Uruguay: «Imagine» revoluciona la arquitectura escolar y propone el bienestar como faro pedagógico

En pocos meses, unos domos preciosos crecieron sobre la arena clara de El Pinar, Canelones, un departamento al este de Montevideo que viene creciendo como «dormitorio» de quienes tienen actividades en la capital uruguaya. Resultó ser un «Centro Co-Educativo», una escuela muy poco convencional que abrió sus puertas en marzo pasado.

Los cinco fundadores se criaron entre los pinos y arroyos de la zona, y tres de ellos tienen hijos e hijas en el flamante proyecto. Querían, de alguna forma, regalarles ese contacto diario con la naturaleza que tuvieron de chicos, cuando sus padres tenían que insistir para que entraran a casa al atardecer.

El nombre, «Imagine«, surgió de una lluvia de ideas de esas primeras familias que, aún sin edificio, se reunían alrededor de un fogón para soñar el proyecto y contarlo a posibles interesados. No le dicen escuela sino centro «co-educativo»: porque la naturaleza educa y porque nos educamos entre todos.

Nos recibió y dedicó un tiempo generoso Gonzalo Hirigoyen, uno de los fundadores y coordinador general. Maestro de Kung-fu y especialista en medicina china, fue también parte del equipo convocado por la empresa Sinergia para mejorar la salud organizacional y revalorizar el bienestar de cada miembro. Llegué a la entrevista junto a mis anfitriones en Montevideo, Alicia Montes de Oca y Miguel Angel Domínguez, también ellos fundadores de un colegio «raro» allá por los ´90, el INCRE.

Nada en este lugar hace pensar en una escuela tradicional. Lo recorrí vacío, porque mi estadía coincidió con los asuetos que suele tomarse la docencia uruguaya en Septiembre, así que me faltaron las voces y los movimientos que produce la convivencia. Fuimos de domo en domo recorriendo todos los niveles y las salas especiales que albergan hoy a casi 80 niños y niñas, desde el nivel Inicial hasta cuarto de Primaria.

Co-educación

Nuestra conversación inició en el primer domo de la entrada, para usos múltiples. De vez en cuando, un silbido del viento que se topa con el perfil geodésico nos recuerda que el espacio donde vivimos, y aprendemos, juega un rol fundamental. La más de las veces, minimizado. Acá, en cambio, eso fue parte del proyecto: estructuras muy flexibles que reflejan la filosofía adaptativa del proyecto, recubiertas con material aislante y reciclado que se levantaron en solo seis meses.

«Tenemos flexibilidad de media hora al ingreso (8.30 a 9hs) y a la salida 15 o 15.30hs). El horario curricular es de 9 a 15hs. A partir de 4 y 5 años tienen la opción de quedarse en extensión, siempre que el equipo lo considere adecuado para el niño/a. Para el caso de los menores de 4 años, decidimos que no es una opción pasar tanto tiempo en la escuela, aún a contramano de la necesidad laboral de algunas familias», contó Gonzalo, que lleva boina y ceba el mate de rigor.

«Pensamos estos espacios para aprovechar la energía, por ejemplo, con circulación de aire cruzada. Pero también tiene que ver con otras dinámicas que queremos generar: el multigrado, el desarrollo de la autonomía, la integración con la geometría sagrada de la naturaleza», continúa. La particular configuración espacial de Imagine, sin lugar a dudas, dará paso a una revolución en la normativa arquitectónica escolar del país. Y abrirá caminos a proyectos educativos que defienden, desde hace tiempo, que el espacio educa.

Pilares: alimentación, naturaleza y comunidad

Aunque vienen de diferentes lugares, si hay algo en común entre las familias fundadoras, es su conexión con las necesidades de la infancia, asegura Gonzalo. Además del contacto permanente con el entorno natural, la alimentación y el bienestar general, tanto de niños como adultos, son pilares del proyecto.

