En estos días el algoritmo me mostró un podcast: “Sounds like a cult” («Esto se parece a un culto») se graba en Estados Unidos y examina grupos y tendencias de todo tipo que tienen algunos rasgos compartidos con las sectas. Desde Harry Potter a grupos de dieta o fitness, el último capítulo está dedicado a las escuelas Waldorf. Incluye una entrevista con una exmaestra, que da detalles acerca de lo que aprendió de esta mirada pedagógica que se aplica en miles de escuelas del mundo. Además, el podcast tiene episodios sobre las Montessori y el homeschool (educación en casa). Y también dedican uno a la docencia como profesión sectaria (pueden escuchar el podcast acá).
Las productoras describen algunas cosas que les encienden las alarmas. Por ejemplo, cuando las familias no son informadas abierta y claramente acerca del curriculum y la filosofía que hay detrás de sus prácticas. En este punto, personalmente, creo que la mayoría de las veces la información se ofrece pero padres y madres no se ocupan de entenderla en profundidad.
Esto puede pasar en cualquier escuela que se presente como alternativa. Sé de escuelas experimentales donde la información se mantiene encriptada entre “los que saben”. Y eso nos lleva a otro punto: el de las jerarquías. Si bien todo el sistema educativo es jerárquico, lo preocupante es cuando se asume que las teorías y prácticas no pueden ser comprendidas por los que están fuera de ese supuesto círculo de iniciados. En los últimos años, estas escuelas se han abierto un poco, y no todas funcionan de la misma manera.
El dogma incuestionable de una teoría educativa debería encender las alarmas. Es que algunas escuelas alternativas parecen repetir el molde del que escapan: sólo se enseña esto y solamente de esta manera.
Las locutoras explican que comprenden la preocupación de muchos padres y su huida hacia escuelas donde se vuelva a dar centralidad al juego y la educación sin pantallas. Sin embargo, recuerdan que, como en muchas organizaciones coercitivas, son campo fértil para personas vulnerables o con miedo ante un mundo que puede resultar abrumador. El fuerte sentido de comunidad y cohesión que se genera en algunas puede ser peligroso si está basado en la obediencia o la falta de opciones en lugar de un proyecto transformador genuino.
Las escuelas convencionales que suelen alojar las élites del poder económico y político de un país también pueden considerarse sectarias, matizan en el podcast. Condiciones exclusivas para la pertenencia, rituales de fidelidad, presión para pertenecer, etc. pueden estar presentes también en esos ámbitos.
Cuidados
Cuenta la historia que empezaron a decirles sectarios a los que huían de la ortodoxia religiosa, así que conviene poner en duda una definición que a veces se usa de forma peyorativa para todo aquello que no sea corriente o masivo. Sin embargo, la palabra sigue siendo útil para describir la dependencia psicológica causada por un líder. Muchos maestros formados en pedagogías consideradas disruptivas pueden caer en la tentación de seguir a un gurú pedagógico único, vivo o muerto, sin cuestionarlo o ponerlo en contexto.
Mi propuesta no es asustarse ni demonizar las alternativas educativas, sino ser observador y poner en duda cualquier cosa que se presente como verdad revelada, por más bonita que sea. Es más probable que una escuela pueda tener rasgos sectarios que ser en sí misma una secta. De todas formas, les dejo algunas banderas rojas para prestar atención:
. Imposición de ideas, creencias o métodos
. Estructura piramidal, en general devota de un líder
. Endogamia y alejamiento de otros grupos sociales
. La salida está, de alguna forma, penalizada
Este es un tema controversial que afecta, y mucho, la imagen de la educación alternativa en la sociedad. Pero no podemos escaparnos, sino hacerle frente. ¿Tuviste una experiencia sectaria dentro de alguna escuela?

Imagen generada por IA
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