OPINIÓN – Por Dolores Bulit
Hace unos días, la fundadora de un centro para la primera infancia me escribió preocupada por el descenso de la tasa de natalidad, que se empezó a notar en su espacio estos últimos años. Especulamos sobre los distintos factores que llevan a los jóvenes a no procrear o a tener hijos únicos, y nos lamentamos por la escasez de «cachorros humanos», que tanto nos enternecen.
Más allá del desbalance entre población productiva y jubilados que podría traer si la tendencia se mantiene, me alegra ver que las personas que no quieren hijos no se fuerzan a tenerlos. Me preocuparía, en la misma medida, que sus razones sean meramente económicas.
La guerra por los bebés
Los maternales y jardines están sintiendo la baja en la matrícula. Y se profundiza una tendencia que comenzó cuando las salas de 4 y 5 se hicieron obligatorias en Argentina: las escuelas agregan salas a su estructura para captar a los alumnos desde bebés y así poder alimentar a sus otros niveles, primaria y secundaria. Y presionan a las familias para ingresarlos cuanto antes para «garantizar las vacantes».
En esta batalla por la matrícula entran en juego, a su vez, presiones sutiles y no tan sutiles. Sumada a la escuela que presiona por asegurar el lugar para toda la escolaridad obligatoria, el barrio y la familia comentan que el bebé «necesita socializar». Y hoy, con hombres y mujeres integrados al mercado laboral por igual, las necesidades que suelen priorizarse son las de ellos. Por eso, es importante conversar y analizar con honestidad todas las posibilidades, sin dejarse definir enteramente por estas presiones. O, al menos, elegir lo posible con consciencia.
¿Cuándo comenzar con el jardín de infantes o centro de primera infancia? «No hay una única respuesta a esta pregunta. Muchas familias necesitan del jardín para poder trabajar y hacer otras actividades. Algunas optan por esperar algunos años, mientras que otras sienten la presión de su entorno para escolarizar. Pero es muy importante que la decisión de iniciar el jardín sea propia: solo la familia sabrá realmente si su hijo o hija se encuentra en condiciones para esta situación y cuáles son las necesidades de su grupo familiar», aseguran desde la Fundación Navarro Viola.
¿Los niños y las niñas necesitan socializar?
«No es un requisito indispensable que un niño o una niña menor de 4 años acuda a un establecimiento educativo, sino una decisión que debe tomarse con responsabilidad. Muchas veces escuchamos decir que las niñas y los niños pequeños necesitan ir al jardín para “socializar” con otros. Pero esto no es totalmente cierto, ya que bien pueden socializar en otros espacios. Aun cuando asistan al jardín de infantes, este no es el único espacio de socialización. Niños y niñas pueden socializar en la plaza, en el mercado o en su propia casa. Socializar es propio del ser humano y tiene que ver con la interacción con otras personas, sin importar su edad», explican en su centro web, qie tiene interesantes programas y recursos para la primera infancia y la vejez.
La presión normativa
Existe otra presión para escolarizar que es la Ley de Educación Nacional, que declara obligatoria la escolarización desde los 4 años de edad. La anterior sólo exigía el prescolar (sala de 5). Ahora, incluso, hay un proyecto en la provincia de Buenos Aires para declararla obligatoria desde los 3 años de edad. Los defensores de la escolaridad temprana argumentan que al hacerla obligatoria en las leyes se compromete a los Estados a garantizar edificios y personal para jardines y salas cuna para quienes sí las necesitan.
Las últimas décadas demostraron que desaparecen los lugares especializados en la primera infancia, que ya no pueden competir con las escuelas grandes. La buena noticia es que muchos espacios de crianza, juego y aprendizaje han surgido también eneste tiempo para seguir proponiendo cuidados artesanales y muy cercanos a la familia. Sin embargo, este sector necesita ser legitimado por la sociedad y por las normativas para poder sobrevivir (visitá los mapas de AlterEdu para encontrar un lugar respetuoso).
Más recursos para familias y educadores de la Fundación Navarro Viola
Comentarios recientes