Una argentina impulsa la Organización de Escuelas Bosque de Sudamérica

Guadalupe Antao Cortez fundó la Organización de Escuelas Bosque de Sudamérica tras una línea de vida que une a Buenos Aires, su lugar de nacimiento en Argentina, con la isla de Dominica y Tenessee, en Estados Unidos.

En 2015 se fue con su marido a encargarse de un refugio de montaña en la ex colonia británica del Caribe. Son los únicos habitantes de un valle donde mantienen una casa sustentable que produce su energía a partir del río y sus alimentos en una huerta orgánica. Tanto para ellos como para las cuatro cabañas donde alojan viajeros de todo el mundo.

El trabajo era por seis meses, pero se enamoraron de esa vida y decidieron quedarse. El es licenciado en Ciencias Ambientales y ella licenciada en Relaciones del Trabajo. El nacimiento de su primera hija en 2017 le hizo profundizar las preguntas acerca del sistema educativo. Intuitivamente, la educaba en la naturaleza que los rodeaba porque era parte de su cotidiano. Luego vino su segundo hijo, y decidió que seguirán ese ritmo de educación en casa con la naturaleza como herramienta pedagógica.

En ese momento creó un grupo de soporte para familias que hacen homeschooling en Dominica, que se encuentra todas las semanas para aprender en un lugar diferente. “Hasta ese momento no supe del movimiento de escuelas bosque. Me puse a investigar y me capacité en el Forest School Teacher Institute, creado por Jean Lomino, antigua maestra de escuela convencional y directora de la primera escuela bosque de Tenessee”, le contó Guadalupe a AlterEdu.

En 2024, después de 9 años, decidieron volver a Buenos Aires para que sus hijos tengan la oportunidad de educarse en su idioma y su cultura, además de estar cerca de las familias de origen. El resto del año, vuelven a la isla.

“En Buenos Aires descubrimos niños privados de esa naturaleza que a nosotros se nos daba sin esfuerzo. Empecé a trabajar ofreciendo encuentros para niños, educadores, madres y padres. Funcionaron muy bien y muchos padres se acercaban a preguntarme si yo tenía un jardín o una escuela así. Me di cuenta que en el país la pedagogía de las escuelas bosque no está muy desarrollada, pero que hay un interés muy fuerte”.

-¿Cuáles son los objetivos de la Organización? ¿Quiénes pueden sumarse?
-Principalmente, difundir los beneficios y capacitar a familias y educadores que quieran incorporar herramientas de las escuelas bosque en escuelas, en espacios extraescolares y recreativos. Es tan amplia su mirada que hay tantas aplicaciones como quienes quieran aprovecharla.
Mi intención es armar una gran comunidad en el continente, así que espero que se vayan sumando quienes estén en sintonía con esta propuesta.

-¿En qué países hay más escuelas bosque?
-De los hispanohablantes, en Panamá el movimiento está avanzado y en Brasil creció con el impulso de Ana Thome. En España también, y en Chile. Pero lo que no hay, como en Inglaterra o Estados Unidos, son certificaciones. Por eso la importancia del aval de la Forest School Teacher Institute. Soy Directora del Capítulo Sudamericano de esa organización. 

-¿Hay también un objetivo de lograr normativa afín a estas escuelas, que en general se encuentran con trabas para funcionar como tales?
-A largo plazo el faro es ese, sí. Hoy el sistema educativo es todavía cerrado, así que es importante que al conocer esta forma de aprender las personas la entiendan como una herramienta complementaria al trabajo del aula. Me interesa mucho más hoy la articulación con escuelas establecidas, porque se puede hacer un trabajo muy enriquecedor.
En el futuro, por supuesto, me encantaría fundar una escuela bosque en Argentina, pero el camino a trabajar es largo. Hoy creo que el cambio va a empezar desde los niños que asistan a estos espacios, aunque sea una vez a la semana.

Organización de Escuelas Bosque de Sudamérica
www.escuelabosque.org
Info@escuelabosque.org
IG: maestrabosque.arg

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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