Gonzalo tiene experiencia previa en la educación Waldorf, aunque el equipo docente -que vive también en la zona- es partidario de «no quedarse atrapado en las formas». Por eso, toman diversas miradas pedagógicas para formarse y hacer un camino integrador: Aprendizaje Basado en Proyectos con Rebeca Anijovich, Pedagogía Montessori, Enfoque Reggio Emilia, Waldorf y también de la pedagogía tradicional.

EL 19 de Junio, recordatorio del natalicio de Artigas, lo celebran en torno a un fogón realizado por los niños más grandes. «Allí nos reunimos con las familias, tomando del ideario artiguista la filosofía integradora, que reunió a negros, mestizos, indígenas y blancos, pobladores del campo y la ciudad».

Al igual que la Red de Educación Transformadora de Uruguay, esta escuela practica la sociocracia. «No podemos decir que lo somos porque, con humildad, nos formamos y recién estamos aprendiendo a aplicarla», aclaró. Esta forma de gobernanza que intenta profundizar más allá de la democracia, funciona más o menos así: la gestión de las necesidades del Centro se abordan en los distintos Círculos, donde un integrante se conecta a su vez con los restantes. Y todos, cuando lo estipulan, en un plenario. Las decisiones se toman por el tiempo que resulten «suficientemente buenas» para las necesidades colectivas.

Cocina con sentido

Como sucede en la mayoría de las casas, la cocina es el alma del lugar. Está diseñada desde el vamos para ser usada por los niños. Sembrar, cosechar y cocinar es parte fundamental del curriculum de Imagine. Si hay algo que llama la atención al recorrer es que, en lo que a simple vista parecen canteros, hay coloridas verduras mezcladas con flores y arbustos nativos. «Esto de vivir todo el proceso los transforma, e invita a las familias a acompañar este proceso».

Con ellas acordaron no enviar viandas desde casa. La alimentación se organiza en la escuela y es omnívora, directa de productores locales orgánicos o agroecológicos. La pesca del día llega fresca y la carne es de productores pastoriles. El Círculo de Alimentación lo coordina Laura Rosano, reconocida productora, cocinera y educadora https://www.instagram.com/laurarosano72/?hl=en

Es interesante saber cómo se festejan los cumpleaños. En vez de traer la torta de casa, los educadores conversan con el homenajeado cómo quisiera celebrar su día, a través de una experiencia. «A veces ni siquiera les interesa la torta, prefieren cocinar, cantar o bailar. Y lo que hayan elegido, lo preparamos acá juntos», cuenta Gonzalo entusiasmado.

La cocina y el comedor ocupan el domo mayor. Y le siguen en tamaño uno dedicado a la psicomotricidad, la música y el arte. La huerta educativa es circular, y en el futuro habrá una huerta productiva a mayor escala. El «patio» es privilegiado: el bosque, que se cuela también entre los domos.

Ecobarrio y banco de tierras

«Soñando a lo grande, queremos continuar con el Liceo y una Universidad», sonríe Gonzalo. Pero, en realidad, la escuela es sólo una parte de un plan mayor. En cerca de 100 hectáreas ya adquiridas, se proyecta un barrio sustentable, con aprovechamiento del agua y la energía, reciclaje y compostaje, además de espacios comunes como huertas comunitarias y un mercado de productos naturales y locales, sin envases.

«Los inversores saben que esto es a mediano o largo plazo, porque buscaban proyectos con propósito, más allá de sus expectativas de retorno económico», explica. También se contemplan las etapas de la vida por las que atraviesan quienes vivan ahí: habrá Tiny Houses para jóvenes, que valoran una vida más natural, o viviendas de Co-Housing para personas mayores, por ejemplo.

Asociado al espíritu del proyecto está el concepto de «banco de tierras», con el objeto de proteger espacios naturales de todo el país, conectándolos con inversores que valoran el cuidado de los ecosistemas.

Contacto con Imagine: https://www.instagram.com/imagine.centrocoeducativo/?hl=en

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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1 Respuesta

  1. Lilian Villalba dice:

    Muy interesante, es ideal …soy peruana y quiero conectarme con uds.