Asociación Francesco Tonucci Argentina: “Nuestro gran esfuerzo es sacar, no poner: autos, tarea y todo lo que interrumpa el juego libre”

Francesco Tonucci es maestro, pedagogo y dibujante crítico hacia la escuela y la pérdida de tiempos y espacios para el juego libre en la infancia. A diferencia de discursos similares, su voz es constructiva: impulsa incansablemente acciones concretas y trabaja de facto como una agencia de protección de los derechos de la infancia. En Argentina es una especie de rockstar, y quizás por eso es el primer país en tener una sede de la Asociación que lleva su nombre y que fue creada en Italia.

La Asociación Francesco Tonucci Argentina funciona dentro del ex orfanato de niñas “Garrigós”, una gigantesca estructura bicentenaria rodeada de un jardín fabuloso en el barrio porteño de La Paternal, que hasta hace poco era sede de programas sociales para la infancia de la SENAF. Ahí me recibe Paula Querido, su directora, para contarme sobre el trabajo de más de 30 años que empuja Francesco Tonucci, en el mundo y en Argentina en particular. En lo personal, se formó en Ciencias de la Educación, como maestra de Primaria, en teatro y clown.

-¿Cómo funciona este lugar?
-Somos la Asociación Francesco Tonucci sede Argentina, recién nacida. Se trata de una casa local de la Asociación Internacional, a cargo de Lorena Morachimo. Nuestra razón de ser es, por un lado, promover políticas públicas para defender el juego libre de la niñez en el espacio público y su autonomía en la ciudad. Así como también su derecho a participar a través de los consejos de niños y niñas partiendo de la premisa que Francesco Tonucci planteó al crear- hace más de 30 años- el Proyecto La Ciudad de las niñas y los niños: «Si una ciudad es buena para los niños, es buena para todos».
Actualmente son más de 300 ciudades de 15 países adheridas al proyecto La ciudad de las Niñas y de los Niños que promueven la participación real de la niñez en el gobierno de la ciudad, que devuelven a través de políticas públicas concretas el espacio público para el juego libre de los ciudadanos más chicos y su autonomía de movimiento. En este marco Argentina tiene una red muy rica y fuerte con más de 100 ciudades funcionando muy activamente.
Entonces, por un lado nuestro trabajo concreto es gestionar la red de Ciudades de las Niñas y los Niños, pero abarcamos más desde la Asociación, también difundiendo las ideas de Francesco Tonucci como pedagogo y su obra como artista.

-¿Qué cosas están logrando en estos años de trabajo?
-Vemos cambios sostenidos a partir de un trabajo territorial muy fuerte. Se trata de una batalla cultural difícil. A los adultos nos cuesta mucho ceder poder a la niñez, abrirles espacios reales para la toma de decisiones de asuntos importantes. Muchas veces se considera que dar la palabra a los niños es pedirles que elijan el color del tobogán. Desde nuestro proyecto buscamos que la escucha a la niñez sea genuina, llevada adelante por adultos formados en una metodología que acuñamos después de 20 años de práctica en los consejos de niños de nuestra red. Y  que esa escucha se traduzca en términos públicos, es decir, que esa voz política de la niñez sea realmente tenida en cuenta como lo manifiesta el artículo 12 de la Convención para los Derechos del Niño, que ingrese a disputar sentido en los ámbitos donde se toman decisiones en la ciudad, en la escuela, en los hospitales, en los clubes deportivos, en los hogares.
Una particularidad de la niñez, frente a otros colectivos, es que su participación ciudadana precisa de adultos cómplices que acompañemos su proceso, que abramos espacios institucionales concretos y que amplifiquemos esa voz cotidianamente silenciada.
Con equipos en cada ciudad formados por nuestra Asociación vamos viendo cómo las propuestas de los niños y niñas que se escuchan en los consejos van impactando en la política y generando transformaciones que hacen de la ciudad, del pueblo, del hospital, del hogar, espacios más humanos. Políticas que vienen a transformar mucho de lo que actualmente nos preocupa, por ejemplo la desaparición de la niñez del espacio público, la falta que tienen de tiempo libre y la ausencia de escucha en ámbitos tan importantes como la escuela, donde pasan muchas horas.
A más de tres décadas de la Convención sobre los Derechos del Niño  todavía es mucho lo que hay que caminar hacia una perspectiva que respete a la niñez como sujetos políticos, con denuncias y deseos propios en relación a los lugares que transitan y habitan. Por eso mucho de nuestro trabajo se enfoca también en la sensibilización y formación de adultos, a través de talleres, cursos y una Diplomatura sobre La Ciudad de las niñas y niños.

