«La transformación de la educación no será un evento súbito, sino el resultado de pequeñas acciones: no hay que esperar a que el cambio llegue de afuera»

En el siglo pasado, el movimiento de la Escuela Nueva cuestionó las prácticas de enseñanza que los sistemas educativos que estaban afianzándose en el mundo daban como únicas posibles. Aunque ese enfoque centrado en desescolarizar las formas no prosperó, décadas después nos encontramos con un interés renovado en las pedagogías activas, donde los estudiantes no necesariamente están sentados, utilizan materiales concretos para apoyar el aprendizaje y donde el maestro no es la única fuente de información.

Para conversar sobre eso entrevisté a Karen Barilas, directora del Instituto de Educación y Crianza de Uruguay (IDEC). La organización ofrece una de las pocas formaciones para educadores y profesionales de la niñez que no se centra en un único enfoque pedagógico sino que capacita en las distintas corrientes. El objetivo es que cada uno pueda revisar sus prácticas, conocer el sustento detrás de estas ideas y adoptar las estrategias más adecuadas a su contexto.

-¿Qué alternativas educativas activas se abordan en la formación de IDEC sobre pedagogías activas?
-Exploramos ocho enfoques pedagógicos: Reggio Emilia, Waldorf, Montessori, Educación en la naturaleza, Educación viva, Aprendizaje Basado en Proyectos, Pedagogía 3000 y Metodología Ludocreativa. Sin embargo, la esencia de la formación no se centra en adoptar una pedagogía ideal, sino en ampliar la mirada y comprender cuál se adapta mejor a cada contexto. En IDEC fomentamos la integración de diversas herramientas y la reflexión sobre el propósito de la educación y lo que niños y niñas realmente necesitan. Además, destacamos la importancia de una introspección por parte de los educadores, considerando cómo cada enfoque afecta su propia práctica y experiencia, para que los cambios sean realmente significativos.

-¿Cuáles de ellas pueden verse en acción en Uruguay y Latinoamérica en general?
-En Uruguay y Latinoamérica existen escuelas que aplican varias de estas pedagogías, algunas siguiendo un método específico y otras combinando enfoques. 

-¿Qué opinás sobre la aplicación de esos métodos?
-El punto central no radica en aplicar una pedagogía única o combinada, sino en cómo se observa y comprende a la infancia. Aplicar un método sin reflexión es un error, ya que la pedagogía debe ser una herramienta flexible y no una receta rígida. Para que las escuelas sean verdaderamente valiosas para los niños y niñas, es clave trascender el método y preguntarse qué visión se tiene sobre la infancia y el desarrollo integral de cada estudiante.

-Los docentes describen la poca flexibilidad institucional respecto al método pedagógico. ¿Qué pueden hacer?
Muchos educadores sienten que el cambio solo es posible en escuelas alternativas, pero desde IDEC creemos que cada docente, sin importar el contexto donde trabaje, tiene la posibilidad de transformar su práctica. La clave está en la actitud y el vínculo con cada niño y cada niña, en cómo cada pequeño gesto puede impactar la experiencia de aprendizaje. Más allá del apoyo institucional, hay cambios que dependen del compromiso personal y que pueden marcar una diferencia real.
Lo que sí hemos notado es que cuando trabajamos en red, surgen nuevas ideas sobre cómo aplicar estos cambios desde cada realidad particular. En solitario, el camino puede sentirse más difícil, pero cuando compartimos experiencias y reflexiones con otros educadores, el proceso se vuelve más enriquecedor y posible. Por eso, estamos convencidas de la importancia de construir comunidad y sostenernos mutuamente en este viaje de transformación. Lo más gratificante es ver que nuestras estudiantes no solo adquieren herramientas, sino que se van inspiradas, con nuevas ideas para su día a día y con la certeza de que no están solas en su búsqueda de una educación más consciente y significativa.

-¿Qué creés que falta a nivel normativo o político en Uruguay para que estas alternativas puedan expresarse con más facilidad? ¿Crees que se ha avanzado en este sentido en los últimos años?
-Si bien se ha generado mayor conciencia sobre la necesidad de innovar en educación, la aplicación de estos cambios sigue siendo un desafío en Uruguay. Por ahora, el avance se ha dado más a nivel discursivo que en la práctica concreta. Sin embargo, creemos que el cambio no debe depender exclusivamente de políticas macro, sino de lo que cada persona puede hacer desde su lugar para transformar su entorno educativo.
La educación no es una receta cerrada ni existe una única vía. Es un proceso vivo que nos invita a cuestionarnos, a mirar más allá del método, a preguntarnos qué estamos promoviendo con nuestra práctica y cómo podemos potenciar el desarrollo de cada niño y cada niña. El cambio no ocurre solo en escuelas alternativas ni depende exclusivamente de grandes reformas, sino del compromiso cotidiano de cada docente.
Más allá de los enfoques pedagógicos, lo esencial es el vínculo, la mirada, la capacidad de generar espacios donde los niños y niñas sean verdaderamente escuchados y valorados. La transformación de la educación no será un evento súbito, sino el resultado de pequeñas acciones que, sumadas, construyen algo más grande. En ese camino, la clave es no esperar a que el cambio llegue desde afuera, sino atreverse a impulsarlo desde adentro, desde cada aula, cada grupo, cada gesto.

Más información sobre el Diploma en Pedagogías Activas 

Más información sobre IDEC: https://www.instagram.com/idec.uy/ 

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