El Polo Educativo Pilar invitó a amigarse con la inteligencia artificial y al mismo tiempo cuidar el bienestar escolar

El del Polo Educativo de Pilar fue un congreso educativo diferente a los que suelo frecuentar: en el campus de la Universidad del Salvador, un auditorio con unas 500 personas mirando hacia un escenario y su pantalla. Diferente a  los encuentros de las escuelas alternativas y espacios de aprendizaje, donde se habla en círculos, hay agenda abierta, actividades con el cuerpo y, siempre, conversaciones sobre cómo generar ingresos extra.

Acá los recursos económicos no son un problema: son 22 colegios y 4 universidades privadas al norte del conurbano de Buenos Aires, una zona de clase media alta y barrios cerrados que volvieron a florecer después de la pandemia. Pilar es una ciudad dormitorio de la capital argentina, ubicada a 35 kilómetros que, según anuncia su intendente Federico Achával en la apertura, tiene 80 mil alumnos en escuelas de gestión estatal y 64 mil en privadas, de los cuales 23 mil asisten a los colegios que forman parte de esta red fundada hace 22 años.

«Les agradezco por el enorme desafío de estar frente a un aula en estos tiempos que corren. Todos los días en Pilar tenemos un suicidio o un intento por parte de un adolescente. En el ránking de los 135 municipios bonaerenses éramos cuartos en el índice de hacinamiento escolar y décimos en deserción. Hicimos 24 escuelas nuevas, pero el desafío sigue siendo que los chicos quieran estar. Gracias a la gente del Polo Educativo pudimos implementar programas para eso «, expresó Achával durante la apertura del viernes 16 de marzo.

Premio «Educador del año»

La presidenta actual del Polo educativo Pilar, Moura Maschwitz (Colegio Godspell), dio la bienvenida y anunció que para 2024 volverá a entregarse anualmente el premio al «Educador del año» tras una interrupción por la pandemia. «En Abril se subirán las condiciones para la postulación a la página, y los docentes pueden solicitar más información a sus directivos», explicó.

Luego, la primera oradora del encuentro dedicado a la Inteligencia Artificial y el bienestar escolar fue Lucrecia Prat Gay, fundadora del Colegio Río de la Plata en Buenos Aires, uno de los primeros en reflejar la mirada Reggio Emilia en el país. Compartió las nociones generales sobre el sistema químico de recompensa humana como aliado para el aprendizaje y algunas ideas para cuidar el bienestar dentro de las instituciones: por ejemplo, establecer lugares de calma o iniciativas como las de los «abrazos gratis» y prestar atención a las fuentes de energía naturales, como la buena alimentación, el descanso adecuado y el estado feliz de la mente (cuando podemos parar de «rumiar» pensamientos y preocupaciones).

En el descanso me encontré con Maximiliano Sfeir, fundador del primer colegio Montessori del país que presentó a la DIEGEP (Dirección de Educación Privada de la Provincia de Buenos Aires) su proyecto pedagógico tal como es y logró que se habilitara la primera sala multiedad fuera de una zona rural. Noordwijk Montessori, en Del Viso, forma parte del Polo desde hace varios años y es la única escuela no convencional de la red.

La oradora siguiente fue Jennifer Verschoor, que trazó la impactante línea de tiempo de la tecnología y su irrupción en nuestras vidas, ergo, en las escuelas. Tuvo que aclarar que, desde el momento en que había preparado la presentación hacía unos días, el mercado de la Inteligencia Artificial ya había sufrido algunos cambios. «La pandemia por suerte se fue, pero la tecnología y la IA se quedaron. Lo importante es que una escuela defina claramente su política en relación a eso», recomendó. «Los modelos de IA son como un loro, repiten lo que aprenden. Desde que entraron las computadoras al aula, no cambiamos el método. El problema no es la IA sino las consignas que les damos a nuestros alumnos. Hay que cambiar las preguntas», remarcó. «Someter un ensayo al Chat GPT y ver qué corrigió, dónde están los sesgos y las «alucinaciones», puede ser un ejemplo de consigna. Para que las estudiantes no la usen para trabajar menos, sino para pensar de forma crítica». También mostraron cómo en el colegio Northlands asocian el uso de la IA con el curriculum de todos los niveles y recomendaron visitar la web gratuita con recursos del MIT «Day of IA».

¿Trabajo fácil?

Mientras vuelvo a casa, en la radio cuentan que está a punto de lanzarse una herramienta para crear videos de IA Generativa. Los periodistas, como cuando Gutenberg, debaten sobre sus consecuencias. No tengo interés en defender ni defenestrar, pero la verdad es que en el mundo real la IA puede servir para trabajar menos. Desde que se popularizó, transcribir mis entrevistas, la parte más tediosa del periodismo, ahora es más liviana. El costado utilitario de la IA no debe censurarse de las currículas. Precisamente, muchas escuelas alternativas intentan superar esa distancia con el mundo real que impone la escuela convencional.