-Me interesa saber en particular qué han logrado dentro del ámbito de la educación formal.
-En relación a la escucha en los consejos de Argentina, una de las demandas más repetidas es la denuncia de la quita del recreo como sanción disciplinaria. Algunos textuales para compartir: “Cuando me sacan el recreo me siento en una pesadilla”, o “El recreo tiene olor a libertad”. Este pedido/denuncia fue expresado por los Consejos de niños/as de todo el país ante la Defensora de los Derechos de niñas y niños de Argentina Marisa Graham, quien escuchó atentamente y elaboró el histórico Pronunciamiento N° 16 de la Defensoría, en el que se insta a todas las autoridades educativas del país a erradicar la práctica de quita del recreo entendiéndola como una clara vulneración a la dignidad y al artículo 31 de la Convención, el derecho al juego.
Muchos de otros decires de los niños y niñas de la Red Argentina sobre la escuela que desean giran en torno a poder elegir y opinar,  a que les pregunten cómo están “no sólo el primer día”, a que los escuchen más, a que los reten “pero con respeto”, a que se pueda jugar para aprender.
La Asociación Internacional conformó un equipo de trabajo y estudio integrado por escuelas que forman parte de la red y que trabajan comprometidamente en el marco de la Convención Internacional de los Derechos del Niño: San Millán, Zizurkil y Txalburu, Albaltzisketa en el País Vasco; Escola Francesco Tonucci en Lérida, Cataluña; Bellelli en San José de Costa Rica y Aire Libre de La Plata, Argentina. Llevan adelante las bases del pensamiento pedagógico de Tonucci y respetan lo que los chicos esperan/imaginan/exigen de una escuela. Aire Libre, escuela de La Plata es la primera en Latinoamérica con un consejo de alumnos desde la perspectiva de Francesco Tonucci. “El consejo procura que los niños y niñas ejerzan su derecho a participar y a ser escuchados. Es un espacio donde se encuentran, se conocen y reconocen desde sus intereses, necesidades, deseos y sueños. Construyen colectivamente ideas y proyectos para transformar sus vidas, la escuela y el barrio. Aprenden a hacerse cargo de sus vidas, concretar sus proyectos y resolver sus propios problemas como parte esencial del desarrollo de su identidad”.
Un referente de la Asociación, el profesor Leonardo Piscoya Rivera, acompaña a los equipos escolares ofreciendo la orientación necesaria para el estudio y sistematización de las experiencias.

-¿Qué hacen diferente estas escuelas?
-Entre otros puntos claves uno principal es escuchar a la niñez, abrir espacios para cogestionar con ellos/as.
Me preguntabas ejemplos de lo que los chicos/as proponen para sus escuelas. Te puedo contar algunas experiencias muy fuertes de cogestión en el ámbito público de la Ciudad de Buenos Aires por ejemplo, el Distrito 20, Nivel Primario. Conformamos el Consejo que tiene injerencia en las 24 escuelas primarias del Distrito. Junto a su Supervisora nos reunimos mensualmente con el Consejo. Los chicos construyen colectivamente propuestas que se van materializando en trabajo constante con los equipos directivos de las escuelas. Tal es así que el proyecto institucional del Distrito este año incluye muchas de las ideas escuchadas de los niños/as, desde la visita de animales y famosos a las escuelas hasta campañas para mejorar el trato, y acciones para tener más contacto con la naturaleza
También en el Distrito 10, Nivel Inicial, niños y niñas de 4 y 5 años cogestionan sus jardines junto a sus supervisoras. Que haya espacios para la calma”, que existan “peluchotecas”, casitas de árbol  para jugar, “carteleras a nuestra altura” y salidas pedagógicas elegidas por ellos como ir a la peluquería, a observar construcciones y  negocios de verdad, son algunos de los muchos pedidos del Consejo que hoy se volvieron realidad en todos los jardines del Distrito.

-Es una excelente idea sumar a las inspectoras escolares a esta perspectiva.
-Sí. El planteo es tan simple y profundo como: ¿Por qué no pueden decir los niños qué les interesa conocer y aprender? Si todo puede ser contenido escolar, si todo es currículum. La supervisora escolar es un actor muy valioso porque son educadores/as con un gran recorrido, y que en estas experiencias vuelven a mirar de otro modo, con ojos de niño como nos dice Francesco. Dejan de controlar para escuchar, dejan de responder para preguntar.

