Más allá de la estatal y la privada

La representación binaria del mundo va perdiendo fuerza y la educación no es una excepción: en Argentina existe una tercera opción ya desde 2006. Ese año se promulgó la nueva Ley Nacional de Educación, que además de la escuela estatal y la privada reconoce a la escuela de gestión social y cooperativa.

Dicen los que formaron parte de ese debate que el objetivo de la ley era reconocer a las experiencias de hecho que habían surgido al calor de los movimientos sociales del 2001 en adelante, cubriendo una necesidad y también queriendo imprimir autonomía a sus proyectos educativos para que pudieran adaptarse a las necesidades reales de sus comunidades.

¿Qué las diferencia de las otras dos clásicas opciones? Como la reglamentación fue más lenta y dispar según cada distrito escolar, no resultó fácil unificar criterios. Sin embargo, algunas de las que existen se caracterizan por recibir financiamiento mixto, del Estado y de la comunidad de familias; tener autonomía en sus proyectos pedagógicos (por ejemplo, la selección de maestros y de contenidos propios) y por la participación democrática de la comunidad de maestros, familias y alumnos.

La noticia hoy es que las escuelas de gestión social y cooperativa tienen su primera página web donde leer su historia, contactar a sus referentes y, en breve, conocer la lista de las que siguen esta modalidad en todo el país.

También es novedad que este año todas ellas se van a reunir el 25 y 26 de agosto en la localidad de La Reja, Moreno, provincia de Buenos Aires. Pueden anotarse para participar acá.

Estos son algunas de las escuelas que yo conocí:

Mundo Nuevo (CABA)

Creciendo Juntos (La Reja, Moreno, pcia. Buenos Aires)

Bachillerato Popular Germán Abdala (CABA)

 

Dolores Bulit

Nací en la Ciudad de Buenos Aires en 1972. Mi educación formal ocurrió en el jardín Casa de los Niños fundado por Elena Frondizi, la Escuela Normal Nacional en Lenguas Vivas “John F. Kennedy” y la Carrera de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires. Mi educación no formal se amasó en una familia numerosa, presente, matriarcal en medio del patriarcado, de clase media profesional. Sin presiones curriculares o extracurriculares, con mucho tiempo y enorme oportunidad para el juego libre en la ciudad y en el campo. También me eduqué en mis empleos y en mis viajes, en mi pareja y con mi maternidad, con todas las personas que pasan por mi vida y a través de mi experiencia más reciente y transformadora con la gestación de Tierra Fértil, un espacio de aprendizaje basado en el juego y la autogestión con 8 años de historia.

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