John Moravec es académico estadounidense de la Educación. En 2015 lanzó un Manifiesto que invitaba a desmantelar paradigmas obsoletos y tomar medidas audaces: tuvo mucho éxito y fue difundido en varios idiomas. Ahora, 10 años después, dice que la retórica ha crecido pero que no hubo mucho avance. Por eso, lanzó el Manifiesto 25, que esta vez fue creado en forma colaborativa con otros educadores. Muchas de sus observaciones y propuestas son práctica común en las llamadas “escuelas democráticas” que existen en distintos países. Ya fue firmado por los argentinos Silvia Enriquez, Luis R. Lara, Hugo Pardo Kuklinski, Lucas Potenza y Javier José Simon.
Moravec se hizo conocido por su obra “Aprendizaje invisible” y acuñó el concepto de knowmad, que se traduce como nómade del conocimiento y se refiere a profesionales que pueden trabajar en cualquier lugar, momento y casi con cualquier persona. «Mientras que la industrialización requería que las personas se establecieran en un lugar para desempeñar un papel o función muy específica, los empleos asociados al conocimiento y la información se han vuelto mucho menos específicos en lo que respecta a la tarea y el lugar”, explica.
Le hice algunas preguntas y éstas fueron sus respuestas:
-¿Viste cambios en la Educación desde 2015 hasta hoy?
-En la década transcurrida desde el Manifiesto 15, el mundo se ha enfrentado a importantes trastornos (cambio climático, desinformación, desigualdades globales) y estos problemas han hecho que la necesidad de actuar en educación sea más crítica. El Manifiesto 25 adopta un enfoque más holístico y ofrece principios viables, inclusivos y que reflejan diversas voces, particularmente del Sur Global. Aborda directamente las amenazas a la educación, como la desinformación y las desigualdades sistémicas, al tiempo que ofrece un marco para un cambio positivo
El Manifiesto 25 es intencional, no prescriptivo. Más bien, presenta un conjunto de principios rectores que los individuos y las organizaciones pueden adaptar para crear futuros educativos significativos. No se trata de ponerse de acuerdo en todos los detalles, sino de encontrar puntos en común y un lenguaje compartido que describa nuestro pensamiento para impulsar el progreso colectivo.
Una de las lecciones clave del Manifiesto 15 fue la necesidad de organización y seguimiento. Si bien el Manifiesto 15 ganó rápidamente fuerza, caímos en la trampa de celebrar el impulso sin construir una estructura para sostenerlo. Esta vez, con el Manifiesto 25, adoptamos un enfoque más deliberado e inclusivo. Los primeros borradores se compartieron meses antes de su publicación, lo que generó comentarios de una gama más amplia de voces, especialmente del Sur Global. Nos hemos centrado en producir traducciones de alta calidad, empezando por el español, y estamos explorando formas de apoyar a las organizaciones que respaldan el manifiesto para traducir los principios en acciones tangibles.
En resumen, el Manifiesto 25 es a la vez una respuesta a lo que aprendimos del Manifiesto 15 y una evolución para satisfacer las demandas de hoy. Es una invitación a colaborar, adaptar y crear sistemas educativos que nos preparen a todos para prosperar en un mundo de incertidumbre.
-¿Podés mencionar escuelas o comunidades de aprendizaje del mundo que admirás y creés que pueden servir como ejemplo?
-Absolutamente. Si bien ninguna institución o comunidad tiene todas las respuestas, hay muchas que encarnan los principios que analizamos en el Manifiesto 25, en distintos grados, y ofrecen ejemplos de cómo puede ser la educación cuando está centrada en el alumno, es equitativa y adaptable.
· Sudbury Valley School (EE. UU.): Como ejemplo de educación democrática, Sudbury Valley brinda a los estudiantes plena autonomía sobre su aprendizaje. No hay clases ni calificaciones obligatorias; los estudiantes diseñan sus propios caminos de aprendizaje, desarrollando habilidades como la autonomía, la autoeficacia y la colaboración. (En mi opinión, las escuelas tipo Sudbury son los mejores entornos de aprendizaje que existen, ya que pueden navegar en el espacio entre los enfoques formales e informales del aprendizaje).
