«El fútbol es un deporte tan accesible, sólo se necesita una pelota y un lugarcito. Y el juego es el trabajo de los niños. Jugando al fútbol en las calles fue que desarrollé mi pasión por el fútbol. Mi misión es cambiar la forma en que enseñamos futbol. Desde la perspectiva del niño, es fácil ganar o perder, pero cuando nos involucramos los adultos se torna más complicado. Parece que a los adultos sólo les importa una cosa: ganar». Así arranca Ruben Jongkind su charla TEDxGenova, donde explica qué lo llevó a fundar Montessori Sports en 2018.
«Como entrenadores tenemos expectativas poco realistas porque sabemos que muy poquitos serán profesionales. ¿Qué pasa con los demás? En Holanda la estadística dice que de 10 chicos hay 7 que dejan a los 13 años por sentir demasiada presión«, sentencia. Y cierra la charla con tres propuestas para mejorar los que cree son principales problemas del entrenamiento deportivo: pagar mejor a los entrenadores infantiles, para que no se focalicen en ganar y así ascender en sus carreras; dejar de organizar la actividad basados en la edad y mejorar la cultura general del fútbol, sustentada en la competencia y el poder. Para eso, cree que el fútbol de las calles, sin padres, entrenadores o réferis en el medio, tiene mucho para enseñarnos (mirá la charla TEDx de Ruben).
Ruben vive en Holanda pero es mitad español y vivió un año en Argentina. Lo llamé para conversar sobre su criatura: la novedosa idea de aplicar los principios Montessori a la enseñanza y el entrenamiento deportivo. Es el momento justo, porque la Fundación Argentina María Montessori (FAMM) estrenó el curso que también se imparte en otros 75 países del mundo. Y porque, como país futbolero que somos, es interesante encontrar una propuesta disruptiva para la enseñanza del deporte, tanto en escuelas formales como en clubes o escuelas deportivas infantiles.
-Argentina es un país de fútbol. Pasa eso mismo que contaste de tu infancia, donde en cada esquina hay niños jugando al fútbol en la calle. Quizás la diferencia en que en Argentina la mitad de los niños y jóvenes son pobres, entonces el fútbol tiene además esa carga: puede ser una aspiración a tener una vida mejor. Y no sé si es eso, sumado al enorme negocio del fútbol, es lo que hace que se respire tanta expectativa, que muchas veces induce al maltrato por parte de padres y entrenadores. En ese escenario, ¿cuál es el aporte de Montessori Sports en la enseñanza del deporte?
-Viví en Argentina durante un año, y sumado a que mi madre es de España, conozco un poco, digamos, la mentalidad latina. Pero no te equivoques, porque en Holanda la emoción es igual. Aquí también juega un papel muy importante el fútbol y tenemos los mismos fenómenos. Pero sí se puede decir que en un país como Argentina hay aún más emoción, aspiración y pasión que en los países nórdicos. Sólo que está un poco más más escondido dentro de nosotros aquí en el norte.
Hace 14 años que estoy en el fútbol profesional y los mejores jugadores que conozco, que jugaron semifinales del Mundial, que ganaron Champions, ellos siempre me contaron que la influencia de los padres ha sido muy poca. Esta experiencia es parte clave de mi visión, que se asocia a la de Montessori. Cuando trabajé en la academia del AJAX (el club de fútbol de Amsterdam), cuando los padres estaban involucrados, allí siempre teníamos los mayores problemas. Al final estos niños no llegaban a cumplir su potencial, una relación que parece una paradoja.
Uno como padre o adulto piensa que ayuda, a veces con buena intención, incluso gritando. Pero es al revés, y la pedagogía de Montessori, y ahora la neuropsicología lo confirman.
Todos nosotros somos humanos y nos formamos y crecimos bajo las leyes naturales del ser humano. Para eso Montessori propone ambientes preparados para el crecimiento óptimo del ser humano. Sea en el fútbol, la escuela, el baloncesto, la música, no importa. Hay principios claves que son los mismos para cada persona, más allá de la cultura o el país.
-Además de las etapas infantiles, ¿Montessori Sports puede aplicarse en el ámbito del alto rendimiento? ¿padres y entrenadores podrían temer que con un tratamiento tan «blando» un deportista no va a llegar al alto nivel?
