La mirada «alternativa» y el aporte de la niñez y la juventud a la futura Constitución de Chile (y todo lo que nuestros países pueden aprender)

Lo que está pasando en Chile es inédito. Dos años después de la revolución estudiantil, y tras pandemia, la ciudadanía quebró la lógica de la política partidaria clásica y eligió a sus convencionales para modificar la Constitución Nacional entre personas independientes, líderes de pueblos originarios e, incluso, docentes. En paralelo, varias organizaciones reclaman que ésta sea una carta magna donde niños, niñas y adolescentes puedan tomar decisiones hoy. No como ciudadanos del futuro, al decir de Francesco Tonucci, impulsor desde hace 30 años de los «Consejos de los Niños y de las Niñas».

Desde AlterEdu seguimos de cerca este proceso por dos motivos y en esta nota entrevistamos a algunos referentes del país vecino. Primero, porque se necesitan ejemplos de participación real de los N,N y A más allá de la mera enunciación de sus derechos en tratados y leyes. Segundo, porque cerca de treinta proyectos y escuelas «alternativas» están listos para hacer su aporte y alentar la diversidad educativa en el nuevo texto constitucional. Porque, aunque la carta magna actual consagra la libertad de enseñanza que les permite funcionar, subsisten trabas reales para el acceso provocadas por los costos de mantenerse al margen, como la falta de subsidios, de reconocimiento oficial y la imposición de evaluar los aprendizajes de acuerdo a un curriculum único.

Recomendaciones y testimonios de organismos y referentes en derechos de N,NyA y educación

Defensoría de la Niñez de Chile: hizo sus primeras recomendaciones a los y las constituyentes para que niños, niñas y adolescentes sean escuchados y participen. Entre otras cosas, sugieren «rebajar la edad de votación a 16 años en toda elección o plebiscitos futuros» e «incorporar las opiniones de niños, niñas y adolescentes cuando se discutan proyectos de ley en los que se debatan materias que les afecten«. También recomendó generar ámbitos específicos dentro del Reglamento de la Convención, como por ejemplo, «una comisión especializada en niñez y adolescencia, contemplando, además la asistencia y participación de niños, niñas y adolescentes de todo el país en las sesiones de las diversas comisiones y plenarios que realice la Convención, de forma remota o activa». El documento completo puede verse en: https://www.defensorianinez.cl/mivozenlaconstitucion/

Cabildo Abierto «Reflexionando sobre la participación de N.N y A en el proceso constituyente» (enero de 2020 en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile). Ver completo en: http://programainfancias.uchile.cl/2020/01/31/sintesis-cabildo-abierto-reflexionando-sobre-la-participacion-de-ninos-ninas-y-adolescentes-en-el-proceso-constituyente/

Carlos Calvo es uno de los convencionales constituyentes independientes, electo por la región de Coquimbo por la «Lista del Apruebo» y apoyado por el Partido Socialista. Fue por 30 años profesor en la Universidad de la Serena y muchos de nosotros lo conocimos luego de su participación en el documental «La educación prohibida».

«Me parece muy bien estimular la participación de niños/as y jóvenes en la creación de la nueva Constitución, que deberá germinar en una nueva sociedad acogedora de la vida, sus diversas expresiones y el rico entrelazamiento entre todas ellas. La creación es mucho más que su redacción, pues debemos sentipensarnos desde una paradigma diferente al dominante. Este, tal vez, sea el mayor desafío que debemos resolver dialógicamente los/as 155 Constituyentes», me dijo.

¿Qué conceptos referidos a niños, niñas y adolescentes te gustaría que estuvieran plasmados o garantizados en la nueva Constitución de Chile? «Concibo que lo básico es destacar que el ser humano está dotado para aprender, pues propende a hacerlo, y solo hay que permitirle vivir en un ambiente que lo acoja amorosamente para que pueda relacionar todo con todo, y actuar de manera solidaria y colaborativa con el resto. Se le debe permitir desplegar sus talentos», respondió.

Como otros convencionales, Calvo firmó compromisos de respaldo a los derechos de los/as niños/as y a promover su desarrollo en comunidad. Su experiencia radica especialmente en la formación continua del profesorado que trabaja con ellos/as. Le pregunté si, en relación a la libertad de enseñanza contemplada hasta hora en la letra de la Constitución, sugiere algún cambio o mejora. Y aclaro que, cuando menciono la libertad de enseñanza, pienso esencialmente en la posibilidad actual de existir de diversidad de espacios y escuelas permitidos por la ley en su país, con variedad de pedagogías y propuestas. «En la creación de la nueva Constitución sustentaremos un Estado Solidario, protector y estimulador de las libertades que nos permitan desplegarnos como seres gozosos, lúdicos en libertad con los/as otros/as. Promoveré des-escolarizar la concepción predominante casi en todo el mundo de la enseñanza y del aprendizaje, repetidora de contenidos y organizada asumiendo una causalidad inexistente en el “proceso” – no sucesión- de enseñar y aprender», sostiene.

