Freedom, la escuela ucraniana que resiste la guerra con democracia y autogestión

Katarina acampaba con un grupo de unas diez personas en el terreno donde la escuela Summerhill celebró sus 100 años de vida, al sureste de Inglaterra. «Estoy rota. Lloro el noventa por ciento del día y me cuesta mucho hablar de educación. Pero estar acá con ustedes nos da fuerzas para enfrentar lo que nos toca cuando volvamos», dijo al abrir su charla, titulada «Educación democrática en tiempos de guerra».

Hoy, la escuela primaria democrática Freedom, de la que es fundadora, está construyendo un búnker para refugiarse ante posibles ataques. «Cuando todo esto termine, la usaremos como microcine o discoteca», dijo sin perder el humor.

La ciudad en la que están duplicó su población desde el comienzo de los ataques porque es relativamente segura (aunque, aclara, sufrió dos ataques con misiles). El año pasado empezaron a recibir algunos niños refugiados. «El error que cometimos es que quisimos hacer con ellos lo mismo que con los chicos de la escuela. Pero ellos necesitaban que les digamos qué hacer, ofrecerles consignas simples y fáciles para distraerse de lo que habían pasado», contó. De todas formas, aseguró que estos años de convivencia y trabajo en una escuela democrática los preparó para la guerra.

«Hace siete años conseguimos que se sancione una ley de educación en casa en Ucrania; así que hacer lobby político funciona. Esperemos que eso no se pierda, porque el ministro de Educación tiene mayores problemas ahora», reflexionó. También nos contó cómo la gente había empezado a construir estufas a leña en casas y departamentos preparándose para la escasez de gas en invierno.

Katarina va y viene, habla con todos, recibe abrazos. Su fortaleza y su energía son imparables. Además del sostén diario de la escuela, que está en su casa, organizaron un festival gratuito sobre educación autodirigida (self directed education, en inglés). «Cómo organizar un festival educativo sin dinero y sin organización», fue una de las charlas que promocionaba en la agenda de la semana. «Sin mucho preámbulo pusimos una fecha y alquilamos un predio. Avisamos a la gente y vinieron 500 personas. Logramos solventar los gastos entre todos y arreglarnos con las comidas y todo eso».

Las últimas noticias de la escuela muestran que pasaron por ahí cerca de 1500 personas por la guerra, buscando a veces alojamiento, a veces contención y espacio para los niños. «No queremos que esta sea una escuela puramente para nosotros. Queremos abrirla y hacer que hierva y burbujee», prometen desde su web. Así, hace unos días albergaron una discusión comunitaria sobre cómo la gente común puede influir en el destino de Ucrania.

¿Querés contactarte con la escuela Freedom? Correo: kbotvinnik@gmail.com / https://www.facebook.com/freedom.vin

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

Tambien puede interesarte...