-¿Qué otras cosas propone para las escuelas Tonucci?
-Otro punto fuerte es el lugar que ocupan las escuelas en relación al tiempo libre de la niñez. Las escuelas de la Convención no dan nunca tareas. Respetan el tiempo libre de la niñez, desean que los alumnos/as tengan las tardes libres para jugar, tengan aventuras en el espacio público, experiencias ricas en autonomía.
En esta batalla de devolverle el espacio público y el tiempo libre a la niñez necesitamos de los educadores. El 28 de mayo próximo realizaremos un conversatorio junto a OMEP, la organización mundial de educación preescolar, para invitar a los/las educadores a sumarse a nuestra Campaña “Yo salgo a jugar”.
Creemos que un educador no puede desconocer la importancia del juego libre en el desarrollo evolutivo, psicológico, de un sujeto. El derecho al juego (Art. 31 CDNNyA) es tan importante como el derecho a la educación (Art. 29 CDNNyA). Jurídicamente tienen el mismo estatuto. Sin embargo parecería preocupar mucho si un niño/a no va a la escuela y poco si un niño/a no tiene tiempo libre para salir a jugar.

-¿Qué pasa cuando los adultos no tienen tiempo? Porque para que haya juego libre me parece que tiene que estar involucrado. Aunque no interfiera, tiene que estar ahí para habilitarlo. Cuando Tonucci empezó con este reclamo pareciera que la sociedad era otra, donde todavía los chicos jugaban.
-Para nosotros la respuesta no es el adulto individual, es la política pública. Empezamos proponiendo los días de “Salir a jugar”, para devolverle la calle a los niños. Lo hacemos en muchas ciudades del país. Acá, en Ciudad de Buenos Aires por ejemplo, desde el Ministerio de Educación y en articulación con las Comunas, se hace el primer sábado de cada mes en seis puntos, seis barrios. Se corta el tránsito por 3 horas para que los chicos jueguen en Barracas, La Boca, Mataderos, Saavedra, Flores y Balvanera. Al principio empieza como una vez, pero después caminamos hacia la elaboración de ordenanzas, para que en cada ciudad se instale como política pública.
Pedimos especialmente que no haya coordinación, porque enseguida el adulto siente la necesidad de coordinar, de poner un taller de reciclado o que “de paso” aprendan educación vial. Nosotros no proponemos poner, proponemos sacar: autos, tareas escolares y todo lo que interrumpe el juego libre. Nuestro gran esfuerzo es sacar, no poner.
A partir del “Salir a Jugar” empezamos a relevar una alta cantidad de chicos de 8, 9, 10 años que no saben andar en bicicleta. De ahí surge la iniciativa de sumar rodados públicos, que recibimos gracias a donaciones y las reacondicionamos, para que aprendan y se las puedan llevar para practicar.
No se trata tanto de que la mamá tenga el tiempo libre de llevar a su hijo/a a jugar, sino que pueda ir solo porque existe una ciudad que garantiza su derecho a jugar en la calle. Experiencias de nuestra Red como el Salir a jugar que se desarrolla ya en muchas de nuestras ciudades y otras como los Caminos amigables de San Martín de los Andes, las  bicitecas populares, Rodando Caminos en Misiones,  la Calle Recreativa de Rosario, entre muchas otras, son políticas públicas que impulsamos para transformar el ecosistema urbano, para reconstruir el tejido comunitario, para devolverle el espacio público a las nuevas generaciones.
Es urgente que la niñez vuelva a la escena pública, vuelva a la ciudad, a las calles reales. Muchos de los adultos que no permiten que sus hijos/as jueguen en las calles reales por miedo, no dimensionan los peligros de las calles virtuales. La campaña Yo Salgo a Jugar justamente plantea la importancia de volver a las calles reales en contraposición al peligro que estamos viendo por la exposición precoz a las pantallas, a las calles virtuales.

