Ejercer la psicopedagogía de mirada amplia, que prioriza el aprendizaje sobre la escolaridad

Docente y mamá, atravesó con sus dos hijos la diversidad educativa en instituciones comunes, alternativas y en casa. Estudió psicopedagogía porque buscaba más herramientas de las que le había dado su formación como maestra. Consciente de las limitaciones de la clásica atención en consultorio y de las opciones escolares, hoy ofrece espacios de consulta para familias que van más allá de las etiquetas y soluciones clásicas.

“Era bastante frustrante ver cómo llegaban niños escolarizados al consultorio con muchas problemáticas que tenían que ver más con una estructura institucional o familiar que con dificultades de aprendizaje propias. Entonces, me concentraba en hablar mucho con la familia, analizar dinámicas y opciones. Y me especialicé en la rama del desarrollo, que es la parte que más me gusta”, me cuenta Guadalupe Soto, que además coordina el espacio de aprendizaje «Satanama« en Florida, Vicente López.

-Imagino que tus experiencias con hijos desescolarizados y en distintas escuelas ensancha tu visión acerca de lo que significa educar y aprender.
-Claro, mis experiencias como maestra y mamá que busca alternativas me llevaron a a pensar en otras formas de la psicopedagogía. Tanto mi hijo como mi hija aprendieron desescolarizados y también pasaron por la escuela. En ese tiempo de educar sin escuela me encontraba con familias que buscaban alternativas, pero con muy poca guía. Entonces empecé a sentir que ése era mi lugar. Tengo el conocimiento y las experiencias, las buenas, las malas. Quiero acompañar familias en su camino de aprendizaje, porque, aunque hoy hay mucha información y opciones, es necesario analizarlas y conocer las necesidades y opciones posibles.
Además, fui maestra integradora -¡estuve en todos los lugares!- y vi que a veces sí hace falta un buen diagnóstico que traiga claridad para poder ayudar.

-Como coordinadora de un espacio de educación viva, observás de cerca los procesos tanto de los nenes como de las familias.
Trabajamos con nenes y nenas hasta 9 años, y en general las familias se van dando cuenta de que no necesitan una maestra que les esté diciendo cómo tienen que aprender. Yo las acompaño en eso, observando y explicando lo que debieran aprender para la etapa según las pautas del desarrollo humano. También, desde la psicomotricidad, otra disciplina que considero esencial y en la que me estoy formando.

-¿Creés que las trabas a veces son más de los adultos que de los chicos?
-Muchas veces es así. Por eso propongo ayudarlos a salir de la mirada escolarizada que tenemos tan arraigada todos los adultos. Mi propuesta tiene que ver más con ayudarlos en eso que con traer a los niños al consultorio. Por supuesto, acompañado de lo que haga falta si hay dificultades emocionales, que puede haberlas, o diagnósticos que es bueno atender. Pero enfatizo las cuestiones que necesita un cerebro para aprender y marco cómo muchas veces lo que pasa en las escuelas no es lo mejor ni lo más adecuado. Muchas veces, y no sólo por el bullying, está en modo supervivencia por la forma en que se estructuran los tiempos, los espacios y las expectativas: cuándo pueden ir a hacer sus necesidades, cuándo tomar agua, cuándo comer o jugar, que para ellos es vital. Seguramente haya escuelas amables en ese sentido, pero si no lo es, propongo una psicopedagogía desde un lugar más activo, más vivo. Algo que no se practica en general y es desconocido por otros profesionales de la salud y la educación.

-La falta de opciones para niños que tienen dificultades para adaptarse a la enseñanza tal como lo propone la escuela es real, también.
-Sí, hay muchas aristas en torno a una ruta de aprendizaje. Si vos decidís no escolarizar porque tu hijo tiene una dificultad, hay que ver qué es y si realmente es un impedimento. Porque muchas veces las escuelas están desbordadas, con docentes precarizados donde es aún más difícil cambiar la mirada y donde no es sostenible la verdadera inclusión. Pero también entiendo a las familias que sienten que que sus hijos son violentados. Pero si la familia necesita que vaya a la escuela, entonces busquemos la que sí. O si el foco está puesto en lo curricular y los contenidos, busquemos espacios con esa mirada. Sea lo emocional o lo académico, es importante encontrar espacios adecuados. En esas decisiones, el acompañamiento profesional es clave.

Contacto:
Celular: +54 11 6526 5310
Correo: Guadalupe.soto96@gmail.com
IG: https://www.instagram.com/satanama_educacionviva/

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