno de Literatura. No encontré una buena síntesis entre mi relación personal con la lectura y los espacios institucionales de lectura obligatoria hasta que llegué a la Universidad«.

«Leer era una buena excusa para que los adultos te dejaran finalmente en paz. Porque ningún adulto razonable le pone un límite al tiempo que podés pasar leyendo».

«Para que a los chicos les interese leer, hay que convertir a la lectura en algo muy íntimo, propio. Es algo para lo que se necesita poca colaboración de los adultos. ¿Qué puede darle la escuela a la lectura, a una práctica tan solitaria? A mucha gente le gusta decir que todo es colectivo, que lo individual es netamente malo. La lectura y escritura son actos que tienen que ver con la construcción de uno mismo, en la soledad de su propia cabeza. La escuela es donde se enseña a muchos a la vez. Y quizás por eso la lectura y la escuela para mí siempre fueron asuntos separados».

«¿Cómo generar un espacio de libertad en la lectura en una institución? No soy educadora ni pedagoga, pero creo que es una invitación que vale la pena hacer cuando nos aferramos a comprensiones de la formación y la inteligencia sólo porque fueron las nuestras. Escuchar menos a nuestras propias nostalgias. Hoy el espacio de autonomía es el celular. No creo que se trate de combatir a las pantallas sino de ver qué hábitos en Internet se relacionan con la lectura. Hay una Internet de textos».

«Que lean las cosas que les interesan. Veo mal esa cosa de la lectura como comer verduras. A mí me gustaba leer y a mi hermana le gustaba desarmar televisores. Leía menos que yo, pero nadie en casa veía en eso algo malo. No todo el mundo va a entrar a la lectura por la literatura. Entrás por lo que te interesa. No importa si es en Internet o un libro».

«No me gustaba la literaura española que te hacen leer en la escuela. Si tenemos que leer El lazarillo de Tormes o Fuenteovejuna, que nos dejen hatear esos libros. Me hubiera gustado que me dejaran dedicar la clase a hablar mal del de esos libros».

Ver video:

¿Cómo despertar a los pibes?

Se pregunta la escritora Josefina Licitra, que relató su frustración al dar una charla en la facultad donde una estudiante dormía a pata suelta en la primera fila. Ella da talleres para personas que quieren estar ahí, pero empatiza con los problemas para ganarle la batalla a la apatía en las aulas. «Yo me sentaba en la anteúltima fila, donde había un perchero, y sobre mi cara caían las camperas. Además, soy madre de uno de 18 que eventualmente también duerme en el colegio», se sinceró.

¿Qué debería hacer el docente? «Me fui enojada por el tufo a derrota de esa escena, porque donde hay un alumno aburrido hay muchas otras cosas que fallan, y no me refiero solo a los docentes. ¿Cómo hacer para despertar a los pibes en el sentido figurado y literal? No tengo idea, pero hay algo que tiene que ver con estar o sentirse vivos», aseguró. Y dio algunas pistas para docentes sin necesidad de llegar a los extremos de Merlí o Fletcher (el de «Whiplash»).

Mirá los videos de otros autores en el Congreso: https://www.youtube.com/channel/UCUE-WRS0FLjJyJG2ilDoUEg

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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