· Green School, Bali (Indonesia): Esta escuela (y una red de escuelas similares) adopta un enfoque integrado y centrado en la sostenibilidad de la educación. El aprendizaje aquí es práctico y basado en proyectos, lo que alienta a los estudiantes a involucrarse profundamente con los desafíos ambientales y comunitarios.
· Escuela Nueva (Colombia): Este modelo de escuela rural empodera a los estudiantes a través del aprendizaje colaborativo e impulsado por pares. Aborda las necesidades específicas de las comunidades desatendidas y se ha replicado en más de 16 países por su simplicidad y escalabilidad.
· Entornos de aprendizaje autoorganizados (SOLE, por sus siglas en inglés): los SOLE, que se originaron a partir del trabajo de Sugata Mitra (quien fue uno de los firmantes originales del Manifiesto 15), crean espacios donde los niños guían su propio aprendizaje, a menudo en entornos informales. Este modelo ha tenido un impacto particular en comunidades con acceso limitado a la educación formal.
Estos ejemplos no están exentos de desafíos (y hay mucha evidencia de implementaciones tanto buenas como malas de cada uno), pero demuestran diversas formas en que la educación puede centrarse en los estudiantes, fomentar la adaptabilidad y responder a las necesidades locales y globales. No son modelos perfectos para replicar, sino más bien fuentes de inspiración que resaltan las posibilidades de lo que los sistemas educativos pueden aspirar a lograr.
Debo enfatizar que, si bien tengo mis propias preferencias, el Manifiesto 25 no se trata de respaldar ningún modelo en particular, sino de crear marcos y principios que permitan la innovación adaptada a los contextos locales. Estas escuelas y comunidades nos recuerdan que hay muchos caminos hacia una educación significativa y transformadora.
-Observo que la mayoría de los responsables de las políticas educativas hablan de cambios y desigualdades, pero no las sufren ellos mismos ni sus hijos. Creo que esa es una de las principales causas de la lentitud para mejorar los sistemas. Otra opinión personal es que el carácter obligatorio de la escolarización en la mayoría de los países, con reglas y controles uniformes, que creó una gigantesca industria monopólica con fuertes intereses. ¿Está de acuerdo o tiene alguna otra explicación?
-Estoy de acuerdo en que estas dinámicas desempeñan un papel importante en la inercia que vemos en la reforma educativa. La desconexión entre los responsables de las políticas y los más afectados por las desigualdades es un problema crítico. Si los responsables de las políticas y sus familias no experimentan directamente las deficiencias del sistema, es más fácil para ellos ver la reforma como un concepto abstracto en lugar de una necesidad urgente. Esta distancia crea una falta de responsabilidad y urgencia.
La escolarización obligatoria, con sus marcos estandarizados y controles centralizados, crea una estructura rígida que a menudo sirve a los intereses institucionales por encima de las necesidades individuales. Cuando la educación funciona como un monopolio, como usted sugiere, el foco tiende a desplazarse hacia el mantenimiento de los sistemas en lugar de mejorarlos en beneficio de los estudiantes. Esto genera resistencia al cambio, especialmente por parte de quienes tienen intereses creados en el statu quo, ya sea por razones económicas, políticas o culturales. Sin embargo, creo que hay explicaciones adicionales que vale la pena considerar:
Inercia cultural: los sistemas educativos están profundamente arraigados en tradiciones que son difíciles de desafiar. La creencia de que la escolarización debe seguir un formato prescrito (aulas, currículos fijos y evaluaciones estandarizadas) está tan arraigada que incluso imaginar alternativas parece radical.