Lo sabemos: los chicos huelen nuestro miedo y ahí nos agarran del cogote. Por eso es importante que los adultos la entiendan, la usen, la conversen. Y, personalmente, creo que también limitarla en edades tempranas. Precisamente, sobre la caía en desuso del juego infantil como consecuencia del abuso de la tecnología hablamos con Maschwitz en la entrevista que reproduzco más abajo.

Coinciden algunas asistentes a las que les pregunto sobre los emergentes en sus escuelas. La rapidez, la falta de atención, el exceso de pantallas y una salud mental precaria en general es un problema que están viendo.

¿Cuántos colegios forman hoy el Polo Educativo Pilar?
Moira Maschwitz: Somos 22 colegios y 4 universidades, de Pilar y de otros municipios de los alrededores. Por ejemplo, tenemos colegios de Escobar y de Tigre.

-En sus inicios, ¿cuál fue la motivación para reunirse?
-Empezó por un trámite burocrático que había que hacer en la Municipalidad. Se juntaron varios con la misma necesidad, pensaron que en grupo iba a ser mejor que por separado. Pero enseguida se dieron cuenta del potencial que tenía estar juntos, incluso aunque en los hechos seamos competencia. De lo administrativo el interés viró a lo pedagógico y educativo, que es en el fondo lo que más nos importa. Ahí se formaliza a través de una asociación civil, con el objetivo principal de ayudarnos entre todos y ayudar al municipio a tener mejor Educación. Se crea una sinergia cotidiana que yo creo que es inédita en el país.
Como PyMEs, podemos vernos como competencia, pero la verdad es que lo que logramos juntos es impresionante. Y aunque pertenecemos a otras asociaciones, el estar cerca nos ayuda mucho. Físicamente nos conocemos, podemos levantar el teléfono cuando necesitamos algo. También empezamos a hacer cosas juntos con la municipalidad. Ahora estamos pensando en hacer talleres para padres en los jardines de infantes para poder volver a lo que es el juego de un niño. Porque siempre hablamos de los adolescentes y las pantallas pero el problema empieza antes en realidad.
Todos ponemos un aporte y creamos un fondo que usamos para capacitarnos, para conocer escuelas innovadoras. Y la tercera pata que nos parece muy importante es la relación con los alumnos. Promovemos muchos encuentros para los chicos, desde los típicos educación física hasta encuentros de arte, un encuentro coral.

-¿Cuál dirías que es el el problema del momento en las escuelas?
-Creo que es justamente el tema de este encuentro, la tecnología y bienestar. Yo creo que es una falacia decir que por culpa de la tecnología estamos mal, porque hay miles de otras razones que se nombraron en las charlas de hoy. La falta del ejercicio, de buena alimentación, estrés etcétera, que se vislumbraba un poco antes de la pandemia. Los chicos tienen una aceleración que hace que tengan mucho más ansiedad. Incluso, como colegios privados, no teníamos el problema de que no vinieran a la escuela. Y ahora lo es.
Creo que el 2023 fue un año donde logramos que el colegio sea un lugar seguro, querido, porque todo el mundo volvió con muchas ganas. Pero los problemas de salud mental nos están preocupando bastante, se presentan desde muy chiquitos. Y parece un dilema, pero en realidad se tiene que poder avanzar, porque el pasado no siempre fue mejor. Es muy típico el docente decir al volvamos a lo que servía y señalar a la tecnología como problema cuando en realidad no es así. Tenemos que volver a cosas básicas, como el juego, pero no es volver al pasado sino re-pensar un futuro diferente.

-¿Conocen o utilizan herramientas de las llamadas escuelas alternativas, no convencionales?
-Como colegios a veces traemos conferencistas o visitamos escuelas así por separado -nosotros fuimos a Reggio dos veces, por ejemplo-, pero ahora queremos ir juntos como Polo Educativo con delegaciones de cada colegio. Gracias a la tecnología nos pudimos abrir al mundo y conocer otras cosas. Ahora tenemos un colegio Montessori y colegios con más experiencia en el IB (Bachillerato Internacional). Queremos también nosotros mismos compartir nuestras buenas prácticas y que nos visiten.

-Dentro de Argentina hay muchas escuelas transformadoras para visitar también (ver los mapas publicados por AlterEdu acá).
-Claro, sí, podríamos hacerlo.

-Los docentes de escuelas estatales del Municipio asisten gratuitamente al congreso y las charlas. ¿En qué proporción vienen?
-En general son un 30%, más o menos. También a veces vienen de otras localidades e incluso de otras provincias. Tenemos un apoyo bastante grande de la Municipalidad en ese sentido, que difunde nuestros congresos y las charlas que damos durante el año. Hay un buen diálogo ahí.

Más información sobre el Polo Educativo Pilar: https://www.poloeducativopilar.org.ar/

Programa completo del congreso:

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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