Los jardines comunitarios democratizaron la educación, pero su idoneidad sigue cuestionada

La reciente oficialización de los jardines comunitarios en la provincia de Buenos Aires, en origen auto-organizados en barrios y comunidades, es un buen ejemplo de participación de abajo hacia arriba en el ámbito de la educación. Sin embargo, falta que se reconozcan e incluso se capitalicen para todo el nivel Inicial las prácticas que allí suelen tener lugar. Así lo reconocen las autoras del libro que que analiza los alcances de la llamada inclusión educativa en Latinoamérica entre 2014 y 2017, «Las tram(p)as de la inclusión. Políticas públicas y procesos de democratización en el campo educativo (2003-2015)», compilado por Myriam Feldfeber y Nora Gluz y la autoría de Carolina Ambao, Myriam Feldfeber, Nora Gluz, Mariel Karolinski, Inés Rodríguez Moyano, Lucrecia Rodrigo, Vanesa Romualdo, Andrea Rozenberg y Fernanda Saforcada.

Mientras que uno de los capítulos analiza las políticas públicas dedicadas al nivel secundario, desde la página 197 se analiza el caso del reconocimiento de los jardines comunitarios por medio de una ley provincial de 2014 que reconoce la modalidad de gestión comunitaria como una nueva opción
dentro del nivel inicial, diferente a la estatal y a la privada
. Esta nota periodística muestra un recorrido por algunos: https://www.diarioregistrado.com/conurbano/la-ley-que-regula-los-jardines-comunitarios–una-deuda-pendiente_a5c9531ef96570e20d15f4a04

«La oficialización de los jardines comunitarios evidencia un avance en las luchas por el reconocimiento de nuevas experiencias formativas creadas por “actores no escolares” y de estos últimos como agentes políticos con legitimidad para incidir en el campo de las políticas educativas. Aún con las limitaciones señaladas, se trata de normativas y políticas que establecen el rol principal del Estado como garante de derechos sociales para la primera infancia, y tienden a una ampliación del derecho político a la participación de las organizaciones sociales en los espacios de decisión y gestión del sistema, poniendo en cuestión las formas históricas de construcción política “desde arriba”, afirman las autoras en sus conclusiones.

«Sin embargo, lo que aún continúa siendo materia de discusión es el carácter pedagógico de estas propuestas y, en ese sentido, su legitimación como oferta de escolarización de nivel inicial. Si en el inicio de este proceso primaba una concepción oficial de estas experiencias en clave de “alternativa pedagógica”, con proyectos y saberes propios, y con potencialidad para “alterar” el funcionamiento hegemónico del sistema estatal; con el paso del tiempo, esta concepción contrahegemónica de lo alternativo queda solapada, primando una racionalidad que promueve la institucionalización de esta propuesta y el reconocimiento de sus particularidades, pero más como una opción socioeducativa alternativa a la
estatal y la privada, ante la necesidad de responder a la demanda de cobertura insatisfecha, que desde las potencialidades que muestra para interpelar el funcionamiento y las modalidades de atención prototípicas de las instituciones del nivel inicial», reflexionan.

Otra de las tensiones, mencionan, se da en la definición del rol empírico de las educadoras en contraste con la profesionalización que requiere el sistema formal. Se preguntan si lograr mayor igualdad «¿supone homogeneizar la oferta? O, ¿cómo definir un horizonte de lo común reconociendo las especificidades de propuestas de escolarización alternativas, que muestran atributos democratizadores, pero sin “alternativizar” al sistema, consolidando tantas ofertas particulares como colectivos que las sostienen y poblaciones que atienden?». Debido a estas tensiones, las autoras dudan de la efectividad de una gestión comunitaria diferente a la educación estatal o privada.

El acceso al ensayo es gratuito y se puede leer completo en: http://publicaciones.filo.uba.ar/sites/publicaciones.filo.uba.ar/files/Las%20trampas%20de%20la%20inclusio%CC%81n_interactivo.pdf

Leer la Ley 14.628 que regula los Jardines Comunitarios en Provincia de Buenos Aires: https://institucional.hcdiputados-ba.gov.ar/includes/ley_completa.php?vnroley=14628

Para comprar la versión impresa, comunicarse al (54-11) 4432-0606 interno 195 o al correo publicavent@filo.uba.ar

Foto de portada: Espacio de Primera Infancia en barrio San Cayetano, Béccar.

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

Tambien puede interesarte...