«Quien educa asombra al que aprende, convirtiendo en misterioso el tema de su enseñanza. El rol de quien aprende es intentar develarlo creando relaciones inéditas, sin importar si son verdaderas o erróneas, sino argumentando por qué considera que es así. A medida que va convirtiendo más datos en información significativa, reparará si es correcta o no, pero siempre atento a las dinámicas que impone el fluir de cualquier proceso. Para conseguirlo, los procesos educativos deben sustentarse en y propender a la libertad y no a apariencias equívocas de ella. Todo ello debe darse garantizando la libertad. La escuela pública debe garantizarlo y ser lo central. Sin embargo, en este proceso la escuela privada tendrá lugar, a condición de que no excluya a nadie por razón alguna».

Mirá también la entrevista a Carlos Calvo de los Archivos Liberados de La Educación Prohibida:

Las escuelas alternativas y el futuro de la educación en Chile

Felipe Espinoza Rojas es director de Peumayen Montessori y presidente de la Asociación Chilena de Educación Alternativa, que reúne a 28 escuelas y proyectos de todas las regiones, desde Antofagasta a Los Lagos. Con Felipe nos encontramos en una videollamada para conversar acerca de las formas en que la Asociación intentará llegar a los convencionales para poder participar de la futura carta magna, especialmente en lo que respecta al territorio educativo.

«Como asociación estamos buscando coincidir con la mirada de los constituyentes poder ir contactando a esas personas desde lo individual. Hay que tener en claro que esto que ha pasado es único y viene a desordenar el mapa político, estamos muy expectantes. Estamos acostumbrados a utilizar los partidos como el único canal de trabajo, como el canalizador de la demandas populares, y eso cambió absolutamente. Hay bastantes puntos en común pero todavía no sabemos cómo va a funcionar y convivir con la lógica tradicional, por eso vamos a necesitar ser flexibles y observar qué va pasando. Por suerte, hay miembros de la red como Carlos Calvo, y vemos con esperanza que gran parte de los constituyentes son docentes, cosa que en los cargos políticos no suele ocurrir. Y hay una diversidad importante, una semejanza con un Chile más pluralista. Hoy estamos en eso: en la lectura de encontrar puntos en común y puentes», reflexiona.

«También existe una diversidad de metodologías en la Asociación, pero nos encontramos bajo un solo principio, que la constitución nacional actual lo permite, que es la libertad de enseñanza. Podemos discutir sobre las interpretaciones desde áreas económicas y sociales, o desde dónde fue creado ese concepto y esta constitución. Hoy nuestros esfuerzos están condicionados a que desde ahí debemos partir. Reconocerla, más que un proyecto por sí mismo, sino como consecuencia de entender a todas las personas como seres únicos con intereses únicos y en la búsqueda de todas las potencialidades humanas, no sólo las que el sistema educativo tiene de potenciar».

«Por otro lado, desde Peumayen Montessori estamos haciendo un trabajo de consulta con los adolescentes. Les propusimos hablar sobre qué sociedad querrían construir. Tuvo mucho aceptación, así que pasamos de ser motivadores a ser aprendedores. Desarrollar encuentros para que desde las escuelas alternativas ellos y ellas puedan plantear sus posturas, es nuestra mejor carta de presentación. Ahora bien, la Constitución es un principio general, no el modelo educativo. Si bien está amparada la libertad de emprendimiento, estamos coartados por un curriculum obligatorio y somos evaluados en torno a ese curriculum. Por mucho que uno quiera desligarse, tienes que responder frente a eso. En ese aspecto, existen muchas dudas sobre desde dónde abordarlo. La lógica que predominaba es la de la desconfianza, y desde ahí, de un lado se decía que hay que eliminar la educación privada y desde otro lado se planteaba que el derecho a la universalidad sería la única opción, con un solo modelo educativo. Yo creo que eso es caricaturesco, y creo que los que han llegado a convencionales tienen otra lógica, la de compartir. Creo que partir de la libertad de enseñanza, pero no tan solo desde lo económico. Y el otro proceso que se viene es es bajarlo a lo concreto. En segundo lugar, reconocer a N,NyA como sujetos de derecho, algo que ya enuncian las leyes chilenas, para nosotros es poner en discusión la forma en que el modelo educativo interpreta sus necesidades. Y eso va muy asociado a la libertad de aprendizaje: no hay una sola forma».

