Me da mucha alegría poder mostrar que las alternativas educativas se encuentran en todas partes. Eliana Toro Yepes me escribió desde Medellín, Colombia, para contarme sobre «Armadillo», un espacio «de aprendizaje vivo donde criamos y educamos en comunidad. Sin juicio, donde todos somos aprendices y nos apoyamos para caminar cada día en el amor, explicitándolo, reflexionándolo para poder darnos lo que cada un@ necesita. Queremos crear espacios donde ejercer y potenciar nuestra capacidad de amar para lograr una transformación del modo de relacionarnos hoy y en el futuro de las nuevas generaciones». Una declaración de principios ambiciosa en la que coinciden muchas de las alternativas educativas del planeta.
El lugar está pensado para niños y niñas desde el año hasta los 5 años, aunque a veces hay mayores. «Partiendo de la observación de la tierra y las épocas del año, nos inspiramos para sembrar un proyecto, el cual se trabajará durante uno o dos meses. Dejándonos siempre sorprender por los intereses que surgen de los niñ@s en cada encuentro y de allí ir tirando del hilo para crear nuevas experiencias que respondan a lo que está vivo en ell@s. Cada uno de los proyectos se trabajará desde las 4 actividades rectoras de la primera infancia: arte, juego, literatura y exploración del medio. Teniendo como ejes transversales la gestión emocional y el pensamiento científico». Así explica brevemente Eliana cómo está planteada la estructura, desde las 9 de la mañana hasta las 13.
Espacio de comadres
«Para Armadillo también es importante cuidar la familia, en especial a la madre, quien en muchas ocasiones se encuentra vulnerable y sin apoyo físico, emocional y psicosocial, lo que la lleva a desbordarse, sentirse abrumada y en gran soledad, situación que desestabiliza todo el entorno familiar«. Así surgió el espacio de Comadres, que funciona en paralelo como sitio de coworking pero también con talleres y actividades para las diferentes necesidades e intereses, mientras sus hijos e hijas están
cerca y en un espacio amoroso. Se puede trabajar, crear, estudiar, hacer ejercicio o reflexionar acerca de los temas convocantes de la crianza. Las tertulias de comadres se realizan cada veinte días y un sábado al mes se invita a un desayuno grupal.
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