«Eso de estar en un aula sentado en un banco, copiando del pizarrón, es lo más raro»

Jano hizo todo su proceso de aprendizaje en el espacio Floreser Montessori, co-creado por su mamá Nadia Fernández en Bahía Blanca, donde viven. Tiene 12 años y en Julio pasado empezó a ir a la escuela convencional por primera vez. «Se presentó ante su maestra y sus compañeros diciendo que nunca había estado en una escuela, en un aula, que le gustaba levantarse y prepararse un café mientras aprendía y que jamás había rendido un examen», explicó su mamá en un posteo en una red social.

«Le sorprende que en la escuela se usen tantas fotocopias, que no se toquen temas importantes como la Guerra Fría, la Segunda Guerra Mundial, la crisis de los misiles en Cuba o el Crac del ´29», detalló. Cuando lo leí, decidir preguntarle directamente a Jano cómo fue pasar de aprender guiado por el método Montessori a ir todos los días a una escuela común de su ciudad. Hicimos una videollamada.

-¿Por qué decidieron que vayas a la escuela ahora?
-Porque el lugar en donde aprendo, FloreSer, no tiene Secundaria y no entrega título Primario. Así que entré a sexto grado para tener el título y poder ir a una Secundaria.

-¿Qué diferencias ves y cómo te adaptás al cambio?
-Generalmente estoy viendo cosas que ya había empezado o ya había visto. El principal cambio es que vengo de hacer casi todo con materiales, no a lápiz y papel. Es un cambio, pero me pude adaptar y voy al ritmo normal.

-¿Sabías con qué te ibas a encontrar, hay algo que te cueste o extrañes?
-Eso de estar en un aula sentado en un banco copiando del pizarrón es lo más raro. Sabía que iba a ser eso, pero no deja de ser raro. Tengo amigos que han ido a la escuela normal, así que ya sabía cómo iba a ser lo más probable para mí.

-Tu mamá te mostró la opción de rendir libre un examen de primaria para poder entrar a una escuela.
-Yo fui el que quiso ir a la escuela en vez de rendir. Porque no quería directamente pasar a secundaria y tener que adaptarme directamente ahí. Y está bueno aunque sea diferente, no es que diga ¡qué horror la escuela!

-¿Si en Bahía existiera una secundaria Montessori, la hubieras preferido?
-Sí. Me gusta más la educación Montessori porque es a lo que estoy acostumbrado. Pero esto también me gusta dentro de todo.

-¿Ya sabés a qué Secundaria vas a ir?
-A la escuela de ciclo básico de Bahía Blanca, que depende de la Universidad Nacional del Sur.

-Cuando la maestra te pidió presentarte, ¿te hicieron muchas preguntas?
-No tanto, pero sí se les hacía raro algunas cosas que les contaba de FloreSer. Tampoco era un bicho raro porque aunque fuera a una educación alternativa yo ya había empezado a hacer cosas a lápiz y papel. Porque a partir de los 9 años en Montessori ya se empiezan a hacer cosas en forma abstracta en papel.

-¿Te pasó de sentir que estás usando lo que aprendiste en Montessori?
-Sí, sí. El hecho de aprender a multiplicar con pelotitas de colores, por ejemplo, mentalmente te queda eso. Cuando no sé hacerlo, ahí automáticamente termino pensando de esa manera y se me facilita mucho. Lo que yo hago es pensar cómo lo haría en el material y después lo aplico en el papel.

-¿Qué cosas te interesan?
-Lo que más me gusta es Geografía e Historia, porque me gusta ver cómo eran los países antes, las estrategias de guerra, las economías de diferentes países, como fueron invadidos, se independizaron.

-Nunca habías rendido una prueba, un examen. Y ahora, ¿qué sentís cuando te toman uno?
-La primera vez estaba nervioso, porque tenés que tener toda la información en el cerebro en el momento. Pero ahora lo tengo más asimilado y lo hago más tranquilo, pienso las cosas, y ya está. Al principio me pasó que cuando terminé de rendir una prueba me parecía raro que no hay nada para hacer, salvo esperar ahí sentado a que todos terminen. Así que para entretenerme me puse a pensar en los países que ya no existen.

-Y cuando te llega la nota, ¿te preocupa?
-Mi prioridad es aprobar porque de eso depende bastante entrar al secundario, porque toman un examen de ingreso. Así que pienso que tener los conocimientos en la cabeza me va a ayudar a entrar al secundario más fácilmente.

-¿Qué te parece eso de organizar el tiempo en clases y recreos?
-Al principio me pareció raro eso de tener una hora de inglés, una de matemática, una de lengua. Antes yo hacía lo que prefería en el momento en que quería. Pero ya lo tengo asimilado.

-¿Te parece que en Montessori habría que inventar algún material que ahora no existe?
-Más de Historia y Geografía, como tácticas de combate de la Segunda Guerra Mundial. Igual yo investigo en libros y en mi casa lo que me interesa.

-¿Qué les dirías a las madres y los padres que tienen miedo a que sus hijos de una educación alternativa no se adapten a una más convencional?
-Que aunque parezca un cambio muy fuerte, si ya sabés que va a haber un cambio, que va a ser bastante diferente, no es tan chocante. Si sabés más o menos cómo va a ser, es mucho más fácil. Es algo a lo que te podés adaptar, aunque al principio te quedás un poco anclado a eso de hacerlo con materiales. Pero es como hacer cosas nuevas, diferentes, que están buenas si es necesario hacerlas.

-¿Te influyeron las ganas de tener más compañeros de tu edad?
-Más o menos. Lo que pasa es que en FloreSer había pocos chicos y de mi edad ninguno, eran de 9 o 10 y yo tengo 12. Pero de eso a pasar que sean 30 todos con tu misma edad es raro. Pero está bueno.

«A la maestra le sorprendió que participa mucho. Un día se olvidó de que tenía una prueba y me dijo que le fue bien porque con haber ido a la clase ya se acordaba. Y lo mismo para matemática, dice que al tener tanto cálculo mental le resulta fácil», me cuenta Nadia.

«Aunque la directora me conocía, porque era la Primaria a la que fue mi hija mayor, al principio me dijeron que quizás le daban una recuperación o examen, pero al final no lo hicieron y le va muy bien. Su maestra está tomando muy bien este proceso de él de integrarse, cuando empiezan un tema le pregunta si ya lo vio o no. Sus compañeros no habían visto decimales aún y él ya los conocía. Él es el único que a la maestra la llama por el nombre en vez de decirle «seño», explica.

«Le pasan algunas cosas, como que nunca había usado el tipo de hoja que usan en la escuela y no sabía qué lado iba para arriba. Extraña levantarse y prepararse un café entre presentación y actividad, como hacía en Floreser, por ejemplo. Creo que Montessori le dio ese espíritu de estar buscando información, como hacía en los temas de historia y geografía. En resumen, creo que el intercambio éste que está pasando en su clase es buenísimo para todos».

Contacto con FloreSer Montessori en Bahía Blanca: https://www.instagram.com/floresermontessori/

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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1 Respuesta

  1. Mara De Girolamo dice:

    Identifiqué mucho a mi hijo menor, que tiene 12 años, en los comentarios de Jano. Los temas de interés, los ritmos de aprendizaje. Hemos hablado ocasionalmente de la opción de ir a una escuela, pero no le interesa y, además, donde vivimos ahora no nos gusta nada, así que seguimos homeschoolers. Estaría genial que haya más opciones para chicos que desean hacer el cambio y que contemplen sus intereses y necesidades.