Miedo al fracaso: las reformas educativas a menudo se miden en años, si no décadas, y los responsables de las políticas dudan en adoptar cambios audaces que podrían tener resultados inciertos durante su mandato. Esto conduce a ajustes graduales en lugar de las transformaciones sistémicas que necesitamos. El problema es que tenemos tanto miedo al fracaso que, cuando todos no asumimos riesgos, fracasamos de manera uniforme.
Falta de voces inclusivas: con demasiada frecuencia, las personas más afectadas por las desigualdades educativas (estudiantes, comunidades marginadas e incluso educadores) quedan excluidas de los procesos de toma de decisiones. Las políticas se crean sin una consulta o representación significativa, lo que conduce a soluciones que no abordan los problemas de raíz que son importantes para las comunidades a las que tratamos de servir.
Prioridades económicas: la reforma educativa compite con otras prioridades como la infraestructura, la defensa o la atención médica. En muchos casos, la educación se considera un gasto en lugar de una inversión, lo que limita los recursos y la innovación que se le asignan. Esto hace que la educación sea particularmente vulnerable a la política y, lamentablemente, un blanco fácil.
En última instancia, creo que estos desafíos sistémicos refuerzan la necesidad del tipo de “rebelión positiva” que se pide en el Manifiesto 25. No basta con criticar el statu quo; debemos involucrar activamente a diversas voces, repensar los sistemas rígidos y exigir a los tomadores de decisiones que rindan cuentas por reformas equitativas e inclusivas. Al replantear la educación como un ecosistema dinámico y centrado en el alumno, podemos empezar a romper con los monopolios y las desigualdades que usted describe y avanzar hacia un cambio significativo.
Del 11 al 13 de febrero Moravec estará en Argentina en un encuentro organizado por el ITBA (es gratuito y podés inscribirte acá).
Los 25 puntos del Manifiesto
1 El futuro ya está aquí—solo que no está distribuido de manera equitativa.
2 Las escuelas 1.0 no pueden enseñar a niños 3.0, 4.0, 5.0.
3 Los niños también son personas.
4 Las escuelas deben ser refugios de seguridad y respeto extraordinarios.
5 El aprendizaje auténtico surge de la libertad, no de ser empujado hacia un camino predeterminado.
6 Aprender juntos, enseñar juntos.
7 El aprendizaje ocurre en ecosistemas, no en cajas.
8 El nirvana se encuentra en la fusión de la autonomía con la autoeficacia.
9 Los educadores son creadores, colaboradores e innovadores— no engranajes en una máquina.
10 No valoremos lo que medimos; midamos lo que valoramos.
11 El mal uso de la tecnología es un síntoma, no el problema.
12 El aprendizaje ocurre, le prestemos atención, o no.
13 El conocimiento se construye a partir del significado, no de la gestión.
14 La estandarización mata la creatividad y la innovación.
15 El conocimiento crece donde los límites de las redes se intersectan.
16 Los títulos son obsoletos por diseño.
17 Cualquier sistema educativo que tolere la inequidad es cómplice de la injusticia.
18 Los actos de ciudadanía global transforman la experiencia personal en impacto planetario.
19 El futuro pertenece a los nerds, geeks, creadores, soñadores y knowmads.
20 La realidad no es opcional.
21 Una educación que ignora el planeta es una educación sin futuro.
22 Podemos y debemos construir culturas de confianza en nuestras escuelas y comunidades.
23 Rompe las reglas, pero entiende claramente el porqué primero.
24 El activismo es un espacio donde el desaprendizaje prospera.
25 Cuestiona todo. Empieza con este manifiesto.
Leé el Manifiesto 25 completo y firmalo acá: https://manifesto25.org/es/
Más sobre John Moravec y Education futures: https://educationfutures.com/
Charla TEDx “Aprendizaje invisible. La (re) evolución fuera del aula”
Charla TEDx “El surgimiento de los knowmads”I
Imágenes: Facebook de Sudbury Valley School y Green School Bali
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