-Yo por lo menos pude comprobar que sí durante mi trayectoria. Empecé en 2008 a trabajar en el Ajax. En 2011 sistematizamos el trabajo que habíamos estado haciendo junto a un compañero, que jugó en la selección de Holanda (incluso contra Argentina en cuartos de final del mundial ’98). Nosotros habíamos creado un método de acercamiento deportivo al individuo, no nos ocupábamos del resultado del equipo. Y pasaron dos cosas: me llamó la atención uno de los chicos, la curiosidad que tenía por aprender y la forma de relacionarse con nosotros los adultos y con sus compañeros. Descubrí que era alumno Montessori y su madre la directora de AMI en Holanda, así que me puse a aprender más sobre esa pedagogía. La segunda cosa es que vino Johan Cruyff https://www.90min.com/es/posts/3070096-johan-cruyff-el-maestro-que-transforma-el-barca-en-una-maquina-de-ganar, que es el padrino de la masía del Barça, donde se formó Messi. Le llamó la atención la forma en que trabajábamos y se acercó a nosotros porque coincidía. Fue él que nos puso a dirigir la academia del Ajax y empezamos a implementar algunos conceptos de Montessori, como entrenar edades mezcladas.
También incorporamos la observación de individuos en vez del equipo. Los entrenadores tenían que observar a los individuos y apuntar lo que veían. Después nos juntábamos como grupo de entrenadores a discutir lo que habíamos visto. O sea, lo que hablábamos no tenía que ver con el resultado del fin de semana.
Hacíamos el ambiente preparado en términos del desarrollo de cada jugador. Teníamos como si fuera un formulario que yo llamaba caja de habilidades para cada plano de desarrollo. Cada niño tenía que reflexionar él mismo sobre sus habilidades. Y ahí empezó una discusión entre nosotros sobre el papel del padre y cómo podíamos hacer que los niños fueran independientes (de su mirada) más rápido.
Volviendo a los resultados, y podríamos hablar diez horas, en 2017, seis años después de ese entrenamiento, pues los niños habían empezado con 8, 9 y 10 años, llegaron a la final de la Liga Europea. Jugaron contra el Manchester United y perdieron la final, pero fue el equipo más joven que jamás había disputado una final con chicos de 17 y 18. Dos años después, en 2019, esos mismos chicos le ganaron al Real Madrid.
Estuve también cinco años en un club pequeño de Holanda, de segunda división. Montamos la primera en tres años y formamos un jugador que ahora está en la selección de Holanda. Y uno de los mejores defensores de la Premier League en Tottenham está jugando con los mismos principios. Así que esto funciona, y la filosofía Montessori tiene mucho que ver.
-El juego callejero y entre niños también está en esta visión que proponés, ya lo contaste en tu charla TEDx. Acá le decimos fútbol de potrero.
-Claro. En el juego callejero no hay entrenadores. Los niños no piden documento a para ver la edad y decidir si puedes jugar. También deciden las posiciones entre ellos, y no hay malos ni buenos. Hacen las reglas entre ellos y cuando está desequilibrado, mezclan. Ahí hay balance, independencia, hay adaptación, porque pasan coches, o lo que sea. Las pelotas y la cantidad de niños son siempre distintas. Hay que comunicarse para solucionar problemas y conflictos porque el objetivo común es poder jugar un partido. Maradona o Valdano empezaron así, con miles de horas en la calle. En Holanda eso se ve cada vez menos, está más organizado y hay más dinero, entonces hay mayor presión para que los adultos controlen.
–¿El curso de Montessori Sports de AMI está pensado solamente para personas que trabajan en escuelas Montessori?
-Para el público hispanohablante, las clases sincrónicas son en español, las damos con el colega Eder Cuevas de México. Y los videos de la parte asincrónica, que cada uno hace a su ritmo, están en inglés pero tienen subtítulos.
Es apto para todos los educadores, porque los principios son generales y universales. Si eres guía en una escuela Montessori pero no tienes ninguna idea de deporte, podrás aprender un poco sobre el deporte y cómo aplicar las actividades deportivas en un ambiente Montessori. Si eres profesor de educación física, ya tienes herramientas en términos de los ejercicios, la metodología, pero aprendes cómo aplicar tu capacidad de manera adecuada a cada niño para responder a sus necesidades y características.
También sirve a los entrenadores de fútbol que se pregunta cómo acercarse a los niños. Cómo resolver los problemas con los adolescentes, que suelen dejar el deporte. Incluso es para directivos de instituciones educativas en general.
-¿Está orientado sólo al fútbol?
–Se puede aplicar a todos los deportes, de grupo o individuales, porque el deporte también está atravesado por los planos de desarrollo de los que habla Montessori: el primer plano es entre 0 y 6 años, el segundo es de 6 a 12, el tercero es de 13 a 18 y el cuarto de 18 a 24 años. En cada plano, los niños o jóvenes tienen necesidades y características que, dentro del plano, son más o menos iguales, pero se distinguen entre los planos. Tú como adulto, como guía, como coach, tienes que conocer estos planos. Porque el deporte es algo abstracto, es un concepto de adultos, con reglas, es más cultural. O sea, pertenece al segundo plano. En el primer plano el deporte se puede deducir al movimiento básico fundamental, cuando empiezan a caminar, a correr. Es cuando se empiezan a dominar todas las habilidades fundamentales de movimiento para que después puedan hacer cualquier deporte con seis años.
