Aprendizaje-servicio solidario: “Se trata de reescribir este concepto que culturalmente está asociado al altruismo y la caridad”

La argentina Gabriela Hillar llevará su experiencia en el aprendizaje-servicio a la Cumbre de Educación Alternativa en Colombia, organizada por el Colegio Alborada. Es profesora de Nivel Inicial, licenciada en psicopedagogía y tiene una formación en música. Se especializó en aprendizaje-servicio solidario a través del Programa Nacional de Educación Solidaria, así como en planificación y formulación de políticas educativas (IIPE/UNESCO). También se formó en enfoques como la educación constructivista y la educación a través del arte, lo que le ha permitido desarrollar una mirada integral sobre la enseñanza y el aprendizaje.

Programa Nacional de Educación Solidaria

Existe desde hace más de dos décadas dentro del Ministerio de Educación argentino. “A través de mi trabajo allí he tenido la oportunidad de acompañar a docentes e instituciones en la implementación de esta metodología, promoviendo proyectos que integran el conocimiento académico con el compromiso social. Esta experiencia me ha permitido ver de primera mano cómo los niños y jóvenes pueden convertirse en agentes de cambio desde sus propias realidades, modelando una nueva forma de ser solidarios. Se trata de reescribir este concepto que culturalmente está asociado al altruismo y caridad, para sentirlo, pensarlo y vivirlo como una actitud de acercamiento, reciprocidad que pone en marcha acciones de verdadera transformación junto al otro”, le contó a AlterEdu.

-¿Qué vas a llevar a la Cumbre de Educación Alternativa que el Colegio Alborada organiza en Colombia del 4 al 8 de marzo?
-Voy a compartir experiencias y propuestas concretas de nuestro país que muestran cómo esta metodología puede aplicarse en distintos contextos, logrando un impacto real tanto en los estudiantes como en la sociedad. Y especialmente porque creo que la educación solidaria desde esta perspectiva aporta a la educación alternativa al ofrecerle experiencias vivenciales que fortalecen el sentido de aprender y renuevan el modo de enseñar.
Trabajé tanto en el ámbito educativo formal como en proyectos comunitarios, siempre con el propósito de vincular el aprendizaje con la construcción de una sociedad más justa y solidaria. En mi trayectoria profesional, he trabajado en la formación de docentes, la gestión de proyectos educativos y la promoción del aprendizaje-servicio tanto a nivel nacional como internacional. Además, a través de iniciativas como Proyecto UPA, he explorado el cruce entre la educación y el arte en la primera infancia, promoviendo experiencias educativas innovadoras que combinan juego, creatividad y compromiso social.

-Con tu experiencia docente y dentro del Ministerio, ¿qué diagnóstico hacés del sistema educativo actual?
-Desde hace mucho tiempo el sistema educativo enfrenta desafíos globales que requieren una transformación profunda. Si bien existen avances, aún prevalece un modelo tradicional que muchas veces desconecta a los estudiantes de su entorno y de las problemáticas reales. Creo firmemente en una educación que fomente la participación activa de los estudiantes, que los invite a ser protagonistas de su aprendizaje y que los vincule con la comunidad a través de proyectos solidarios. La implementación del aprendizaje-servicio en las políticas educativas no solo fortalece el desarrollo de competencias clave, sino que también construye ciudadanía desde edades tempranas.

Estudiantes de una escuela patagónica reforestan después de los incendios, un ejemplo de aprendizaje-servicio.

La educación que viene de la familia

“Soy la mayor de una familia muy numerosa, creo que allí empezó mi vocación como educadora”, asegura. “A los 12 años mi madre me ofreció ir a cuidar a los hijos de una amiga que eran mellizos, apenas tenían 3 años. Yo jugaba con ellos a la “maestra”, les llevaba en cada encuentro una propuesta de juego, literatura, plástica, teatro de títeres y música. Las dos horas se pasaban volando y yo amaba saber que la próxima vez debía armar otra propuesta distinta”, recuerda. “Luego comencé a trabajar en escuelas como ayudante de grado o de sala sin estar recibida de maestra formal. Pero las docentes me querían por allí porque les gustaba mi creatividad para coordinar a los grupos y crear actividades novedosas”.

“Luego trabajé siempre en instituciones progresistas, que tenían espacios de ocio, ajedrez y natación dentro de la currícula, donde una vez al mes nos daban la oportunidad de entrevistar y tener un encuentro con alguna personalidad del mundo de las artes, del deporte o de la vida misma. El paso por estas instituciones, por estas familias, por cada uno de los niños, niñas o docentes, fueron mi verdadera formación. Con ellos aprendí el valor del respeto, los límites y el amor. A confiar y a leer lo que cada uno trae como único y maravilloso y aprendí a conjugarlos para hacer comunidad y juntos mirar a otros diferentes y poder acercarnos. El arte, la inclusión y la educación como camino ha sido y sigue siendo mi proyecto de vida”, finaliza.

Sobre el Programa Nacional de Educación Solidaria: https://www.argentina.gob.ar/capital-humano/educacion/programas-educativos/programa-nacional-educacion-solidaria

Sobre el Proyecto Upa (teatro para bebés): https://www.instagram.com/proyectoupa/

Fotos: Gabriela Hillar y Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAYSS)

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

Tambien puede interesarte...