Una defensa de las escuelas libres autogestionadas

Por Paco Herrero Azorín para El Salto

[Paco se dedica a la educación social en proyectos de pedagogía del cuidado en el ámbito de trabajo social en Valencia, España. Coordina La Dínamo, un grupo de acción social comunitaria «por una práctica transformadora en el trabajo socioeducativo, que hace pedagogía del cuidado y formación política». Como ramas de esa organización, AgroDínamo es un centro de día para acompañar procesos educativos de jóvenes, a través de la agricultura ecológica en el contexto social de la huerta de Godella. Y FemDínamo es un espacio para chicas menores y de hasta 25 años, algunas embarazadas o con hijxs. Además, escribe regularmente sobre crianza y educación en su blog personal https://blog.pacoherreroazorin.com/.]

«Me da la sensación que, en demasiadas ocasiones, cuando se abre el debate de las pedagogías alternativas y su difícil encaje en una educación pública oxidada, o su elitista uso en la concertada o en la privada, se cierra dando cera a las escuelas libres autogestionadas.

No es el objetivo de este artículo defenderlas, entre otras cosas porque es imposible hablar de un conglomerado como un todo definido y unívoco. Escuelas democráticas, escuelas activas, espacios de aprendizaje, alternativas a la escuela, bosque escuela, escuela rural, escuela libre, etc. Una multiplicidad de experiencias que solo tienen en común que no son ni escuela pública, ni escuela concertada, ni escuela privada.

Ninguna de ellas entra en los tres tipos oficialistas recogidos en las normativas, pero parece que hay un interés claro en asemejarlas a la educación privada. Se puede hacer desde el desconocimiento pero también con el objetivo de desacreditar las experiencias educativas que están aconteciendo en los márgenes y que pueden significar realidades de cuestionamiento al marco institucional y también de impugnación del malestar que éste supone para la comunidad educativa.

Una escuela alternativa, en cualquiera de sus formas, puede parecer privada porque, efectivamente, no hay ni un solo euro público que la sostenga. No deja de ser una consecuencia nefasta de la mercantilización de la vida que asemejemos lo público a lo gratuito y lo privado a aquello que su consumo da un estatus».

Seguir leyendo el artículo de opinión completo en El Salto: https://www.elsaltodiario.com/opinion/mas-alla-educacion-alternativa-experiencia-autogestion-escuelas-libres

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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