Por Lic. Sabrina Testa – Directora General de Idea Consultora*
En los últimos tiempos, se difundieron datos estadísticos alarmantes en torno a la comprensión de textos de niños y jóvenes. Esto permitió hacer pública la magnitud del problema en Argentina, haciendo visible la profundidad de la crisis y marcando desafíos importantes para el sistema educativo, las políticas públicas y empresas privadas en busca de revertir esta tendencia y mejorar el panorama.
¿Por qué las empresas deben intervenir en esta situación? Las razones son diversas, sin embargo, destacamos el acceso más amplio a candidatos cualificados y motivados para futuros reclutamientos, fuerza laboral más capacitada y productiva y la contribución al desarrollo económico y social de las comunidades, ya que permite a las personas informarse, entender cuestiones de actualidad, ejercer sus derechos y deberes civiles de manera informada, y participar en discusiones y debates públicos.
Entendemos que, en el mercado laboral actual, las dificultades en la comprensión lectora limitan la capacidad de los jóvenes para acceder a formación técnica o superior, afectando sus oportunidades de empleo. En trabajos que requieren el seguimiento de instrucciones escritas, la interpretación de datos o la comunicación efectiva, la falta de comprensión lectora se convierte en un obstáculo significativo para el desempeño y la progresión profesional.
En el mismo orden de cosas, la comprensión lectora es la base sobre la cual se construye el aprendizaje en todas las áreas del conocimiento y, en la actualidad, se observa que los estudiantes enfrentan dificultades para seguir las instrucciones, entender los textos de estudio y expresar sus ideas de manera coherente.
¿Qué aportes pueden hacer las empresas para el desarrollo de las habilidades de comprensión lectora? Pueden desarrollar programas de mentoría en los que sus empleados brinden apoyo individualizado a estudiantes que presentan dificultades en lectoescritura. También, pueden ofrecer becas o subvenciones para la compra de libros y otros materiales educativos para escuelas en comunidades de bajos recursos. Esto puede mejorar significativamente el acceso a recursos de calidad para el desarrollo de la lectoescritura. Entre otras propuestas, podemos mencionar la colaboración activa con instituciones educativas y la capacitación docente sobre metodologías innovadoras en la enseñanza de la lectoescritura, programas que pueden ser diseñados en colaboración con expertos en educación y ofrecidos como parte de las iniciativas de responsabilidad social corporativa de la empresa.
El compromiso empresarial con la mejora de las competencias de lectoescritura en la comunidad no es solo una inversión en el capital humano futuro, sino también una importante declaración de los valores y propósitos institucionales. A través de esta inversión, las empresas también están construyendo una sociedad más informada y resiliente.
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