¿Deberían existir leyes especiales para la educación «alternativa»? Es una pregunta que trato de hacer siempre a mis entrevistados, especialmente relevante para un país que decidió entregarse a una especie de nuevo comienzo. «Como Asociación no hay postura oficial, pero sí tenemos el principio de que el sistema debe acoger toda la diversidad. Personalmente creo que menos es más, con menos regulación en cuanto a lo «académico». Pero hay procesos distintos, y sería injusto hablar como Asociación de forma unívoca. Hay proyectos que están comenzando, otros recién saliendo del sistema escolar y muy pendientes de lo ministerial, respondiendo a esas lógicas, y hay otros que llevan más tiempo y ya se han alejado de eso. No los categorizo en buenos o malos: hay una cuestión de tiempo. El sistema debe ser diverso y, en el futuro, basado en la libertad de aprendizaje».

Hace unos días, la Asociación organizó unos «Diálogos para constituir. Miradas desde la Educación Alternativa para una nueva Constitución» que son una perla valiosa porque lo que se dijo ahí representa a muchos espacios, familias y maestros que desean una educación transformadora y genuina en todos nuestros países. Protagonizado por Gastón Aranda, profesor Waldorf del Colegio Rudolf Steiner; Alfredo Gaete S., filósofo y psicólogo, docente e investigador en el Campus Villarrica de la Pontificia Universidad Católica de Chile; y Felipe Espinoza, director de Peumayen Montessori. Pueden ver un resumen acá (la versión completa puede verse en el Facebook de la Asociación: https://www.facebook.com/Educacion.Alternativa.Chile):

Alvaro Pallamares es un psicólogo chileno especialista en apego y miembro de la Fundación América por la Infancia. «Nuestro sueño tiene que ver con una concepción de la infancia basada en la evidencia científica y más benévola, integral: un cambio de paradigma. Hay una visión muy inferior a lo que realmente es, un legado de los N,NyA como ciudadanos de segunda y tercera que se trasunta en distintos pedacitos de la leyes y en la Constitución Nacional. Queremos una visión integral de la salud mental de los niños y las niñas como eje central del desarrollo de una nación y su organización política. Dejar de invertir en reparación, siendo que debería ser al revés, hacerlo en prevención. Y la prevención tiene que ver con el cuidado de las relaciones en las cuales se insertan los niños, en su origen. Dónde haya un bebé tiene que haber un estado vigilante que promueva relaciones amorosas. Y esas relaciones amorosas requieren un sistema político, económico, que tiene que permitirle a los papás una parentalidad posible. Eso requiere un equilibrio delicado de cuidar al trabajador para que logre brindar seguridad en su vínculo de parentalidad, y eso no está. John Bowlby decía que los países que valoren a los niños van a cuidar a sus padres como tesoros. Chile tiene un postnatal más amplio que el promedio del continente, pero aún es poco comparado con los 12 o 18 meses de otros países. Un postnatal prolongado tiene beneficios a 30 años: la inversión en primera infancia cataliza el desarrollo, y no necesariamente en el sentido neolibreal de progreso, sino más bien en el de la salud mental. Acceso a la salud, educación, a la justicia para que los papás y mamás puedan ser buenos papás y mamás. Lo que la sociedad tanto teme, que es psicopatología, la criminalidad, los outsiders, suelen provenir de espacios no cuidados, de maltrato y abandono; aunque por supuesto siempre hay casos de resiliencia».

«Como Fundación tenemos en agenda un mensaje hacia los constituyentes que se traduce en cosas concretas, como talleres para padres y madres, tamizaje, evaluación. El programa «Chile crece contigo» es un gigante positivo contra la desigualdad. Ese modelo creo que podría ajustarse a la nueva Constitución, porque si bien ya es ley, debería haber una mirada más transversal de la cuna a la tumba; sería maravilloso. Hay ocurriendo una transformación en Chile con respecto a ciertas libertades, pero que viene de un sistema muy conservador. Ha estado rezagado en términos internacionales con respecto a ley de divorcio, matrimonio igualitario, inclusión, o libertad de enseñanza, porque la currícula tiene que ser decidida por expertos en currícula, no por operadores políticos», termina.

Peumayen Montessori

También me sumé a un dialogo semanal propuesto por dos estudiantes de educación parvularia (Educación Inicial en Argentina) de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado. A continuación, extractos de esa conversación:

