El boletín invertido

Fueron a buscar el boletín de sus hijos pero les entregaron uno a ellos. Ocurrió en la escuela Hotel Escola Girassol de la ciudad de Ananindeua del estado de Pará, al norte de Brasil. Sorprendidos, los familiares recibieron las notas que les pusieron sus propios hijos en distintas «asignaturas», como Diálogo, Comprensión, Paseos en familia, Ayuda y presencia en las actividades de la escuela, Demostración de cariño, Estrés diario, Buen humor y Paciencia.

Fantástica idea. Si las escuelas van a seguir calificando a sus alumnos con notas, al menos que sea recíproco. Para la próxima, también el boletín para los maestros. Miren si será tabú evaluar a los adultos que la nueva Ministra de Educación y Formación Profesional española, Isabel Celaá, tuvo que salir a explicar que las evaluaciones de profesores no serán obligatorias. Miren también cómo el periodista se alarma por los posibles efectos negativos de esas pruebas:

«-La evaluación de la que hablaba ¿Sería voluntaria?

-Sí, sería voluntaria. Yo creo que el profesorado va a querer ser evaluado siempre que el resultado de la evaluación tenga un efecto positivo.

-¿Puede haber efectos negativos de una evaluación?

-Sería como en la universidad, en donde vas poniendo tus méritos: “He sido profesor tres años, o jefe de estudios o llevo 5 años enseñando tal, he generado grupos de trabajo con…”. Todo eso puede ir a un directorio de méritos. En cualquier caso, si no se quiere ser evaluado, no creo que fuera un inconviente.

-Esa evaluación ¿podría tener relación con las notas de los alumnos?

-Eso está todo por debatir, no hemos pensado en ese punto específico. Pero lo que si le puedo confirmar es que la formación del profesorado es capital. Y ha habido administraciones que han reducido los recursos en la formación del profesorado estos años. Y es un problema porque el docente tiene que estar en constante actualización, no solo sobre la didáctica o la metodología de su materia sino del resto de corrientes que están impactando en el ámbito escolar.»

Imaginen si los alumnos y alumnas tuvieran el derecho a elegir si quieren ser examinados. Y que si sus resultados fueran «negativos» no tendrían influencia sobre su carrera escolar. Ahora sigan el razonamiento ministerial: protejamos la sensibilidad de los adultos, personas ya desarrolladas, pero en ningún caso cuestionemos los efectos de las evaluaciones en los niños, personalidades sensibles en pleno proceso de formación.

Mientras tanto, ustedes, ¿aprobaron el trimestre?

Fuente: Ana Luiza Basilio para Carta Capital https://www.cartacapital.com.br/educacao/escola-do-para-cria-boletim-para-estudantes-darem-nota-aos-pais/?fbclid=IwAR0YqGaCre3jOMLiCu0dAbvqe-hUbM0-GI3iaguDPcUVLvy1iN_-hIZ-hMM

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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