Camila Salgado tiene 17 años, nació en Chile y se mudó con toda su familia a Argentina cuando tenía 8. Acá, estudió toda la secundaria como alumna libre, sin ir presencialmente a ninguna escuela. Y no solo eso: armó una página web para ayudar a otras y otros que quieran seguir sus pasos. Decidió armar una comunidad de apoyo entre adolescentes, una iniciativa que escasea y hace falta en el mundo de la educación no escolar en el país. ¿Cómo y por qué lo hizo? La contacté para charlar y esto es lo que me contó.
-¿Por qué tomaste o tomaron con tu familia la decisión de hacer el secundario de forma libre?
-Fui a la escuela durante toda la primaria, pero hacia los últimos años me empecé a sentir aburrida. Si bien de más chica me gustaba y la disfrutaba, por sexto o séptimo grado empecé a sentir que me aburría tanto en las clases como en los recreos. Por un lado, en las clases normalmente ya había estudiado los temas que la profesora nos daba. Me encantaba estudiar matemática en mis tiempos libres en una academia online, Khan Academy, y leer libros, que después se repetían con los teníamos que leer para la escuela. Además, iba a una escuela pública y gran parte del tiempo se iba en paros, actos, profesores de licencia y días donde simplemente la profesora no nos daba nada para hacer. Por otro lado, me aburría en los recreos porque en séptimo me cambié de escuela y no formé prácticamente amistades. En ese contexto, mis papás me dieron la opción de estudiar en casa, tanto a mí como a mis hermanas mayores. Yo decidí que quería probar el homeschooling, y una de mis hermanas decidió continuar en la escuela. En ese sentido, la decisión fue bastante democrática.
-A mí, como mamá, me pasó que nunca dudé sobre la capacidad de mi hijo para aprender y disfrutar por fuera del sistema educativo oficial, pero sí me preocupaba su contacto regular con pares, en un barrio donde la escolarización dura 8 horas y todos están ocupados incluso después de clases. ¿Cómo buscaste formas de encontrarte con otros/as?
-Como te decía antes, no era precisamente que estuviese formando muchos vínculos en la primaria. Seguramente por eso, durante el primer año que hice libre no me preocupó mucho el tema. Si bien hacía teatro y fútbol, no eran actividades de muchas veces a la semana y no reemplazaban la socialización de la escuela. Sin embargo, a medida que fue pasando el tiempo, mis papás y yo nos dimos cuenta de que socializar era algo muy necesario. Entonces, desde ahí empecé a practicar más actividades con gente de mi edad: deportes, danza, etc. Por eso es que me gusta insistir en que antes de tomar la decisión de estudiar en casa las familias tomen en cuenta la socialización. No es imposible, pero tampoco es fácil reemplazar la de la escuela. Tiene también mucho que ver el acceso que tengas a actividades extracurriculares. Yo al final logré formar amistades en las actividades que realicé, pero creo que hubiese sido mejor prestarle más atención al tema desde el principio.
-Ahora que terminaste de rendir, ¿qué planes tenés? ¿Qué estás haciendo que te guste?
-Quiero estudiar Biología. Por tercer año, estudiando las leyes de la genética, me di cuenta de que había encontrado mi pasión, y ya en cuarto era una decisión. Al final, adelanté un año en la secundaria y ahora empiezo el CBC, de la Universidad de Buenos Aires, de forma virtual. Sobre lo que me gusta… Creo que todo. No sé si fue el homeschooling o si yo soy muy nerd, pero me encanta estudiar, leer y escribir. Aunque quiero estudiar Biología, no puedo negar mi amor por la Historia, por la Filosofía o por los libros de Julio Verne. También disfruto mucho de la música y de tocar instrumentos como el ukelele, piano, violín, guitarra. La danza es otra de mis pasiones, aunque por la pandemia las clases están suspendidas. Como podrás notar, estudiar en casa me dio el tiempo y la libertad de explorar muchas áreas y actividades.
-A tu página, ¿llegan jóvenes como vos o la mayoría son adultos con dudas? ¿Quiénes te gustaría que se acerquen?
-A mi página llegan principalmente madres y padres que preguntan por sus hijos. En un primer momento pensé y preparé todo para que llegaran jóvenes; en general el contenido está dirigido a estudiantes. Pero después me encontré con la sorpresa de que, de toda la gente que me escribió, solo dos eran estudiantes y el resto eran padres. En el caso de chicos de primaria entiendo que sean los padres y no los hijos los que me escriban. El apoyo de la familia es indispensable para estudiar en casa, pero también creo que es importante que sean los jóvenes los que tomen la decisión y protagonicen su educación desde el principio.
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