-Se trata de mucho más que jugar, ¿no? Es una cuestión de salud mental.
-Claro que sí. Todos conocemos la situación preocupante en términos de salud mental que estamos observando en niños/as. Por eso la Sociedad Argentina de Pediatría está acompañando muy fuerte nuestra campaña “Yo salgo a jugar”, porque desde la mirada médica hay mucha preocupación también.
A edades cada vez más tempranas se ven síntomas asociados a problemáticas emocionales, empobrecimiento de habilidades sociales, padecimiento psíquico, aislamiento, etc.
Estamos atendiendo los síntomas de una niñez hiper-ocupada, alienada en sus emociones, sin espacio para decir, para denunciar, para jugar, para sociabilizar. Niños y niñas cuyo tiempo se debate entre espacios y horarios institucionalizados, con un coordinador que les dice lo que tienen que hacer, sin espacio público, sin tiempo libre con amigos, en la soledad de un teléfono.

-Hace más de 30 años Tonucci escribió el libro ”La Soledad de los niños”, cuando los chicos no usaban celular. El panorama no es bueno.
-No, y la respuesta para nosotros vuelve a ser la política pública, lo colectivo, la calle, los amigos, el tiempo libre. Enfocar los esfuerzos públicos en liberarles a los chicos las agendas, promover su encuentro con amigos, garantizar que puedan estar en la calle o la vereda.

-Entonces, hay que trabajar con los miedos de las familias.
-Sí, hay mucho para trabajar ahí con los miedos reales y los que no son reales. Ahondar en la diferencia entre riesgo y peligro. El riesgo es deseable, y es peligroso que no lo habiten. Hacerse una “frutilla” andando en bici es maravilloso comparado con los riesgos virtuales, donde no hay enfrente un otro, un cuerpo.
Francesco siempre ilustra esto diciendo que es mejor caerse muchas veces de la bicicleta que sólo una vez de la moto. La autonomía se construye desde los primeros años, y el riesgo es una pieza central en ese proceso. Una vez, durante un Consejo, Javier, un niño de 10 años, le dijo a Francesco: “Para divertirnos no tenemos que sentirnos demasiado seguros”.

Los cumpleaños públicos

-Me hablaste del derecho a festejar los cumpleaños.
-Es algo que hace mucho plantean los chicos en los Consejos. Festejar el cumpleaños es un derecho, nos dicen. Y pensado en clave de derechos fuimos imaginando modos de garantizarlo desde las comunas, los gobiernos locales. Campo Viera, en Misiones, fue la localidad pionera de nuestra red en ofrecer espacios públicos para festejar cumpleaños. Es la misma intendencia la que abre las puertas mes a mes para festejar los cumpleaños de la niñez de la localidad.
En la Comuna 7 de la Ciudad de Buenos Aires, a pedido del Consejo, también se inauguró en 2024 la primera plaza de la ciudad con prioridad cumpleaños: con un cartel en un sector para darle prioridad al festejo. Luego se extendió la iniciativa a otras comunas de la ciudad durante este año.

-Por lo que veo, en general las políticas públicas surgidas de las ideas infantiles tienen bajo costo y no son difíciles de implementar.
-Me animo a decir que sí. Después de más de 20 años de escuchar a los chicos, casi la totalidad de las propuestas que plantean la niñez son de alto impacto y bajo costo. Es el aporte de una mirada profunda, que humaniza lo que toca. Que nos hace preguntas, que nos sacude. Pero no por sus pretensiones materiales, sino por su estatura ética.

Recursos

Asociación Francesco Tonucci: https://francescotonucci.org/es/ (en Instagram es https://www.instagram.com/asociacionfrancescotonucci/)
Escuelas del mundo inspiradas en Francesco Tonucci que tienen Consejo de Niñas y Niños:
Argentina: https://www.airelibre.edu.ar/
Cataluña: https://www.escolafrancescotonucci.cat/
País Vasco: https://100lengoaia11esperientzia.eskolatxikiak.eus/eu/hasiera-berria/
Costa Rica: https://bellelli.ed.cr/inicio/

“El Proyecto La Ciudad de las Niñas y de los Niños hace frente a la situación de crisis que vive la ciudad moderna que fue creada bajo las necesidades de un sólo tipo de ciudadano; el adulto, hombre, trabajador y motorizado. Una ciudad cuyo espacio público no es el escenario de encuentro y disfrute para las personas sino el escenario de graves problemas de tráfico vehicular, congestión, inseguridad y contaminación. Propone escuchar a los niños, pedirles su perspectiva, oír sus denuncias y propuestas y permitir que la política pública se impregne de la singularidad y potencia del pensamiento de los niños, el mismo que lamentablemente los adultos ya no recordamos”.

Recuerdo personal de 2012, cuando conocí a Francesco Tonucci.

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