Fernando Atria: Hoy se reconoce el derecho a la educación y la libertad de enseñanza, pero de una manera liberal de entender estas dos garantías. Hoy se entiende la libertad de enseñanza como libertad de mercado, y así se organiza. El derecho a la educación aparece como una especie de garantía mínima para enfrentar el problema de todo mercado: el que no tiene con qué comprar se queda sin. Solo la ley de Inclusión significó un cambio de rumbo, aunque no se aplique tan perfectamente. Contiene la misma idea que yo espero que sea desarrollada en la nueva Constitución. Con el financiamiento compartido, autorizaba a las subvencionadas a cobrar en sobre a las familias, y el resultado es la segregación del sistema en función de la capacidad de pago. La lógica original de los derechos sociales no es el mercado, debe ser alternativa. Cada uno recibe por su condición de ciudadano, es un principio de igualdad, eso exige una lógica distinta al mercado. El 70% en Chile son privadas, entre pagadas y subvencionadas. Hacer solo públicas creo que no es plausible en Chile en este contexto. Lo importante no es que sea provista por unidades estatales, sino que se organice bajo el principio de ciudadanía. Recuperaría el sentido de libertad de enseñanza de antes de estos 40 años de liberalismo. De hecho, la que luchó por la libertad de enseñanza era la Iglesia Católica, que no le interesaba crear empresas sino proyectos sin lucro, religiosos. Hay una manera de entender la libertad de enseñanza que no es la libertad de mercado, sino que existan proyectos educativos que no sean estatales pero que no traten a la educación como mercancía sino como derecho social. Por eso mencioné el giro que fue la ley de Inclusión, que no impide ni erradica la educación particular. La provisión de derechos sociales por entidades públicas o privadas, lo que importa es que lo que determina la provisión y las características estén dadas por los intereses de los ciudadanos. Los intereses del que provee deben ser secundarios. Los derechos sociales aseguran que no habrá desigualdad. Ahora son medidas asistenciales, por eso espero que la nueva Constitución consagre de manera más sustantiva los derechos sociales. Como no soy especialista en educación parvularia, creo que allí las cosas se presentan distinto que en el resto de los niveles.

Alejandra Falabella: La parvularia no era la prioridad, estaba a cargo de un servicio nacional de salud y varias beneficencias, no había política de Estado. En 1927 la ley de sala cuna la empujaron las mujeres, pero finalmente las empresas con más de 50 mujeres no lo hicieron realidad. Por lo tanto, tenemos un abandono del Estado con respecto a este nivel educativo. Era la clase alta la que podía pagar los jardines infantiles. Se crea la JUNGE por ley en 1970, pero en dictadura ya no se realizó la idea de un órgano que dirigiera y expanda la política nacional. Hoy está la Fundación INTEGRA. Al menos un 50% de los niños y niñas ya está dentro de las escuelas, pero ahí hay un gran tema, que es la escolarización. La educación prescolar lamentablemente está colonizada por la lógica escolar y tenemos que pensar cómo instalamos la lógica de la infancia y la primacía del principio del juego como aprendizaje, para que la preocupación en esa etapa no sea cómo preparamos a los niños y niñas para leer y escribir.

Fernando Atria: ¿Cómo se garantiza un derecho constitucional para una franja etaria que no tiene voz? El neoliberalismo de primera generación privatizó. Y el de segunda aprendió que no necesitaba privatizar, bastaba que la lógica del mundo privado entrara a lo público. Incluso cuando hoy tenemos instrucción pública, funciona con la lógica de la privada. El voucher es una promesa de disciplinamiento del mercado. ¿Financiar la demanda? ¿Cuánto se paga por día y por niño, o cuánto se requiere para estar a la altura? ¿Y cómo van a participar niños y niñas en esta conversación? ¿De quiénes son los niños, del Estado, de los padres, o de ellos mismos? ¿Cómo ustedes, constituyentes, piensan al sujeto niño/niña?

Alejandra Falabella: El 97 por ciento de los niños van al jardín, nuestra prioridad hoy en día es desescolarizar al sistema, no nos preocupa la obligatoriedad. Hoy día los subsidios estatales en nivel de párvulos depende de la asistencia, pero al menos no tiene ese nivel de brutalidad del sistema educativo escolar. Nuestro principio debe ser la pedagogía del juego y la desescolarización de nivel parvulario. La preocupación es que esto se quede solo en el papel, como ha pasado en otros países. ¿El cambio va a implicar que se revisen luego las leyes? La gratuidad se ha discutido en la educación escolar y superior, pero debiese ser un derecho universal.

Almendra: Podríamos generar cabildos para invitar a niños y niñas a decir cómo sueñan el nuevo Chile.

Fernando Atria: Buena parte de la discusión en educación asume que los niños son de sus padres, una oportunidad de autorealización de los padres. Los niños son de sí mismos. Por cierto que tienen un rol especial en su educación y desarrollo, es de sentido común. Hay un espacio para una discusión pública respecto de cuál es el contenido de la educación a la cual los niños tienen derecho. Van camino a ser ciudadanos, y ese es uno de los roles de la educación. Sobre el aseguramiento de la calidad: el mercado necesita comparar, pero no tiene sentido recurrir a la calidad del producto estandarizadamente medido, en vez del proceso. El Estado no es lo mismo que lo público. El canal estatal vende publicidad, la Universidad de Chile cobra colegiatura, el banco nacional que funciona como cualquier banco comercial…

Fotos de portada: Archivo de Peumayen Montessori.

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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