España: se despide «Ojo de agua» como ambiente para niños y jóvenes, pero seguirá formando familias y maestros

Después de 25 años, uno de los proyectos de educación libre o democrática más reconocidos en España y Latinoamérica ha decidido cerrar sus puertas como tal. Sus fundadores, Marién Fuentes y Javier Herrero, lo anunciaron esta semana en su blog.

«Ha sido un cuarto de siglo de experimentar un nuevo paradigma en la educación en completa libertad, sin censuras ni limitaciones. Una libertad que hemos ejercido con plena responsabilidad; con nuestros aciertos y nuestros errores; pues como humanos que somos, la imperfección es inherente a nuestra naturaleza».

El motivo principal esgrimido en el texto es el cansancio que implica sostener un espacio de aprendizaje tan a contracorriente. Aunque, aclaran, seguirán trabajando por la infancia y la educación de otras maneras. Leé el texto completo de despedida acá.

Las razones resultan abosulutamente comprensibles para quienes hemos formado parte de estos espacios de aprendizaje en libertad. El desgaste que produce la autogestión económica es una de las más evidentes. En términos de pedagogía y comunidad, también resulta difícil mantener y abonar la confianza en el aprendizaje autodirigido por parte de las familias, maestros y autoridades educativas, que hemos crecido dentro de escuelas tradicionales.

Cuando fundamos Tierra Fértil con un grupo de familias en 2013, el boletín que Javier escribía periódicamente era una referencia valiosa para nosotros, considerando lo escasas que eran las experiencias de aprendizaje libre en países hispanohablantes.

Una familia argentina en Ojo de agua

Jimena, Leo y sus dos hijos forman una de las pocas familias argentinas que pasaron por el espacio educativo. Emigraron desde Mar del Plata al pueblo de Orba (Alicante) específicamente para sumarse. Cuando llegaron, los chicos tenían 8 y 10 años. 

«Cuando pienso en nuestra experiencia de casi 8 años participando en Ojo de Agua siento una inmensa gratitud y alegría que en estos momentos se tiñe de tristeza por haber llegado a su fin. Si tuviera que resumir en pocas palabras lo que ha significado Ojo de Agua para nuestra familia, podría decir que fue un entorno de respeto a la niñez, que ha promovido vivencias grupales, la mirada hacia los otros sin perder la singularidad de cada niño, niña y joven que ha formado parte de esta comunidad», me contó Jimena.

«La comunicación, la palabra y la escucha fueron las herramientas con las que se abordaban sobre todo los conflictos y desacuerdos, fomentando la responsabilidad, la autorregulación y el acercarse al otro desde un entendimiento genuino. 
Para ejercer el derecho a ser libres se necesita responsabilidad sobre nuestros actos, y eso se sentía».

«Podría ejemplificar con miles de anécdotas los grandes aprendizajes que nuestros hijos (y nosotros como madre y padre) obtuvimos, tanto en el desarrollo académico como personal. Pero quiero destacar por sobre todo el respeto, la libertad y el amor que se respiraba. Estamos muy agradecidos a Marien y Javier por crear y sostener durante tantos años un espacio ejemplar como ha sido Ojo de Agua», expresó.

Javier, Mairén y sus dos hijas

Leé mis notas anteriores sobre Ojo de agua para conocerlo más:

https://alteredu.com.ar/espana-ese-espejo-donde-todavia-nos-miramos-para-educar-de-ojo-de-agua-a-ojo-de-sol

https://alteredu.com.ar/la-revolucion-de-las-familias

Leé la tesis doctoral de Carlos Moreno Romero «Desescolarización dmocrática para la justicia social. Un estudio etnográfico de una experiencia pedagógica libre y democrática en España» (2018, Universidad Autónoma de Madrid): https://ojodeagua.es/wp-content/uploads/2019/04/Tesis-Desescolarizaci%C3%B3n-Democratica-para-la-Justicia-Social-.pdf

Foto de Reevo

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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