Un nuevo colectivo de familias, denominado «Familias por la Salud Colectiva», presentó la semana pasada un recurso de amparo en el sistema judicial de la ciudad de Buenos Aires exigiendo que la presencialidad escolar sea declarada como no obligatoria en el ámbito de la mayor ciudad argentina. Gisela Baum, una de las madres del grupo, explicó a El Destape Radio los motivos: «Hablan de burbujas que son inexistentes: cada hermano tiene una burbuja, los docentes tienen varias, las familias tenemos otras«. Escuchar la entrevista completa.
Según lo veo yo, que defiendo la no obligatoriedad escolar desde antes de la pandemia (ver nota), la presencialidad optativa sería un avance evidente y hasta una cuestión de derechos humanos. Además, permitiría una zona gris entre las clases obligatorias y el cierre de las escuelas, algo que otros sectores están exigiendo en estos días de aumentos de casos. Los edificios y su personal deberían estar abiertos para el que los necesite, descomprimiendo espacios y transportes por igual. Esta puja demuestra una vez más que la escuela es una institución tan inflexible que, aún en emergencia sanitaria, es incapaz de pensarse sino en términos de blanco o negro.
El grupo «Familias por la salud colectiva» tiene una cuenta en la red social Twitter para seguir sus noticias:
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