En Argentina también está el hockey sobre césped, el básquet como deportes principales en instituciones, tal vez olvido alguno. Y, lógicamente, se acercan a los que hacen sus hermanos, sus padres, sus amigos. En el segundo plano los niños son exploradores sociales, prueban qué les gusta. Allí el deporte de equipo es muy importante porque les permite conectar con otros niños. Mientras que en el primer plano hay todavía un egoísmo normal porque aún son exploradores sensoriales, prueban su cuerpo y la interacción con la naturaleza. Y el tercer plano es donde la identidad de cada persona se desarrolla, es la fase de la adolescencia, cuando se preguntan quién soy yo en este mundo. Traducido al deporte: ¿soy futbolista, tenista, bailarín? Si soy futbolista, ¿soy atacante, defensor, arquero? Así, puedes utilizar el deporte para desarrollar tu identidad. Estos principios se aplican para todos los deportes.
-Se sabe que armar un ambiente Montessori completo es costoso. ¿Quizás un ambiente Montessori deportivo no lo es tanto?
-Cuando introducimos un concepto como costoso hay que definir con qué estamos comparando. Yo una vez calculé todo el presupuesto del Ministerio de Educación de Holanda y lo dividimos por la cantidad de estudiantes, y un año de educación básica (primaria o Taller en el sistema Montessori) cuesta 10 mil euros. Pero no lo vemos porque no nos duele directamente de nuestro bolsillo directamente. La formación Montessori no la paga el Estado, lo pagamos extra y por eso duele más. En muchas zonas vulnerables donde trabajamos (tenemos ejemplos en países africanos) adaptan los materiales con carpinteros locales. Pero si medimos el rendimiento de la formación Montessori para la sociedad, quizás lo vemos de otra forma. Y sí, efectivamente preparar un ambiente deportivo es más barato; una pelota y un espacio, una cancha o un parque o. Lo que cuesta es solamente formar a la gente.
-Ahora que mencionaste al Estado, ¿ustedes tienen relación con el Ministerio de Educación de Holanda?
-Sí, porque aquí en Holanda Montessori es parte de la educación del Estado. Hay bastantes escuelas públicas con el método, tenemos muy pocas privadas. Hay proyectos que estamos conversando. Conversamos en su momento con Mercedes Miguel, ahora ministra de Educación de Buenos Aires, que vino a conocer cómo trabajamos cuando estaba en River Plate (ver nota de AlterEdu).
-Acá usamos una expresión que es «la sana competencia». ¿Crees que es posible eso, una competencia que no implique antagonismo, rivalidad como a veces se expresa en los deportes?
-La competencia es parte de la vida humana. Ya estamos compitiendo nosotros porque tú y yo escogimos cada uno una actividad. Cuando yo compro una botella de leche, no compro una de gaseosa. La competencia está por todos lados por todos lados, lo que es importante dentro del ser humano es esa chispa que tenemos para mejorar nuestra situación. Siempre queremos mejorar, así es como ha funcionado el humano en nuestra civilización. Puede ser una versión mejor de mí mismo comparado con el que era ayer, ésa es una competencia sana.
Tu oponente en el deporte te da el espejo para que puedas ver qué mejorar en tí. La competencia insana es cuando ponemos ganar como objetivo final. Los objetivos finales son efecto de un proceso interno, y cuando tú solamente piensas en ganar a toda costa es cuando entran los vicios, las malas emociones, la violencia, la agresión. Y ya está comprobado que esto, a largo plazo, tampoco te ayuda a lograr tu mejor versión.
O sea, en Montessori no estamos en contra de la competencia. Pero estimulamos a preparar ambientes que te den la posibilidad de ser cada vez mejor todos los días.
¿Cómo es el curso Montessori Sports?
Dura 40 horas y extiende un certificado de AMI Internacional. Sus objetivos son:
Comprender la conexión entre los deportes y la educación Montessori en todos los planos del desarrollo.
Comprender cómo los deportes contribuyen al desarrollo general de los niños.
Adquirir habilidades deportivas mínimas para presentar a los niños.
Aprender a preparar distintos ambientes de aprendizaje para el deporte.
Aprender a observar durante las sesiones deportivas.
La introducción al curso es de acceso gratuito, podés verla acá: https://www.montessori-sports.com/offers/HhLEDrgv/checkout
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